Javier Vázquez Prado: "La oposición está ahí tanto para ayudar y construir puentes como también para volarlos"

Este profe de Inglés se acaba de meter en política pero todavía se siente más docente que concejal. No en vano empezó en el oficio con 24 años, recién acabada la carrera
El concejal del PP Javier Vázquez Prado
photo_camera El concejal del PP Javier Vázquez Prado

Lleva veintitrés años dando clase en los Salesianos y todavía no está quemado. Confiesa que lo suyo es vocacional. Ahora pretende llenar las tardes con la política local, como concejal del PP . Asumirá esta tarea con un enfoque educativo: el de "montar los andamios para que los padres enseñen a sus hijos a vivir la ciudad".

¿Son muchos años ya dando el callo en las aulas?
Sí, pero todavía no me cansé de ser profesor. Al contrario, cada vez es más interesante porque conozco a los padres de varios de mis alumnos. Ves cómo van creciendo los niños y, a la vez, tú te haces cada vez más mayor.

¿Lo suyo con la docencia es totalmente vocacional?
Totalmente. Los niños son los ojos de nuestra cara y el futuro del mañana. Por eso, es conveniente explotar lo bueno del alumno. Así se evitaría el síndrome del alumno o profesor quemado.

Por lo que cuenta, quizás el síndrome del profesor quemado lo sufra usted más en vacaciones que durante el resto del año...
Me aburre el trabajo burocrático que hace el profesor. Sin embargo, la llegada de los niños a las aulas es una felicidad. Nuestro trabajo es muy dinámico, no hay ningún día igual. 

¿Es de los profesores que más suspenden a los alumnos?
No, intento que sea fácil aprobar. Creo que un suspenso es una responsabilidad compartida porque parte de ese suspenso responde a mi trabajo como profesor. Ahora que lo más importante para mí es que los alumnos cojan el gusto por el estudio, que no estudien solo por la nota.

¿Qué fue lo que lo movió a meterse en las listas municipales y a hacerse concejal? 
Me interesaba estar en contacto con la realidad del Ayuntamiento de Lugo donde hay más trabajo, tanto realizado por los políticos como por los funcionarios, que el que percibe el ciudadano.

¿Cuál va a ser su rutina para poder atender a todo?
Intentaré ir todos los días al Concello, al que le dedicaré las tardes y los fines de semana.

Un suspenso es una responsabilidad compartida porque parte de ese suspenso responde a mi trabajo como profesor

¿Siente frustración por haberse quedado finalmente haciendo oposición municipal?
Es más ingrata la oposición. Parece que está solo para criticar pero la oposición tiene que hacer propuestas. Estamos ahí tanto para ayudar y construir puentes como para volarlos.

¿Cuánto tiempo lleva en el PP?
Diez años. Me metí en el partido por dos motivos: porque soy de Lugo y quiero devolver a la ciudad lo que me ha dado y porque Elena Candia me propuso presidir la comisión de Educación dentro de la organización del partido y ahí estuve durante estos años.

¿Se sorprendió cuando le plantearon ir en la lista a las municipales?
No, los caminos se van andando poco a poco. Sabía que podría tener un encaje así que no me cogió de sorpresa. Fueron un par de días de reflexión y listo. No me costó mucho decidirme a ir en las listas municipales.

¿Con qué intenciones llega usted a la política local?
Una de mis intenciones es montar los andamios para que los padres enseñen a sus hijos a vivir la ciudad. Es importante educar en la transversalidad. Es decir, no solo se educa a los niños dentro del aula sino también con lo que ocurre fuera del colegio.

Su trabajo como profesor y ahora como edil apenas le dejará tiempo para su vida personal... Fuera del aula y del Concello, ¿a qué dedica el tiempo libre?
Me gusta ir al Paseo do Miño, por la zona del puente romano porque simboliza nuestros orígenes. Practico varios deportes: baloncesto, paddle, voy a correr, nado... pero no soy bueno en nada. Eso sí, intento hacer algo todos los días para poder estar en forma.

Comentarios