Cando o tempo é cíclico

Una espiral sin fin. Foto: EPL
photo_camera Una espiral sin fin. Foto: EPL

LA CONCEPCIÓN de que el tiempo no es lineal, sino cíclico, es para la práctica totalidad de los estudiosos de la historia una falacia. En la antigüedad estuvo muy de moda la teoría del eterno retorno, propuesta que acabó considerándose un bonito cuento. Pero, ¿y si yo tuviese pruebas de que hay algo de razón en la opinión de que el tiempo es circular?

Hay dos asuntos de actualidad en Monforte conectados entre sí, los problemas en el abastecimiento de agua y la comisión municipal de investigación creada para analizar el que ya se conoce como el caso Aqualia, que así lo demostraría.

Recordemos. Hace poco más de once años se montó a petición del PSOE una comisión para dilucidar si la interventora municipal por aquel entonces, una señora llamada Mónica Legaspi, había incurrido en graves faltas en el desempeño de su trabajo. El proceso pudo llevarse adelante gracias a los votos de dos concejales díscolos del Partido Popular, grupo gobernante en aquel entonces con mayoría absoluta. El resultado fue una tramitación convulsa, en la que los ventiladores puestos en marcha por unos y otros tuvieron como consecuencia episodios muy desagradables para muchos, pues salieron a la luz trapos sucios (políticos) que no dejaron nada bien a más de un miembro de la corporación, además de realizarse comentarios injuriosos que convirtieron el caso Legaspi en un verdadero circo mediático. Aquel proceso abrió muchas y profundas heridas que a día de hoy alguno aún tiene abiertas.

Once años después sucede algo similar, aunque los actores y el asunto no son los mismos. Ahora ha sido el PP el que ha promovido una comisión municipal de investigación para saber el grado de cumplimiento del contrato firmado por la empresa que gestiona el abastecimiento de agua, Aqualia, y ahora han sido los populares los que han acusado al alcalde, el nacionalista Severino Rodríguez Díaz, de querer abortar la creación y puesta en marcha de esta comisión. Curiosamente, el 11 de febrero de 2003 pasó lo mismo, pero al revés, como recogimos en las páginas de este diario con el titular: «El PP intentó frenar el caso Legaspi por todos los medios, según el BNG».

¿Que intereses tenían entonces los populares y ahora los nacionalistas para evitar un proceso de investigación?

En 2003 la interventora Mónica Legaspi contaba con el apoyo incondicional del alcalde popular Nazario Pin, quien, además, estaba a pocos meses de intentar revalidar la mayoría de gobierno conseguida en 1995 y 1999, por lo que buscó que el proceso quedase en nada. No lo logró, pues la interventora fue condenada a un año de inhabilitación y él perdió la alcaldía.

En el caso que nos ocupa, el nacionalista Severino Rodríguez está a un año de intentar seguir al frente de la alcaldía y la investigación sobre Aqualia podría llegar a pasarle factura, ya que, de los 13 años que la empresa lleva al frente del abastecimiento de agua, once fueron con un gobierno nacionalistas asido a las riendas del Ayuntamiento.

Puede ser que se demuestre que el popular Nazario Pin no hizo nada en los dos primeros años para exigirle a Aqualia el cumplimiento del contrato, pero ello no le pasará factura al PP, quien a bien seguro renegará de aquella época para no verse salpicado; pero otra cosa es que se lleguen a conocer los motivos de la inacción del gobierno de Severino Rodríguez a lo largo de tres mandatos municipales para poner a Aqualia en cintura.

Dicen que Severino Rodríguez habla de otras causas para justificar la inconveniencia de esta comisión investigadora, algo así como que con la puesta en marcha de los ventiladores, como en el caso Legaspi, la suciedad salpicará a diestro y siniestro y abrirá heridas.

Con el tiempo sabremos si se cumplen estos temores o si simplemente, como debería ser, se encuentran culpables.

Pues sí, parece que la Ribeira Sacra se pone de moda

La iniciativa para que la Ribeira Sacra sea declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad ha tenido una gran repercusión mediática, algo que parece haber influido -por lo menos eso creen en el consorcio turístico- en un aumento significativo del número de personas que se acercan a conocer nuestro magnífico territorio.

La Semana Santa fue muy buena para los negocios de hostelería y los hoteles, con una ocupación que rondó el cien por ciento, pero este puente del 1 de mayo también está resultando todo un éxito, ya que las plazas hoteleras están cubiertas en torno a un 67 por ciento.

Además, para muestra un botón. Estos días se pueden ver las terrazas de las cafeterías de la calle principal de Monforte, la Rúa Cardenal, llenas de gente comiendo. Son turistas, no nativos, pues aquí tenemos esa manía de comer recogidos, lejos de los ojos de los curiosos paseantes.

¿Acercamos los servicios a los ciudadanos o al revés?

La iniciativa del ministro de Justicia, el señor Ruiz Gallardón, de eliminar de un plumazo los partidos judiciales y concentrar todos en un único punto, en este caso las capitales de provincia, nos obliga a plantearnos si es mejor acercar los servicios a los ciudadanos o que los ciudadanos se acerquen a los servicios.

Lo lógico, lo normal, sería lo primero, pues de lo contrario acabaríamos viviendo todos los vecinos de la zona norte y sur de la provincia en Lugo capital, por eso de no tener que desplazarnos decenas de kilómetros para ir a los juzgados o al hospital, esto último en caso de que se cumpla el mal augurio de la plataforma en defensa de la sanidad pública de que los centros comarcales se convertirán en poco más que ambulatorios.

Aquí ha quedado patente la unidad entre políticos, agentes sociales y económicos y profesionales de la judicatura, como abogados y procuradores, para rechazar contundentemente lo que se puede calificar con un único adjetivo: despropósito.

(Publicado en la edición impresa el 3 de mayo de 2014)

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