La Xunta dio marcha atrás en su decisión de no conservar íntegra la última de las torres de vigilancia que quedaban del antiguo polvorín de As Gándaras, y optó por reconstruirla en el espacio que había reservado para la garita en la plaza que está creando en este polígono industrial lucense.
Xestur, que es el organismo que está llevado a cabo las obras de ampliación del polígono, descartó en un principio conservar toda la estructura, alegando que los muros y materiales de la torreta estaba en muy mal estado. Su interés se centró por ello en la garita que coronaba toda la estructura, parte de la cual fue derribada con una grúa para extraer dicha garita.
No obstante, en vista del interés de los lucenses porque se conservase la mayor parte posible del que era el último recuerdo de muchas generaciones de quintos que realizaron el servicio militar en el polvorín, Xestur realizó el esfuerzo por conservar la mayor parte de la torreta y por sustituir por otros materiales aquellos que ya no era posible rescatar.
El resultado luce ya casi al completo en el plaza del polígono de As Gándaras.
