PEDRO LECHUGA | PERIODISTA

"La pandemia dejó claro que fuente oficial no es sinónimo de veracidad"

Presidente de la Asociación de Periodistas de León y decano del Colegio Profesional de de Castilla y León, Pedro Lechuga trae este miércoles a Lugo un libro en el que repasa, a través de 19 conversaciones con colegas, los claros y oscuros de la cobertura informativa de la pandemia
Pedro Lechuga muestra su libro. EP
photo_camera Pedro Lechuga muestra su libro. EP

La casa do Saber acoge este miércoles, a las doce, la presentación del libro Covid19-Periodistas. Además del autor, Pedro Lechuga, estará la vicerrectora de la USC, Montserrat Valcárcel, y el presidente de la Asociación da Prensa de Lugo, Benigno Lázare.

¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?
Después de acabar la carrera trabajé unos años en Alemania, allí conocí a periodistas alemanes y turcos. En el inicio de la pandemia, Erdogan decidió que un avión con 150 respiradores que había comprado España no salieran de suelo turco. Fue una noticia que tuvo mucha repercusión en España, donde se vio como una verdadera injusticia, un robo. Yo hablaba con uno de mis amigos turcos y allí la perspectiva era otra, se veía como una defensa de los intereses nacionales, Turquía no podía deshacerse de equipos que iba a necesitar. Así fue cómo pensé que sería interesante ver cómo se estaba contando la pandemia en distintos países. La elección del número de países estaba clara. Hablé con 19 periodistas de cinco continentes para recoger cómo se reflejaban las noticias sobre covid- 19, si había o no transparencia, cómo respondía la sociedad... el objetivo siempre fue una crítica constructiva para aprender de errores y así no repetirlos.

¿Hasta qué momento de la pandemia recoge el libro?
Desde el inicio hasta finales de julio. Creo que fueron los momentos clave, los del inicio. Fue un período un poco caótico en el que se observa si periodistas, sociedades y gobiernos están a la altura y responden como deben hacerlo.

¿De las cosas que le fueron contando los periodistas que cubren distintos países que fue lo que más le sorprendió?
Uno de los periodistas que participa en el libro es Alberto Mancebo, corresponsal de la TvG en Portugal, que explica cómo respondió la sociedad portuguesas a algunas medidas. Una de las cosas que más me sorprendió es que, antes de que se decretase el confinamiento, la sociedad allí decidió autoconfinarse. Además, Alberto Mancebo contaba que desde el primer momento se vivió esta crisis con una sobriedad y tranquilidad que aquí no se vio y que se debe a que la clase política en Portugal no vive en una crispación continua. Eso contribuyó a que encararan la pandemia con más serenidad y sosiego. Además, frente a las fake news, explica que en Portugal no existen, que no se propagaron por las redes de la misma forma que hicieron aquí. Se considera a los periodistas como profesionales que ofrecen información de calidad y, así, no hay necesidad de buscar otras alternativas. También me llamó la atención que, en Marruecos, en los primeros tiempos, mientras que aquí se luchaba para conseguir mascarillas, el Gobierno adquirió dos aviones llenos provinientes de China. A veces desde Europa se mira a otros países por encima del hombro cuando su respuesta fue más rápida y hábil que la nuestra. También resulta llamativo que, frente al eterno debate que hubo aquí sobre economía y salud, allí se decidió cerrar todas las mezquitas durante el mes de Ramadán. Conscientes de la debilidad de su sistema sanitario pusieron la salud por delante de la religión.

¿Qué tal parada sale España?
En lo que se refiere a los periodistas, hay que reconocer que, en un primer momento, no estuvimos a la altura de las circunstancias. Me refiero al comienzo, cuando transmitíamos que se trataba de algo que ocurría muy lejos. Incluso cuando llegó a Italia, que está ahí al lado y tiene una sociedad que no difiere nada de la española, no sé si por soberbia o por desconocimiento, seguíamos insistiendo en que no iba a llegar a España. ¿Por qué ocurrió eso? Porque no se cuestionó la versión oficial, que defendía que aquí habría solo unos pocos casos y que no se produciría transmisión comunitaria. No se contrastaron las fuentes oficiales con otras y a quien lo hizo y concluía algo distinto se le tachó de alarmista. En gran medida eso pasa porque, debido a la precariedad que arrastra el periodismo desde hace años, faltan periodistas especializados en Ciencia y Medicina. También hay menos corresponsales en el extranjero. Hubo mucho ruido y confusión y creo que una conclusión de esta pandemia es que fuente oficial no es siempre sinónimo de veracidad. Pero también es verdad que, pasado ese momento inicial, los periodistas hicimos un buen trabajo, muchas veces con pocos medios, con problemas de falta de transparencia por parte de las administraciones y en un momento delicado a nivel laboral. Creo que ha quedado claro, por si se nos había olvidado, que somos un servicio esencial y que no hay un sistema democrático sano sin periodismo.

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