"¡Nada me gustaría más que venir a Lugo desde Madrid en Ave! Sería uno de los beneficiados"

Hace dos meses que Sergio Vázquez Torrón ocupa el cargo de secretario general de Infraestructuras. Aunque su nombre no trascendió en la política, durante años fue la sombra de tres ministros. El último, Ábalos
Sergio Vázquez Torrón. SEBAS SENANDE
photo_camera Sergio Vázquez Torrón. SEBAS SENANDE

PASÓ DE ESCRIBIR discursos y aconsejar a los políticos a ser el cargo que se rodee ahora de asesores. Aparte de ser un amante de las artes culinarias, al lucense Sergio Vázquez Torrón le viene como anillo al dedo la expresión de "ser cocinero antes que fraile". Desde la sombra, supo manejar los hilos de tres ministros: José Blanco, en Fomento; Beatriz Corredor, en Vivienda, y, hasta el pasado junio, José Luis Ábalos, en Transportes. Ahora será él quien se tenga que dejar asesorar, si así lo quiere. Desde julio, es el nuevo secretario general de Infraestructuras, del Ministerio de Transportes.

Pese a que consiguió llegar a este cargo y a que lleva mucho tiempo en el partido, poco suena su cara en el PSOE lucense. ¿Se presentó alguna vez a unas elecciones?

Una. Iba de segundo en las listas al Senado en 2008, pero no salí. Esa se puede decir que fue una experiencia piloto en política y, a partir de ahí, vino la hibernación dentro del partido. La gente no sabe muy bien lo que hacemos los asesores. Es un trabajo en el que hay que ser un poco hombre orquesta y polivalente. Llevamos la gestión de la agenda, de los contenidos, de los discursos de los políticos... Realmente, no está reconocida la dedicación que supone una asesoría política.

¿Es cierto que los asesores y los gabinetes de comunicación tienen más poder del que se cree? ¿Cuántas decisiones políticas se toman influenciadas por los asesores?

Las decisiones las toman los políticos pero un director de gabinete o asesor le plantea el escenario y, a su vez, es el canal de acceso al político en cuestión.

Ahora que ejerce el poder, ¿también se dejará usted asesorar?

Tengo gabinete pero es más de tipo técnico. Creo en el trabajo en equipo. Estar en un cargo no es una actividad individual. Creo que esta será una oportunidad también para formarme más a mí mismo. No soy ingeniero, soy economista. Estuve en el ministerio antes, pero como director de gabinete. En la administración, necesitas confiar en los equipos y saber motivarlos, transmitiéndoles tus prioridades.

"No suele haber esa transición de asesor a político. Para un cargo, entras más rápido haciendo vida de partido"

¿Nada mejor que empezar desde los entresijos del partido para más tarde llegar a posicionarse en un cargo político?

Coordinaba el equipo de asesores de Ábalos. Un gabinete es una escuela de alto rendimiento para la política. No suele haber esa transición de asesor a político. Cuando hay buenos ‘gabineteros’, es difícil prescindir de ellos y muchos tampoco tienen la inquietud de saltar al otro lado. Para un cargo, entras más rápido haciendo vida de partido.

¿Qué prima más para usted, ahora como secretario general de Infraestructuras: el asesor que fue, el político que es o el técnico en el que puede convertirse al verse rodeado de sus asesores?

Eso es como decir si eres de Ciencias o de Letras. En mi puesto, hay que combinar política y asesoramiento técnico. Un político tiene que entender la raíz de los problemas técnicos pero si lo dejas todo en manos del asesoramiento técnico, pierdes autonomía.

De todo lo que tiene pendiente para Lugo encima de su mesa, ¿qué es lo que lo apura más?

A nivel ferroviario, dignificar las infraestructuras que son, francamente, mejorables. Eso tiene un coste pero se va a intentar que Lugo se beneficie de la alta velocidad y de los recortes de tiempos porque, siendo así, es mejor ir en tren que usar el coche.

¿Cómo está el proyecto de traer la línea de alta velocidad desde Ourense a Lugo? ¿Se hará algún día o eso es ya toro pasado?

De la conexión Ourense-Lugo, no se hizo nada. Dependerá del presupuesto, no es el momento ideal porque el Covid-19 está suponiendo un gran gasto para las arcas públicas. Hablar de estas cosas, si no hay presupuesto, es como intentar meter a cien personas en un Seiscientos. De todos modos, mejorar la conexión Ourense-Lugo entra dentro de la nueva política del Ministerio de Transportes.

En Lugo, el tren tendría potencial pero tiene que ser un destino atractivo para que se llenen los trenes

¿Nos podemos dar con un canto en los dientes los lucenses por tenerlo a usted de secretario general de Infraestructuras y a otra lucense, Isabel Pardo de Vera, de presidenta del Adif?

Quizás sí, no nos tiene que explicar nadie cómo está Lugo. Lo sabemos y eso es bastante. Lo que pasa es que en un ministerio hay muchas peticiones de todos los sitios y no puedes atender solo a las de tu ciudad. ¡Nada me gustaría más que venir a Lugo en Ave! Sería uno de los principales beneficiados.

¿Podremos ir a Madrid en cuatro horas como nos las prometían?

