Un robo resultó frustrado la madrugada del jueves al viernes en el bar A Feira de Abadín, situado en el núcleo urbano de Gontán. El ruido despertó a los dueños del establecimiento, que viven en la planta superior -donde también se ubican varias habitaciones de un pequeño hostal de su propiedad-, y al despertarse y encender las luces alertaron a los cacos, que se vieron obligados a marcharse con las manos vacías.
«Sentimos como una especie de explosión sobre las 3.30 horas de la madrugada. Fue un sonido muy fuerte. Vivimos encima del bar y reventó el cristal de la puerta de la entrada», explica la dueña del establecimiento hostelero, que asegura que se llevaron un «buen susto», pero que pese a despertarse al instante con el ruido no vieron a nadie.
«Marcharon», dice esta vecina de Abadín, que explica que posiblemente los ladrones escucharon que se despertaban, por lo que decidieron huir del lugar antes de que los dueños bajasen o alertaran a las fuerzas de seguridad.
Pese a forzar una cerradura y a reventar el cristal de la puerta principal, que da acceso tanto al bar como a la vivienda de los propietarios, los ladrones no llegaron a entrar en el interior del local porque no pudieron abrir un cerrojo que hay a mayores.
Los dueños del bar, un matrimonio que regenta el negocio desde que lo compraron hace 30 años -el local es un bar desde los años 50- pusieron una denuncia ayer ante la Guardia Civil, que abrirá una investigación acerca de lo sucedido.
Ellos, aún con el susto en el cuerpo, lamentan los daños materiales que les supondrán un gasto, pero agradecen que la situación no fuera más allá.
