Dos parejas lucenses se quedan sin boda por culpa del coronavirus

Los novios se vieron obligados a aplazar sus enlaces a pocas horas de decir el sí quiero y con todo preparado
Alejandra Trigo y Juan Cuyar. EP
photo_camera Alejandra Trigo y Juan Cuyar. EP

Alejandra Trigo y Juan Cuyar debían celebrar este sábado uno de los días más felices de sus vidas, el de su boda, pero la pandemia de coronavirus ha obligado a posponer una celebración que llevaban mucho tiempo esperando y preparando.

Ambos deberían lucir sendas alianzas de casados este sábado, pero el covid-19 ha retrasado el sí quiero. Con las invitaciones enviadas, el traje de la novia guardado bajo siete llaves y la tarta nupcial a punto de entrar en el horno, un giro espectacular en los acontecimientos hizo que la pequeña Abril, su hija, vaya a tener que aguardar unos meses más para ver cómo es la boda de sus padres. Y soportar que ella no será el único centro de atención en la ceremonia en la iglesia de Castelo.

"La primera rueda de prensa de Feijóo que anunciaba las medidas que tomaría la Xunta para frenar el coronavirus me cogió de improviso. Muchos amigos me enviaron mensajes por whatsapp para comentármelo porque no estaba escuchando las noticias. Fue todo muy repentino", asegura Alejandra sobre el momento que precipitó la suspensión de su boda.

Un banquete de boda es el caldo de cultivo perfecto para que un virus que se contagia por contacto humano se propague como la espuma. Por ello, la gerente del hotel Torre de Nuñez había puesto a su disposición todo una serie de medidas higiénicas y de precaución para que el enlace pudiese celebrarse.

"Sabíamos que daba igual que fuesen solo cincuenta invitados o cien, el virus podía propagarse. Ana nos dijo que los camareros podrían llevar guantes y mascarilla en el momento de servir la comida pero la aglomeraciones deben evitarse a toda costa en estos casos", admite la sanitaria lucense.

"La celebración era inviable por ambas partes. Tendríamos que respetar todos una distancia de seguridad. Sería un ambiente raro", comenta. "Soy sanitaria y la situación ya se veía venir. Me gustaría enviarle un mensaje de tranquilidad a la gente. Que todos tengamos calma y que no perdamos la cabeza", concluye Trigo.

Los aplazamientos derivados de la crisis del coronavirus se cobraron una segunda boda, que estaba previsto celebrar hoy en el restaurante Louzao de Viveiro.

El novio, Francisco Portilla, apuntó que el aplazamiento fue "por causa de forza maior, é un pao para nós, pero máis aínda para os que traballan". Portilla precisa que "a boda é unha area na praia, onte foi un día duro, pero isto é obrigado. Hai que tomar as medidas preventivas necesarias para que isto non se expanda".

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