El horizonte es rebajar los tiempos, pero eso depende del tren que tengas y de las paradas. En Lugo, no hay aeropuerto y el tren tendría potencial pero también es necesario que Lugo sea un destino atractivo para que se llenen los trenes. El tren no lo soluciona todo, aunque es superimportante y vamos a hacer una apuesta fuerte. Llevar un tren vacío no es lo más ecológico del mundo y ni es rentable. Tiene su ventaja medioambiental pero siempre con una ocupación alta. Es más eficiente, en términos de emisiones a la atmósfera, un tren que lleve a cien personas que el que lleva a una. El tren puede ser protagonista de la transición ecológica y puede captar fondos europeos para ello.

Renovar un tren no es ir al supermercado o al concesionario. Heredas una gestión y unos proyectos a largo plazo
 

No habría también que renovar los trenes que van a Madrid y a Barcelona? ¿No están anticuados?

Los que hacen largos recorridos son trenes antiguos. Hace tiempo que no se licitan. Renovar un tren no es ir al supermercado o al concesionario. Heredas una gestión y unos proyectos que suelen ser siempre a largo plazo. Trato siempre de ajustarme a lo que se puede hacer y lo que puede ser. Si no, se genera frustración y agravio.

¿Llegarán algún día los trenes de cercanías a Lugo con comunicación directa a Santiago o a Vigo?

Eso es casi como un reto. Tiene que haber mucha gente para que sea eficiente un tren de cercanías. Hay que estudiarlo bien. La infraestructura del tren es muy cara y no siempre el tren es la mejor opción. La comunicación entre Lugo y Santiago mejorará mucho cuando acabemos la autovía (ahora mismo faltan dos tramos).

¿Podría dar una fecha?

Soy muy reticente a darlas. Hay un problema medioambiental en el tramo Palas-Melide, pero la finalización de la autovía es una prioridad para el ministerio.

"Deberíamos ponernos de acuerdo el Gobierno y la Xunta. No se trata de apuntarse medallas unos u otros"

¿Y cómo va la autovía que comunicará Lugo con Ourense?

Abrimos un tramo en septiembre pero, entre todas las prioridades, pesa más acabar la autovía que va a Santiago.

¿Cuántos obstáculos quedan por salvar por el Gobierno y la Xunta para llegar a hacer la intermodal?

Hubo unas dificultades con el edificio de Correos pero, en cuanto se subsanen, sacaremos adelante el proyecto y habrá que equiparla a tope. La estación intermodal es una infraestructura necesaria en Lugo que, además, dignificaría toda esa zona. Deberíamos ponernos de acuerdo el Gobierno y la Xunta. Al final, es una lucha política estéril que no da votos. La gente no vota en función de estas cosas. No se trata de apuntarse medallas unos u otros.

"Siempre que vengo a Lugo, voy a la plaza de abastos. Me gusta cocinar e, incluso, hago caldo"

 

Es usted de Lugo. ¿En qué barrio nació y creció?

En la calle Río Ser, en A Milagrosa. Allí vivimos hasta que con 16 años nos venimos al centro. Estuve en Lugo, toda la infancia y la adolescencia. Estudié en el colegio Rosalía de Castro y en el IES Lucus Augusti. Luego, me marché a A Coruña, a estudiar la carrera de Económicas y un master en Producción y Gestión Audiovisual. En Madrid, estoy desde 2004.

¿Viene mucho por aquí?

Cada mes, más o menos. Vengo bastante por aquí.

¿Y qué hace cuando está de visita por Lugo?

Voy a la plaza de abastos. Es un mercado espectacular. Tiene unos productos de gran calidad, como las fabas de Lourenzá. También me gustan los bares que hay en el mercado de Quiroga Ballesteros. Me gusta mucho cocinar en casa.

¿También suele ir usted al mercado en Madrid?

Los fines de semana, sí. Si le gusta cocinar, tendrá alguna receta que le salga bordada... Tanto como bordada, no, digamos que se va comiendo lo que hago, pero sí se me dan bien los pescados, los guisos, el steak tartar o, incluso, el caldo gallego.

¿Llegó a Madrid a través de José Blanco, el lucense que fue ministro de Fomento?

No. Tuve la oportunidad de entrar como asesor cuando el partido buscaba economistas. La secretaria del área económica buscaba un coordinador y, tras la entrevista de trabajo, comencé a trabajar. Eso fue de 2004 a 2008. Después, de 2009 a 2011, fui director adjunto del gabinete de José Blanco.

¿Le elaboraba también los discursos políticos?

Sí, por supuesto. Con Blanco, fue una etapa muy interesante porque me pilló la crisis de los controladores aéreos, en otro estado de alarma. De formación, economista y productor audiovisual.

¿Tienen algo que ver en su vida los números con las películas?

Las películas sí me valieron para la política. En el gabinete, coordinaba los discursos, que es como construir un guión de una película. Se sigue la teoría de las capas de la cebolla puesto que en el mismo discurso te diriges a varios públicos cada vez. Lleva apenas dos meses en el cargo y uno, de vacaciones.

¿Le dio tiempo a aterrizar?

¡Vacaciones entre comillas! Me traje varios informes para leer y aterrizar, pero no leí todo. La inmersión en el cargo fue muy de repente ¡y eso que no venía de fuera del ministerio!

Sinceramente, ¿aspiró alguna vez, como asesor, a llegar a un cargo político?

Te mentiría si te dijese que no. Sí aspiré, me parece apasionante porque estar en un cargo tiene la vertiente de hacer cosas y llevar adelante proyectos que, de otra forma, no podrías llevar a cabo.

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