Montserrat Latorre, médica jubilada: "Vuelves para ayudar a los compañeros"

Después de formar parte del equipo de refuerzo de la primera ola, esta médica de Familia se puso otra vez la bata en la sexta
La doctora Latorre, en su puesto en el Hula. EP
photo_camera La doctora Latorre, en su puesto en el Hula. EP

A Montserrat Latorre la declaración de la pandemia la pilló en sus últimas vacaciones previas a la jubilación. Esta médica de Illas Canarias se retiraba justo al acabar sus días libres y técnicamente lo hizo, pero, en realidad, se incorporó en esa primera ola a un equipo de refuerzo que trabajaba en el Hula. En su caso, desde el área de salud laboral, le tocó asumir el seguimiento y rastreo del personal sanitario que se infectó en esos meses iniciales. Hacía también seguimiento de brotes. Fueron dos meses de trabajo altruista en un momento único.

Ahora es una de las profesionales que ha vuelto a recibir otra llamada del Sergas para reforzar Atención Primaria en otro momento excepcional. Ya no es cómo era, el conocimiento de la enfermedad es mayor y la manera en la que afecta a muchos pacientes también varió. Pero la variante Ómicron ha puesto a los centros de salud en un brete.

"Vuelves para echar una mano a los compañeros, porque hay muchísima demanda. Lo que hago es seguimiento de casos covid, petición de pruebas y gestión de incapacidad temporal, sobre todo", explica la doctora Latorre, que, de nuevo desde el Hula, ofrece refuerzo al centro de salud de Viveiro. "Tiene un problema de falta de médicos y hay muchos pacientes a los que llamar cada día", explica. En su caso suele hablar con unos 40, de media. En muchos casos se encuentra con que llevan días diagnosticados, aislados y sin disponer de la baja.

"Por problemas logísticos para contactar con su médico de cabecera hay gente que tiene la baja muy atrasada", reconoce. Lo mismo ocurre con el alta, algo que presumiblemente contribuirá a solucionar la posibilidad de emitirla automáticamente a los 7 días, sin necesidad de volver a consultar con el médico.

Pese a las demoras, a esta médica de Familia -como al resto del equipo que trabaja con ella- le sorprende la buena respuesta de los pacientes en esta sexta ola, su consciencia de que la demanda es enorme. "Nos llama a todos la atención lo amables que son los pacientes, aunque lleven días esperando una llamada o hayan tenido que llamar a veinte sitios diferentes tienen un trato agradable y educadísimo. Es muy de agradecer", admite.

"Nos llama la atención a todos lo amables que son los pacientes, aunque hayan tenido que esperar días"

Con respecto a la primera ola percibe una diferencia clara en lo que a la situación de las personas infectadas se refiere: por regla general, los síntomas son más banales. La mayoría de aquellos pacientes a los que les ha tocado llamar, aún teniéndolos, no se encuentran mal.

Reconoce que la situación para sus compañeros de Primaria es compleja, con muchísima presión asistencial. Las cosas han cambiado mucho desde que empezó a ejercer hasta ahora. "Ya dos años antes de jubilarme estaba bastante quemada. La lista de pacientes era enorme y andábamos todos muy asfixiados, con poco tiempo para atender a los pacientes, asumir las urgencias, salir a los domicilios... Había mucha demanda, los cupos cada vez más grandes porque se eliminaron muchas plazas de médicos", explica.

De hecho, reconoce que se lo pensó "mucho" para dar el paso de jubilarse, pero ahora, cree que ha hecho lo correcto. "Si todo hubiera seguido siendo como era antes quizás me hubiera quedado", admite.

En estos momentos está "conteta" de poder ayudar a sus compañeros desde ese puesto provisional y con un contrato temporal, que se acabará a los tres meses.

En el Hula dos salas -una con médicos y otra con personal administrativo- sirven para dar refuerzo a centros de salud de la provincia. Además, otros facultativos hasta un total de una docena se reparten por distintos centros de salud. Su labor sirve de apoyo a los médicos de Familia en ejercicio y, en gran medida, se centra en estos momentos en la emisión de bajas laborales para personas infectadas.

"Optaría a la oferta del Sergas solo para tardes"

La doctora Latorre, en su puesto en el Hula.Johanna Teriffe llegó a Lugo en 2018 desde Venezuela. Ella es una de las profesionales que podría incorporarse a reforzar Atención Primaria gracias a una oferta del Sergas a médicos sin la especialidad reconocida. Sin embargo, duda de que motive a muchos facultativos en su situación. "La oferta me interesaría solo para las tardes. Yo trabajo por las mañanas y es un trabajo estable mientras que el del Sergas sería un contrato solo por dos meses. Lo que buscamos quienes dejamos nuestro país es estabilidad", dice.

La doctora Teriffe cursó Medicina Estética en Venezuela, una especialidad que no existe vía MIR en España, sino que se estudia a través de un máster de especialización. Puede, por tanto, ejercer su especialidad, pero en estos momentos trabaja en una mutua laboral, atendiendo accidentes laborales y enfermedades comunes.

"Lo que buscamos quienes dejamos nuestro país es estabilidad, y estos serían contratos solo por dos meses"

Explica que su marido, traumatólogo, tiene un trabajo similar mientras aguarda la homologación del título de especialista, igual que otro amigo común, cirujano especialista en patología mamaria. ·Es un proceso muy largo y muy tedioso", admite. La espera puede superar los cinco años.

Aunque la opción de trabajar en Primaria unos meses, mientras se espere que mejore esta sexta ola de covid, está abierta a médicos con títulos extracomunitarios que no hayan sido reconocidos aún por la sanidad española, duda que atraiga a muchos. Cree que más bien resultará de interés a aquellos nuevos residentes, los que acaben de aprobar el examen. Podrán ganarse un sueldo durante un par de meses antes de incorporarse a su nueva plaza para especializarse.

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