Historias de Lugo

El reformatorio que reconvertía a las "descarriadas" en castas

Un total de 229 mujeres fueron internadas, entre 1943 y 1960, en la Casa Hogar por llevar una vida contraria a la conducta moral católica.

libro
photo_camera Una de las hojas del libro de registros del antiguo reformatorio de mujeres de Lugo. EP, ARQUIVO HISTÓRICO PROVINCIAL.

En Lugo existió un reformatorio para mujeres "descarriadas o caídas". Estaba en la actual sede de Aspnais y funcionó desde 1942 hasta 1986, aunque su inauguración oficial fue en 1953, a cargo del ministro de Justicia, Juan Antonio Iturmendi. Esta institución franquista, que pretendía reformar a las mujeres para que llevasen una conducta casta, de acuerdo con la moral católica y el régimen, recibió el nombre de Casa Hogar de Nuestra Señora de los Ojos Grandes. Por este centro, pasaron entre 1943 y 1960 un total de 229 mujeres, según una investigación realizada por Enriqueta Barranco basada en la documentación existente en el Arquivo Histórico Provincial de Lugo.

Los ingresos en el reformatorio los decidía la junta provincial del Patronato de Protección de la Mujer, un órgano franquista para reconvertir a las mujeres a la moral católica.

La junta provincial se formó en 1942 bajo la presidencia del gobernador civil, Ramón Ferreiro, y la vicepresidencia de Manuel Pedreira. El secretario era Andrés Corral. Había, además, catorce vocales y el policía Joaquín Díaz Moreno. El personal adscrito a la junta eran el ordenanza Manuel Abel Puga, las visitadoras sociales o "celadoras de la moralidad" María Álvarez Abelleira y María de la Paz Domínguez Maseda y la auxiliar de oficina Ofelia Lourido Ferreiro.

Se actuaba por denuncias realizadas por la Policía, los padres, otras personas o, incluso, por las propias interesadas (bajo presiones), pero también de oficio, vigilando «lugares de seducción para jovencitas como piscinas y bailes públicos».

Después de la de Lugo, se constituyeron las juntas de A Fonsagrada, Chantada, Mondoñedo, Vilalba, Ribadeo, Becerreá, Monforte, Sarria, Quiroga y Viveiro.

Entre finales de 1951 y 1960, la junta de Lugo llevó a cabo 116 actuaciones. La mayoría, 76, ingresaron en el reformatorio, pero las embarazadas fueron trasladadas a la maternidad de La  Almudena, en Peñagrande, o a la Casa Cuna, y las "rebeldes", a otro centro de San Fernando de Henares, Madrid.

En la primera década del funcionamiento del reformatorio, era la Policía la que denunciaba casos de mujeres "descarriadas" candidatas a acabar en el reformatorio. Entre los años 50 y 60, la mayoría
de las denuncias procedían de los padres, le seguían las de la Policía, autoridades civiles, personal del patronato y un 7 por ciento eran denuncias puestas por las propias mujeres, quizá víctimas de fuertes presiones.

El principal motivo para ir al reformatorio era ser «un peligro moral», seguido de la prostitución (abolida en España en 1952), la vida descarriada, los abandonos, los amores ilícitos, las fugas del domicilio, la corrupción de menores, el aborto y el incesto. También había casos de mal ambiente o malas compañías, infidelidad conyugal, bigamia o, simplemente, desobediencia.

La edad mínima de ingreso eran los 16 años. Las jóvenes podían quedar libres al cumplir los 23 siempre y cuando llevasen siete años dentro.

La estancia media de la mayoría era entre cuatro y cinco años. El matrimonio, el ingreso en un convento o un empleo como asistenta eran circunstancias que facilitaban la salida.

La vida allí dentro era penosa. Un informe de una visita de María Luisa Blanco, funcionaria de la Sección Femenina Auxiliar de Prisiones, alertaba del frío que pasaban las mujeres de Lugo en un edificio con poca calefacción.

La antigua finca del general Pin
El reformatorio se asentó en la antigua finca del general Pin, comprada en 1945 a los herederos de Claudio López Arias. El edificio contaba con una celda de aislamiento.
Gestión
El centro lo gestionaban las monjas del Buen Jesús por 4.000 pesetas anuales por cada religiosa destinada allí.
Embarazos y líos con casados
Una asistenta de 17 años fue denunciada por su señora por estar embarazada e intentar abortar. Tres años después, el patronato la entregó a sus padres.
Optalidón
El reformatorio acogió un año a otra chica de 16 años, fugada de casa, que tuvo relaciones con un hombre casado e intentó suicidarse con Optalidón.
 

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