Empresas en crisis: El 2021 será el año de los concursos de acreedores

Según los especialistas, la cifra de los concursos de acreedores del próximo año podría cuadruplicar la del 2019. Aunque el escenario post-covid dejó de ser apocalíptico, es conveniente asesorarse con expertos para tomar las mejores decisiones. “Un concurso de acreedores no significa que sea el final”, alienta el especialista Igor Ochoa.
Sala de reuniones.
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Si algo ha caracterizado a la crisis de los últimos meses, es la incertidumbre. Aun con la puesta en marcha de los motores económicos de las principales potencias mundiales, es muy difícil realizar previsiones sobre lo que resta del 2020 o aventurar qué ocurrirá en el 2021.

Sin embargo, existen algunos indicadores que permiten a los especialistas pensar en una ola de concursos de acreedores para el próximo año. DipCom Corporate, una empresa dedicada a la intervención en situación de crisis empresarial, ha precisado que el incremento de los mismos pasará de 4.500 en el 2019 a 20.000 el año próximo.

Al frente de esta firma, el experto Igor Ochoa arroja una esperanza para los empresarios que ven aproximarse un concurso de acreedores. “No hay que tenerle miedo a esa palabra porque no significa que sea el final. Puede haber vida para una compañía después de un concurso de acreedores voluntario”, asegura.

Por qué crecerán los concursos de acreedores

La respuesta obvia sería “por la crisis”. Sin embargo se trata de una realidad mucho más compleja que comienza antes de la crisis en sí y tiene que ver con varios factores.

Muchas empresas de España comenzaron el 2020 con un balance financiero muy tenso que no podrá resistir los avatares de la economía nacional y mundial.

Pongamos algunas cifras de cómo será el  panorama en el que deberán subsistir estas mismas empresas: La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) prevé una caída del PIB del 12,4% para el 2021, un paro de 17,1%, una contracción de 6,1% del PIB en la eurozona y de 7,7% para España. Todo esto considerando una evolución de la pandemia y los rebrotes similares hasta ahora.

A este panorama, se suma la reforma de la Ley Concursal, aprobada en el Real Decreto Ley 16/2020, que tiene algunos puntos negativos, como por ejemplo que los plazos procesales suspendidos por el estado de alarma comenzarán su cómputo desde cero y que alarga los plazos para presentar el concurso perjudicando al deudor, ya que es una información que debe cuanto antes para tomar oportunamente la mejor decisión.

En definitiva, el escenario económico y legal lleva a pensar que se cuadriplicarían los concursos y crecerían un 50% los preconcursos de acreedores.

Tipos y fases de un concurso de acreedores

Para entender el procedimiento judicial por el cual una sociedad intenta depurar sus responsabilidades adquiridas con los acreedores y así solventar sus problemas de liquidez, habrá que aclarar que el concurso de acreedores se divide en dos tipologías, dependiendo de quién inicie el procedimiento.

Llamamos concurso de acreedores necesario a aquel proceso en el que el particular o la empresa tienen que someterse a concurso obligatoriamente por la defensa de los intereses de los acreedores”, comienza a explicar Ochoa. “El concurso necesario lo instan uno o varios de sus acreedores”, agrega.

Por otra parte, tenemos el concurso de acreedores voluntario en el que la propia sociedad o la persona física la que decide iniciar el procedimiento. “En este caso, al tener conocimiento de una posible quiebra, tiene un plazo de dos meses para presentar la solicitud de concurso”, puntualiza el especialista.

Con respecto a las fases de estos procedimiento, se atraviesan cuatro etapas: Los actos previos (preparación de documentación, informes, etc), la Fase común (en la que se solicita el concurso, se determinan las funciones del administrador y se confirma a cuánto asciende el patrimonio del concursado y la cuantía de su deuda), la Fase de Convenio (negociación que supondrá preservar la sociedad o liquidarla) y, finalmente, la Fase de calificación.

Esta última fase es muy importante ya que determina la responsabilidad del administrador o administradores antes de declararse el concurso de acreedores. “En este sentido, el concurso puede ser calificado como fortuito o culpable, dependiendo de que los administradores de la sociedad hayan cometido dolo o no lo hayan cometido en la generación del estado de insolvencia de la empresa”, indica Ochoa.

¿Es posible sobrevivir a un concurso de acreedores?

Tal y como se indicó anteriormente, el concurso de acreedores no significa necesariamente el fin de la empresa.

En Dipcom Corporate somos especialistas en empresas que atraviesan etapas complicadas y contamos con años de experiencia en concursos de acreedores. Nuestro equipo cuenta con reconocimiento a nivel nacional en gestión de crisis”, señala Igor Ochoa a propósito de cómo el asesoramiento legal, económico y financiero puede ayudar a las empresas a salir del agujero en el que se encuentran.

En definitiva, el concurso de acreedores puede ser una herramienta estratégica para garantizar la supervivencia de las empresas en los inevitables ciclos negativos económicos sectoriales o individuales. Todo está en ponerse en manos expertas y contar con toda la información para tomar a tiempo las mejores decisiones.

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En definitiva, el concurso de acreedores puede ser una herramienta estratégica para garantizar la supervivencia de las empresas en los inevitables ciclos negativos económicos sectoriales o individuales. Todo está en ponerse en manos expertas y contar con toda la información para tomar a tiempo las mejores decisiones.