Rxnde Akozta: "El rap en España goza de buena salud después de muchos años sin renovación"

Sin pelos en la lengua. así es Rxnde Akozta, Randy, un purista del rap que nació en cuba pero ha vivido en venezuela, finlandia y, desde hace ocho años, en barcelona

Rxnde Akozta. EP
photo_camera Rxnde Akozta. EP

El festival Skuare Sound llega este sábado a Lugo con actuaciones de renombre como las de la canaria Aka Eclipse, el grupo Sud Ak’s o el rapero cubano Rxnde Akozta, un purista del rap que ha vivido en cuatro países y que tiene mucho que decir.

¿Es su primera visita a Galicia?

Así es. Mi tatarabuelo era gallego, emigró a Cuba y se casó con una negra. Vengo de gallegos y para mi es una gran oportunidad para conocer la tierra de mis antepasados.

Ha vivido en varios países. Cuba, donde nació, Venezuela, Finlandia y ahora en España ¿Qué diferencias ha visto tras ocho años en Barcelona?

Siendo sincero, no era lo que me esperaba. Cuando creces en América Latina te cuentan una historia de la madre patria, pero cuando llegas aquí te das cuenta de que en muchos sitios no eres bienvenido. Mi día a día por la calle no es tan agradable como yo quisiera. Por supuesto que he conocido a gente buena, he hecho muchas amistades, pero he sufrido racismo por parte de gente de a pie, por parte de la policía o por parte de autoridades a la hora de hacer papeles. Pero somos seres humanos, somos el animal que se acostumbra a casi todo sobre la faz de la tierra y uno va obviando esos sentimientos porque no puedo pelearme todos los días con la gente que no me quiere en su país.

"No es lo mismo el rap que se hace en un país pobre como Cuba que el que se hace en uno rico como en Finlandia"

¿Qué opinión le despierta el panorama del hip-hop en España?

Desde hace ocho años, que es cuando yo llegué a España, están pasando cosas interesantes. En Cuba empezamos el movimiento a finales de los 90. En el año 2000 empezaron a llegarnos los primeros casettes de CPV, Nach Scratch, 7notas7colores, Violadores del Verso, SFDK y demás. Los fuimos respetando, porque nos dimos cuenta de que era un rap muy diferente al que nos llegaba nosotros, el norteamericano. Pero durante mucho tiempo existió una especie de monopolio y siempre sonaban los mismos.

No existió una renovación.

Claro. En Cuba surgían grupos nuevos cada año y eran aceptados por los que ya estaban. Se hacían colaboraciones y cada poco tiempo encontrabas nuevas influencias, nuevas letras, nuevas personas. Eso en España no ha pasado hasta hace relativamente poco. Hay ejemplos claros como Ayax y Prok, HardGZ, que es gallego. Gente underground que siente el rap de verdad y que, a diferencia de los de siempre, sí llenan conciertos.

¿Existe alguna relación entre ese estancamiento del rap en España con el periodo de crecimiento económico del país?

Yo creo que sí. La situación económica de un país va de la mano del rap. Es una música de protesta, de los latinos y negros de Nueva York que no estaban de acuerdo con el trato que recibían. Cuando vine a España me di cuenta de que no era el primer mundo que nos vendieron. Aquí hay gente que no tiene donde vivir, donde comer. Ves situaciones que ni siquiera he vivido en Cuba. Pero los raperos empezaron a cobrar cachés altísimos, y eso crea una expectativa que no fue satisfecha.

Y el rap en España no es algo cultural.

Claro. No es como el flamenco. El rap en España es algo prescindible. Eso ha pasado durante los buenos años económicos que se han vivido antes de la crisis. Muchos de los grandes raperos de entonces ya no llenan conciertos. Han cambiado sus letras y ya no generan lo que generaban antes. Ayax y Prok, por ejemplo, tienen 20 años y llenan en Barcelona. Tienen esa rabia, esas letras increíbles y esa juventud que trasciende y llega al público.

¿Ha desaparecido esa rabia del rap en España?

La gente crece, madura y se tranquiliza. Yo por ejemplo tampoco la uso ya. La tengo, pero la enfoco de otra manera, a través de mis letras. No necesito gritar. Sugiero. Con los años he aprendido a no tratar de imponer nada. En Finlandia, un país rico, los raperos hablaban de amor, de las ayudas que reciben del gobierno, de los bosques. Nada que ver con el rap que nace en un país con dificultades.

¿Qué opinión tiene del trap?

Es un subgénero del rap, aunque mucha gente no lo entienda así. Como en todo, hay canciones que me gustan, porque suenan reales, y otras que no tanto porque suenan artificiales. ¿Hablan de drogas, armas y sexo? Claro. La gente habla de eso. Los políticos venden armas, drogas y sexo. Pero eso no molesta. Molesta que se diga de manera directa y transparente y a través del trap. ¿Degradan a veces la imagen de la mujer? Los políticos y los anuncios televisivos lo hacen a diario y ante eso sí que no hay reacción. El trap no es culpable de nada.

Lo mismo pasó con el rap en sus inicios...

Exacto. Cuando empecé me decían que era una música violenta y de pandilleros. Pero las letras no obligan, solo reflejan e inspiran.