La otra gripe que vació Lugo

Hace poco más de un siglo, los lucenses sufrían una epidemia que causó unos 400 muertos en la provincia. Fue la gripe española o ‘Soldado de Nápoles’. Su presencia supuso aquel año, 1918, la suspensión del San Froilán y una protesta de las pulpeiras
Mujeres con mascarilla para prevenir la gripe española hace un siglo. EP
photo_camera Mujeres con mascarilla para prevenir la gripe española hace un siglo. EP

Un siglo antes del coronavirus, los lucenses estaban pasando por otra epidemia que sufría toda Europa y Estados Unidos y que también se llevaba vidas por delante. Era la de la llamada gripe española o ‘Soldado de Nápoles’, nombre sacado de una canción de una zarzuela igual de pegadiza que la enfermedad.

Esta epidemia, que se desató entre agosto de 1918 y abril de 1919, se llevó por delante a unos 400 lucenses por complicaciones respiratorias, según un estudio publicado en la revista científica BMC Infectious Disease, que hace una comparativa de la incidencia de esta gripe entre 49 provincias de todo el país.

Pese a los 400 muertos, Lugo no fue de las provincias gallegas más afectadas por la epidemia. Se situaba en tercer lugar, después de Ourense y A Coruña. Aun así, la vida de los lucenses­ —como ahora— cambió por completo en unos pocos días, obligados a un confinamiento en sus casas que dejó vacía la ciudad incluso por San Froilán, cuando comenzó a sentirse más la presencia de la enfermedad entre la población.

Por ese motivo, en octubre de 1918, las fiestas de San Froilán se interrumpieron en Lugo. A un día de su fin, el 11 de octubre, el gobernador civil, Enrique Alberola, ordenó su suspensión dado que la congregación de mucha gente en la capital podría contribuir a un aumento de la propagación de esta enfermedad.

Anuncios de medicamentos para tratar la gripe publicados por El Progreso de hace un siglo.

Para asegurarse de que la gente no fuese a las fiestas, esta autoridad mandó destruir varias barracas y ordenó, además, deshacer las casetas del pulpo de A Mosqueira, lo que provocó una manifestación de las pulpeiras, que acudieron a El Progreso para que intercediese con el gobernador y le hiciese cambiar de opinión, lo que finalmente no se consiguió.

Pero esta no fue la única medida que se adoptó entonces en Lugo para vencer el fantasma de aquella letal gripe española. Paralelamente, se retrasó el inicio de las clases en las escuelas y, días después, también se cancelaron las fiestas de As San Lucas, en Mondoñedo para evitar la propagación de la enfermedad.

Como ahora, la consigna era que no hubiese aglomeraciones y, ya adentrados en noviembre, se ordenó, por ese mismo motivo, cerrar el cementerio de San Froilán por Todos los Santos y Difuntos.

La vida cotidiana transcurría en Lugo sin paseos por el Cantón (los músicos de la banda estaban con gripe) y sin funciones teatrales ni soirées en sociedades recreativas a fin de evitar todo tipo de reuniones de gente. Las crónicas de El Progreso también daban cuenta del continuo sonido de campanas en el centro, sobre todo en la iglesia A Nova, tocando a muerto.

La epidemia se inició en la primavera de 1918 en Madrid de forma suave para ganar más virulencia en octubre y noviembre

Como las cifras de fallecidos continuaba aumentando de día en día, la Junta Provincial de Sanidad dictó una serie de recomendaciones para evitar la propagación de la enfermedad que —además de impedir por todos los medios reuniones y aglomeraciones de gente— incluían otras como hacer frecuente limpieza de las calles y desinfecciones, clausurar almacenes de “trapos” y llevar a cabo realojamientos de la población. El Gobierno también publicó dos reales órdenes para que se desinfectasen los trenes y se prohibiese la importación de “trapos”. Otra medida más fue impedir el uso de cintas en las carrozas fúnebres.

En el Ayuntamiento de Lugo, se estableció una oficina para socorro a los enfermos pobres, donde se les proporcionaba medicamentos y leche, único alimento recomendado por los médicos. Para surtir de leche a los enfermos, la Alcaldía contrató a lecherías de fuera de Lugo para que suministrasen diariamente 70 litros.

ORIGEN. La epidemia se inició en la primavera de 1918 en Madrid de forma suave para ganar más virulencia en octubre y noviembre. Recibió el nombre de “española” porque solo la prensa de nuestro país se hacía eco de sus estragos. Al resto de las potencias implicadas en la Primera Guerra Mundial no les interesaba la epidemia, ni que se informase de ella para no desmoralizar a los soldados y al resto de la población.

Esta gripe no se originó en España, sino que esta llegó en tren desde Francia. Los peones españoles iban a hacer temporadas al país vecino porque los franceses estaban en el frente. Allí contrajeron la gripe y la trajeron a España. También hay la teoría que sitúa el origen de esta epidemia en Kansas, Estados Unidos. En Europa, los primeros casos se darían entre los americanos acuartelados en Burdeos y Brest, Francia.

Comentarios