Nunca es tarde

El lucense Jesús Vilar realiza a sus 76 años su primera exposición individual de pintura, que consta de 16 cuadros inspirados en paisajes
Jesús Vilar, ante algunas de sus obras. XESÚS PONTE
photo_camera Jesús Vilar, ante algunas de sus obras. XESÚS PONTE

A sus 76 años el lucense Jesús Vilar Rodríguez realiza su primera exposición individual de pintura. A lo largo de este mes 16 obras de este septuagenario autodidacta cuelgan de las paredes del comedor del restaurante Toni Portela, en la Rúa da Cruz.

Pese a esta tardía ópera prima, su vocación no lo fue. Este vecino del barrio de A Milagrosa, que vino al mundo en la Nochebuena de 1945, recibió formación artística cuando era joven.

Jesús Vilar asistió a clase en la década de los 60 del siglo pasado en la Escuela de Artes Aplicadas, la antecesora de la Ramón Falcón, cuando se encontraba en la Rúa Chantada, en las instalaciones que ocupa hoy en día el Centro de Artesanía e Deseño (Centrad). Junto a sus compañeros participó en una exposición colectiva en el Círculo de las Artes.

También recibió entonces clases particulares de dibujo por parte del profesor Saturno Lois. Recuerda que estas fueron gratuitas.

Las 16 obras que expone en este céntrico establecimiento de hostelería permiten realizar un viaje virtual desde A Mariña hasta Lugo

Este septuagenario tuvo que aparcar hace más de medio siglo esa afición artística debido, según dice, a sus obligaciones laborales como agente comercial. "Mi profesión no me lo permitía. Estaba muchas veces fuera y no tenía tiempo", explica.

Cuando se jubiló, Jesús Vilar retomó su querencia por el óleo y las acuarelas de una forma autodidacta y ahora le ha surgido la alternativa de poder realizar su primera exposición individual.

Para explicar que supone esta oportunidad que le ha llegado a los 76 años de edad, recurre al refrán de que "nunca es tarde si la dicha es buena".

Jesús Vilar retrata sobre todo paisajes, tanto naturales como urbanos. Las 16 obras que expone en este céntrico establecimiento de hostelería permiten realizar un viaje virtual desde A Mariña hasta Lugo, con paradas en O Fuciño do Porco, en O Vicedo; en la ría de Viveiro, vista desde Area, o en monumentos de la capital lucense, como la muralla romana y la catedral, vista desde la peatonal Rúa Bispo Basulto.