Stop Suicidios insiste en que ir al psicólogo "no puede ser un lujo" y pide más medios

Serfuja promueve la redacción de una guía de prevención para sanitarios que contribuya a "evitar las muertes evitables"
Román Reyes y Jorge Balado, en Serfuja.
photo_camera Román Reyes y Jorge Balado, en Serfuja. XESÚS PONTE

El actor Román Reyes, portavoz de Stop Suicidios -una plataforma de visibilización- reclamó este martes en Lugo más medios en la sanidad pública para atajar un problema que se ha disparado en la pandemia. "No puede ser un lujo ir al psicólogo y no todo el mundo puede pagar 60 euros por sesión", recordó.

Reyes participó en la presentación de una iniciativa de Serfuja, que a lo largo de este año promoverá la redacción de una guía de prevención del suicidio para sanitarios. Jorge Balado, gerente de la empresa funeraria, explicó que el proyecto contaba con el apoyo de los colegios profesionales de médicos, enfermeras y veterinarios y que su objetivo último es el de contribuir a "evitar las muertes evitables", así como dar a visibilizar un problema tradicionalmente "asociado a algo oscuro" y que ha tendido a ocultarse, lo que, al contrario de lo que se creyó durante décadas, no ayuda a mejorarlo. Balado, cuya empresa lleva en funcionamiento desde 1948 y tiene por tanto mucha experiencia en tratar con la muerte, admitió que las autolíticas siguen siendo las más complejas de abordar.

"Parece paradójico que sea una empresa del ámbito privado y que se dedica a esta labor la que pone en marcha una iniciativa con tanta humanida", destacó Reyes, que puso en marcha la plataforma después del suicidio de su madre. Insistió en que la situación está "peor que nunca" y recordó que en 2020 se batió "un récord absoluto en número de suicidios en España". Lugo fue en ese ejercicio la segunda provincia más suicida de España, después de Soria, y con 13,72 casos por cada cien mil habitantes, tuvo una prevalencia un 53% superior a la española.

A juicio de Reyes, la actual atención sanitaria a la persona con ideación suicida los deja "solos" y con escasos recursos. Una de sus principales críticas es la limitación del tiempo del ingreso, que no se prolongue aunque el paciente siga sin estar bien. "No lo dicen abiertamente pero, en confianza, los profesionales sí te cuentan que tienen que dar el alta porque no les dejan tener esa cama ocupada tanto tiempo", dijo y comparó esa situación con la de otros enfermos. "Mi padre tiene cáncer. Creo que lo que hace la sanidad pública con la salud mental es como si a un paciente oncológico le quitaran la quimioterapia porque cuesta mucho", apuntó.

También reclama el acceso fácil y próximo a los psicólogos clínicos y el incremento de personal para reducir las esperas. "A una persona que se quiere suicidar no se le puede dar cita para varias semanas después", explica.

Como en todos los actos en los que participa, también este martes repitió el teléfono de La Barandilla, un colectivo de psicólogos especializados en el suicidio, que atienden en el 911 385 385. "A quien piense en suicidarse le pido que se dé una oportunidad, la que mi madre no tuvo", dijo.

"Después de la muerte de mi madre tuve ideación suicida; la culpa no ayuda"

¿Cuánto tiempo pasó enferma su madre?
En la primera depresión gorda de mi madre yo tenía 10 años. Recuerdo que ese fue su primer ingreso. Ahí dio con un buen psiquiatra, tuvo cierta suerte... es cierto que también era más joven. Con el accidente de mi abuelo tuvo otro bajón y los intentos fueron más seguidos, todo empezó a empeorar. Fueron unos 20 años de enfermedad.

Los familiares de personas que se suicidan suelen tener sentimiento de culpa, ¿le ocurrió?
Claro. Aunque culpe al Estado por no poner medios al final te sientes responsable de esa persona porque estás solo, no hay medios, no hay donde llevarla, le dan el alta en psiquiatría... Me sentía prácticamente el policía de mi madre, que se tomase la medicación, vigilarla... Tú la quieres salvar pero no eres profesional. Puedes evaluar hasta un punto. Yo sabía si mi madre estaba mejor o peor, poco más. Cuando llevas tanto tiempo luchando y ocurre algo así sientes que pierdes. No solo pierdes a tu madre, también pierdes tú. Lo he pensado a menudo: seguramente tenía mucho ego porque me autoconvencí de que a mi madre la iba a sacar de eso, pero no soy profesional. Ella después se fue a Almería, yo estaba hasta arriba de trabajo y también estaba cayendo en depresión, que esto también hay que decirlo. Poner el peso en las familias sin tener herramientas para poder arreglar el problema te acaba arrastrando.

Ha dicho que también había tenido ideación suicida.
Sí, según sucedió tuve ideación suicida. El nivel de sufrimiento es muy alto y la culpa no ayuda. Ella se mudó a Almería y creí que, como tenía familia ahí, le podría ayudar. Empecé a notar que me estaba pasando factura porque estaba todo el tiempo con ella y tenía ese sentimiento de culpa cada vez que salía de casa.

Cuando insiste en que la muerte de su madre es un crimen de Estado, ¿se refiere a la necesidad de que se contemplen ingresos más prolongados, más acceso a psicólogos..?
A todo, la falla es tan enorme que falla todo. De inicio, hasta la educación. Que haya un teléfono de atención a víctimas de violencia de género, que es algo que todos celebramos, y no haya uno para el suicidio... Parece una tontería, es un parche pero muy importante porque puede evitar un intento. Yo siento que a mi madre la han matado, claro que sí, cómo no voy a sentir eso si a los dos meses del alta se suicidó.

¿Quién escribe a la plataforma?
Todo tipo de personas, de toda España, de toda clase económica. Desde un chico muy joven que cuenta que se ha suicidado su compañera de clase, hasta hijas, padres, madres... Tanto gente que se quiere suicidar como otros a los que se les ha suicidado alguien y no saben dónde ir. Gente a la que hace años se le suicidó un familiar y dice que ahora se ha dado cuenta de que hay que hablarlo. Gente agudizada, que para nosotros es muy duro. Yo muchas veces no puedo leer los mensajes y los vamos repartiendo. Nosotros no somos profesionales, siempre derivamos. La verdad es que estamos saturados porque como hay medios, los mensajes son muchos. Cada vez que tengo una intervención en televisión llegan muchísimos acto seguido. Por ejemplo, cuando aparecí en el programa de Risto Mejide de verdad que fueron más de mil.

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