Periodista y escritor, José de Cora, director general del Grupo El Progreso, presentó en Madrid cinco publicaciones que han visto la luz a lo largo de este 2008: 'Secuestro y fonda de Cela en Contamina', 'La verdadera historia del último inquisidor y el maravilloso Oráculo de la Vida', 'Pelúdez. O Libro', 'Cien portadas' y 'Un siglo de publicidad'.
Cinco libros de una vez, pero de muy distintas temáticas. Dos de ellos retratan la historia de España a través de la publicidad y del periodismo y en particular la historia de Lugo, se trata de "Cien portadas" y "Un siglo de publicidad"...
El motivo es que El Progreso de Lugo cumple 100 años de existencia y programamos estas dos publicaciones que repasan la historia del siglo a través de las portadas más significativas del periódico y también a través de la publicidad, pero es una lectura que podría ser extrapolable a toda España.
Ha sido un siglo con muchísimos cambios y habrá sido muy difícil seleccionar sólo cien portadas...
Siempre se corre el riesgo de que la elección sea subjetiva, y quizás otra persona hubiese destacado otros acontecimientos, pero hay que hacerlo y arriesgarse a que quede algún tema fuera.
¿Qué criterios se han seguido para esta selección?
Los geográficos, es decir, el año que había acontecimientos importantes en Lugo era prioritario por cuanto es una obra para repartir fundamentalmente entre los lucenses, y también los hitos y acontecimientos generales como la llegada del hombre a la Luna. Hay acontecimientos locales, nacionales e internacionales.
La publicidad también ha cambiado muchísimo, incluso los formatos utilizados para su inserción en los medios escritos
Incluso hay alguna sorpresa, métodos que nos podrían parecer modernos y que se utilizaron en los primeros años del siglo, como que algún anunciante insistiera en que su anuncio apareciera al revés o tumbado para llamar más la atención.
Las campañas publicitarias también tienen un gran valor documental porque muestran el cambio social que se produce en España y en Galicia en particular...
El cambio de las costumbres va aparejado, la mayoría de las veces, con la aparición de inventos, objetos o novedades como la maquinilla eléctrica o la simple hoja de afeitar, la máquina de escribir o los ordenadores y todo tipo de electrodomésticos. La publicación permite ver en cada momento, según el aparato que se publicita, el cambio social que estaba operando sobre los españoles la llegada de las nuevas tecnologías.
Son también cien portadas, muchos cambios. ¿Han cambiado también mucho las cosas en El Progreso de Lugo?
Muchísimo. En los sesenta primeros años de existencia del periódico, la tecnología no varió gran cosa, pero en los últimos quince años el cambio es constante y la llegada de la informática ha permitido unas mejoras técnicas que se producen casi de mes en mes y eso nos obliga a estar en constante renovación tecnológica antes de enfrentarnos al trabajo de impresión.
Las nuevas tecnologías facilitan hacer un periódico pero Internet resta muchos lectores al papel y se discute sobre si los periódicos en papel podrán o no continuar frente a este avance...
Estoy convencido de que si los periódicos en papel desaparecen, también lo harán de Internet. Habría otro tipo de prensa, otro tipo de empresa. La estructura que tiene cualquier periódico de provincias no es reconvertible a Internet, y tampoco sería rentable. Tiene que tener lugar algún tipo de revolución, y en eso está nuestro sector empeñado en encontrar cuál será el posicionamiento de la prensa en Internet. Además, la concepción gratuita que tiene hoy la Red es incompatible con la existencia de todos estos medios. La rentabilidad tiene que venir de alguna manera, pero entonces desaparecerá el concepto de Internet gratis.
¿Es tan dura la competencia en provincias como en los diarios de tirada nacional?
Sí, claro. No hay competencia local pero sí regional, y también tenemos que competir con la prensa nacional. En el quiosco la guerra es muy amplia, porque abarca a todos, pero ahí están las armas de la información local, las que se preocupan de la sociedad más cercana, que es todavía un arma poderosa para llamar la atención del lector.
Además de estos dos libros, ha presentado también 'Secuestro y fonda de Cela en Contamina', una novela en la que Cela y su esposa se convierten por primera vez en personajes de una obra literaria...
Don Camilo se traslada desde Guadalajara a Barcelona para recibir el Premio Planeta y al quedarse sin gasolina en la carretera se aloja en una pequeña aldea, Contamina. Esto le ocasionará unos cuantos disgustos porque allí existe una sociedad llamada la Junta Onomástica cuyo presidente, al ver a Cela, se imagina que es como un envío divino que les proporcionará fama y publicidad, y no se le ocurre mejor cosa que secuestrar a la familia para ver después qué hace con ella.
¿Es una novela de humor?
Sí, muy divertida. La Fundación Cela ha recibido la novela con mucho cariño, y alaba esa recreación de Cela como personaje literario.
'La verdadera historia de último inquisidor y el maravilloso oráculo de la vida' narra acontecimientos que tienen lugar en Lugo a finales del siglo XVIII...
Esta es una novela bastante más compleja que narra la evolución que sufre el último inquisidor del Santo Oficio de Lugo que viene de unos años de perseguir la herejía y en una de sus investigaciones encuentra un libro mágico transformado en un oráculo. Ese encuentro hará que sufra una evolución se pase al lado del conocimiento, del libre pensamiento y de todos los valores a los que antes atacaba. Descubre también secretos universales y una serie de aspectos secretos de la propia historia de la ciudad de Luego y de cómo pudieron haber sucedido algunos acontecimientos a lo largo de su historia.
¿Reivindica la novela la importancia de Lugo en nuestra historia?
El fin último de la novela es reivindicar que la historia oficial que conocemos y que damos por buena deja mucho que desear respecto a la que probablemente sea, a favor de la ciudad y no en contra como suele suceder. Lugo ha escrito una historia más negra que la brillantez que tiene y que tuvo en realidad. Pero todo esto, por supuesto, se plantea desde la ficción.
