El imperio de los botarates

AENA PRESENTA una propuesta de coordinación de los tres aeropuertos gallegos. Es discutible y será mejorable. Es una base. Pero la salida del alcalde de Vigo, Abel Caballero, frente a la propuesta y, sobre todo, el apoyo que este recibe del presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, José Manuel Fernández Alvariño, confirma que hay que actuar de urgencia contra este crónico guirigay localista. Es un mal que frena e impide el avance del conjunto de Galicia. Es un cáncer que, cuando exhibe el tumor en A Coruña y Vigo, produce metástasis para el resto de Galicia. Genera más marginación para provincias como Lugo. El único aporte de ese mal son rentabilidades políticas para el personaje local de turno que se alimenta del populismo burdo y la demagogia. Esta realidad, insistimos, frena, por miedo y falta de decisión y liderazgo, políticas coherentes para los intereses de toda Galicia. Es negativa para el progreso de las provincias con menor desarrollo. La parálisis se refleja también en la posición de las fuerzas políticas ante el temor a la pérdida de votos frente al cultivo populista como amenaza. Los silencios o los cambios de posición en los últimos meses en la refriega localista sobre las ayudas a los vuelos es la prueba del algodón de esa práctica de miedo y mirar para otro lado que practican frente al localismo los liderazgos políticos gallegos. El problema de los aeropuertos es: 1) Despilfarro en unas inversiones carentes de planificación, que respondieron a intereses localistas. 2) Pérdida de pasajeros de los tres aeropuertos: un -10% Lavacolla, un -15% Peinador y un -17% Alvedro. 3) Falta de masa crítica e imposible rentabilidad, sin una coordinación real. Y 4) Oporto se beneficia de esta contienda localista gallega. Pero Oporto ha de contemplarse como servicio. Coordinen sin miedo y silencien con hechos a los botarates. O Galicia es inviable.

Comentarios