"Sé que avanzamos en igualdad pero todavía queda mucho por hacer"

La Policía Local cuenta, por primera vez, con una inspectora. El acceso de las mujeres a los cargos en el cuerpo se produce 160 años después de su creación, en 1861. Tras aprobar una oposición, Belén Santiso estrena el puesto de inspectora. Con ella, otra mujer, María López, será también la primera oficial.
María Belén Santiso Felpeto, junto a la sede de la Policía Local. SEBAS SENANDE
photo_camera María Belén Santiso Felpeto, junto a la sede de la Policía Local. SEBAS SENANDE

EN 1861, cuando se creó la entonces llamada Guardia Municipal, era inconcebible que una mujer llegase a ser policía y mucho menos ocupar un cargo dentro del cuerpo. El reglamento lo dejaba bien claro. Los requisitos para ser guardia eran: ser español, haber hecho cinco años de mili, no tener más de 40 años, medir más de cinco pies de alto (metro y medio), saber leer y escribir, tener buena voz, ser robusto, vivir en Lugo, no padecer enfermedad ni defecto físico y, lo más importante quizás, ser varón.

Ahora, a punto de cumplirse los 160 años de ese reglamento —fue presentado por el alcalde el 7 de diciembre de 1861—, María Belén Santiso Felpeto estrena su cargo de inspectora de la Policía Local en Lugo. Ella es, de momento, la primera y la única en ocupar ese cargo. Está satisfecha pero espera que muy pronto ya no sea noticia que una mujer llegue, por fin, a la escala ejecutiva de la Policía Municipal de Lugo.

¿Contenta con ser la primera mujer que llega al cargo de inspectora de la Policía Local?

Sí, siento una gran satisfacción personal por haber llegado hasta aquí tras veintiocho años de servicio en el cuerpo siendo agente. Es un reto que afronto con ganas. Ahora me esperan seis semanas de formación en la Academia Galega de Seguridade.

No le parece que es un poco tarde —dado que estamos en 2021— para que una mujer sea un mando de este cuerpo en Lugo?

Quizás sí que sea un poco tarde pero lo cierto es que desde que entré, en 1993, no hubo forma de promocionar. Fue la primera convocatoria que se hizo para inspectores. Siempre defendí la igualdad entre hombres y mujeres y sé que avanzamos pero queda mucho por hacer. De hecho, lo importante sería que dejase de ser noticia que una mujer accediese al cargo de inspectora en la Policía Local. Me sorprende que lo sea todavía, pero lo entiendo, aunque debería ser algo normal y habitual. No soy la única que accedió esta vez a un puesto de mando. Otra compañera, María López, se convirtió también en la primera oficial en otra convocatoria reciente de la Policía Local de Lugo.

¿Cuáles serán sus funciones como inspectora de la Policía Local?

Es un puesto de la escala ejecutiva mientras que los oficiales y policías están en la escala básica. Es un trabajo más organizativo y supervisamos las tareas del personal a nuestro cargo. Hoy [por ayer] fui la jefa del turno de mañana y, como tal, organicé la actuación del personal de servicio de ese turno en concreto.

Me sorprende que todavía sea noticia que una mujer llegue a inspectora

¿No echará de menos estar en la calle ejerciendo de policía?

Llevaba, recientemente, varios años en el centro de mando. Es decir, atendiendo el 092. Fui también policía de barrio y ejercí, en otra época, labores administrativas. Todos los trabajos tienen su dificultad y creo que tengo mucho que aprender todavía. En la calle, tampoco es fácil estar, aunque cuando estuve me gustó mucho.

¿Cómo vivió, como aspirante aprobada, las acusaciones que hubo de filtraciones en los exámenes a los que se presentó?

Lo viví como algo ajeno por completo a mí y la única información que tuve fue a través de la prensa. En su momento, fue un disgusto porque podría suponer repetir los exámenes pero me alegro de que la Fiscalía archivase las actuaciones y de que esto sirviese para dar transparencia al proceso.

¿Le dedicó muchas horas a esta oposición para llegar a aprobarla?

La verdad es que sí. Me ayudaron también las circunstancias personales ya que mi hija vive fuera de Lugo y disponía de más tiempo. Al trabajar a turnos, quizás tengas también más tiempo y agoté todos los días libres, vacaciones y de asuntos propios de los que disponía. Al final, estudiaba más de diez horas diarias. Era duro, pero estaba muy motivada y creo que con esfuerzo y constancia se llega a todo. Es importante esforzarse y no acomodarse a una situación. Siempre pensé que el esfuerzo iba a tener una recompensa.

Tiene una hija que ya es adulta pero, cuando era pequeña, ¿le era fácil conciliar con este trabajo?

Siempre conté con la ayuda de mis padres porque tenía bastantes dificultades para conciliar porque, además de que estoy divorciada, había veces que entraba en el turno de las seis de la mañana o de conlas diez de la noche y a esas horas no funciona ninguna guardería.

Cuando inició su carrera, hace veintiocho años, todavía debía ser un poco llamativo que una mujer fuese policía...

Ese año entramos cinco mujeres pero no fuimos las primeras. Ya había otras compañeras, lo que sí fuimos la promoción más numerosa y fue también la primera promoción de policías locales que salió de la Academia Galega de Seguridade. Sin embargo, sí era todavía muy novedoso ver a una mujer policía. La gente se fijaba en nosotras y las señoras mayores nos decían que estaban orgullosas de nosotras.

Recibirían también muchos comentarios machistas...

Comentarios machistas los hay en todos los ámbitos de la vida... pero no recuerdo que nadie me faltase al respeto por ser mujer. Por lo menos, a la cara nadie me dijo nunca nada. Quizás el hecho de llevar uniforme influye. Más bien al contrario. Recuerdo que, en una ocasión, un delincuente habitual se desnudó y no se quería vestir. Los compañeros lo taparon pero, en cuanto me vio a mí, me pidió disculpas. Se quedó cortado de que lo hubiese visto desnudo.

¿Ser policía fue algo vocacional en su caso?

No. Estaba haciendo la diplomatura de Empresariales cuando me enteré de las oposiciones a la Policía Local y decidí presentarme. Al aprobar, cursé el tercer año, que era el último, a medias porque me tuve que marchar para la Academia Galega de Seguridade. Después, con el tiempo y ya trabajando, continué los estudios universitarios y acabé licenciándome en Administración y Dirección de Empresas (Ade). Así que, en mi caso, no fue nada vocacional. Simplemente, me surgió esa oportunidad, en la que se convocaban veintiuna plazas, y me presenté.

¿Y le acabó gustando el trabajo?

Sí, siempre estuve muy a gusto. Es un trabajo gratificante. Abarca muchos campos y me acabó gustando mucho. De hecho, no desarrollé ninguna otra profesión en todo este tiempo.

Por cierto, ¿es usted de Lugo?

Sí, nací aquí, cuando era un bebé mis padres y yo emigramos a París. Allí estuvimos hasta que yo cumplí los 5 años. A esa edad, mis padres decidieron venirse para A Milagrosa, de donde soy.

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