"De rodillas, ¡solo ante Dios!"

Ciudadanos ucranianos claman por la paz y la libertad en una protesta que logró reunir a centenares de personas que se solidarizaron con su pueblo ante el ayuntamiento de Lugo
photo_camera Decenas de personas se concentraron este domingo en la Praza Maior para mostrar su apoyo a Ucrania tras el comienzo de los ataques por parte de Rusia. VÍDEO: SEBAS SENANDE.

Los une los colores azul y amarillo de su bandera, su odio a Putin y el dolor de tener a los suyos en medio de una guerra. Los ciudadanos ucranianos asentados en Lugo decidieron este domingo hacer oír sus voces y sus sentimientos ante una invasión rusa de su país que los mantiene con el alma en vilo desde el pasado jueves.

Armados con cartulinas de colores, que hacían de pancartas, y una bandera atada a un palo, que hacía de mástil, los ucranianos –la mayoría, jóvenes– coreaban lemas como No a la guerra -que un anciano del público personalizó, coreando el grito, como ¡No quiero guerra!– o "¡Pueblo unido jamás será vencido!".

La protesta sirvió para que los ucranianos en Lugo externalizasen toda la angustia acumulada en estos días de bombardeos, toques de sirena y huidas en masa de su país. Pero también para que recibiesen, a cambio, la solidaridad de muchos lucenses que se acercaron a ellos, al final del acto, para mostrarles todo su apoyo.

A lo largo de la protesta, los manifestantes intervinieron para expresar sus sentimientos acerca de la pesadilla que les toca vivir, tanto a ellos desde Lugo, como a sus familias en Ucrania.

"En mi ciudad viven entre bombardeos y allí está mi abuela resistiendo. ¡Quizás yo no sea nunca tan valiente como lo está siendo ella!", decía una de las jóvenes ucranianas que tomaron la palabra en la protesta y que añadió: "¡Solo nos pondremos de rodillas ante Dios, no ante Putin!".

La misma joven continuó afirmando que "el Ejército de Ucrania es el más fuerte del mundo porque se levantan contra los rusos con armas que no tiene, haciendo cócteles molotov, y sin tener ayuda de nadie".

Esta ciudadana ucraniana pidió también que los países de la Unión Europea "envíen ayuda económica o humanitaria a mi país, necesitamos más ayudas porque a Putin le dan igual las sanciones y no sabemos nunca quién va a ser el siguiente" a la vez que cerraba su discurso afirmando "queremos libertad y paz".

Las intervenciones fueron seguidas de aplausos del público presente. Algunos de ellos ondeaban banderas ucranianas.

Otra chica de las concentradas también intervino y gritó: "¡Están matando a niños de 3 años!, ¡Putin, asesino!".

Acto seguido, otra mujer habló para decir: "Los ucranianos tenemos armas muy potentes como es el amor a nuestra patria".

La primera de las intervinientes volvió a tomar la palabra, una vez más, para hablar de la resistencia ucraniana. "Nadie daba un duro por nosotros, pensaban que la guerra duraría veinticuatro horas. Pero estamos demostrando que los ucranianos podemos con Putin, podemos resistir porque queremos nuestra libertad, nuestra nación".

Los convocantes del acto dieron las gracias a todos los presentes y dijeron que tenían "lágrimas en los ojos" por el apoyo que habían sentido, tanto ayer como en días anteriores. "Gracias a todos y que todo termine en paz", dijo una de las organizadoras.

La protesta finalizó cantando el himno ucraniano y con gritos de "¡Viva Ucrania!", "¡Viva España!" y "¡Viva Galicia!".

"En los supermercados de Ucrania ya no tienen comida para comprar"

 

Oksana lleva años en Lugo y consiguió tener su propio negocio, el bar Amsterdam, en la calle Río Eo. Casada con otro ucraniano, la mayoría de su familia está en su país, en una región cercana a la frontera de Polonia. Allí están todos o casi todos porque su madre se vino a Lugo, de vacaciones, justamente poco antes de que estallase la guerra. "Cuando vino no se imaginaba que esto pudiese llegar a suceder y, mira tú por dónde, fue mejor así. ¡Ahora no la dejo yo marchar para allá!", afirma. Sin embargo, en Ucrania siguen su suegra, sus primos y sus tíos. "Lo están pasando muy mal. Tienen mucho miedo. En los supermercados, ya no hay comida para comprar. Y se pasan las noches durmiendo bajo tierra, en un sótano que tiene la casa para refugiarse de las bombas que tiran los aviones", dice. Cerca de donde vive la familia de Oksana hay una base militar que fue bombardeada por los rusos. "A ver cómo termina todo esto. Es terrible lo que está pasando en mi país y Europa debería ayudar", apunta.

"Es indescriptible lo que se está viviendo allí, pero mi familia no quiere irse"

Valentina llegó con 5 años a Lugo y lleva dieciséis. Habla un español prácticamente perfecto, apenas se le nota el acento ucraniano. Sin embargo, su corazón sigue estando en su país, donde vive mucha de su familia. "Allí están mis abuelos, mis tíos y mis primos aguantando la situación, que es indescriptible, pero no quieren marcharse de su país. Ellos quieren seguir viviendo allí, en su casa, en su tierra", comenta. Esta joven asegura que la vida de sus familiares sigue en una ciudad situada al sur del país muy cerca de la península de Crimea (tomada por los rusos hace ocho años). "Allí, donde está mi familia es Ucrania porque, aunque está cerca de Crimea, no están dentro de la península. Y están allí en medio de los constantes bombardeos y de las alarmas de las sirenas, que suenan constantemente", dice. Valentina pide ayuda a los países europeos para que Rusia no se haga con Ucrania. "Ucrania no tiene suficiente fuerza para poder defenderse. Necesitamos ayuda internacional", clama.

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