Las fiestas ilegales arruinan la vuelta a la normalidad en Lugo, que sigue con restricciones

Dos de esos brotes dejan ya 35 positivos en la ciudad y cerrados al menos dos negocios donde trabajaban algunos de los asistentes
Fin de fiesta en As Saamasas. EP
photo_camera Fin de fiesta en As Saamasas. EP

Las fiestas ilegales, las noches de copas en las que se inclumplen todas las medidas preventivas, tanto de aforos como de horarios como de uso de mascarilla, son ahora mismo el principal foco de contagios de covid en la ciudad de Lugo y la principal razón por la que el municipio no ha conseguido unas tasas de incidencia que hayan permitido dejar atrás las restricciones.

A mediados de la semana pasada, el jefe de Oncología del Hula e integrante del comité de expertos del Sergas, Sergio Vázquez, reconocía que la situación pintaba bien y que, si la evolución mantenía ese ritmo, las restricciones podrían relajarse esta semana. La clave estaba en ese condicional porque, ya en la segunda parte de la semana, se pudo observar un giro claro en la evolución con la detección de dos brotes: uno fruto de una noche de copas en un local de la zona de As Saamasas el último fin de semana de septiembre, otro en un bar de la Rúa A Milagrosa, el primero de octubre. Entonces, entre ambos sumaban 9 casos. Hoy superan los 35 positivos.

Sanidade ya está haciendo PCR entre quienes acudieron el pasado domingo a la de la Rúa Falcón, donde se denunció a 36 personas

"Que a situación en Lugo estea estabilizada non quere dicir que estea controlada nin que non podamos ter un aumento importante de casos. Estamos observando que a partir destes fins de semana, das festas e reunións en determinados bares saen positivos que provocan a diseminación de casos a nivel laboral e familiar", aseguró el gerente del área sanitaria, Ramón Ares, que destacó que es importante "a responsabilidade de todos", tanto la de los hosteleros que toleran esa clase de reuniones en sus locales, como la individual de los asistentes que incumplen las medidas de prevención.

Los brotes de estos establecimientos, además, "siguen un patrón similar al de A Milagrosa", apuntó el director asistencial del área, Rafael Monte, en referencia a que son foco de otros nuevos y los asistentes que se infectan generan cadenas de transmisión en sus casas y sus trabajos. Así, como ocurrió en aquel caso —iniciado en un pub de Marina Española— también estos están provocando el cierre de otros negocios, al contagiarse otros compañeros. Al menos dos locales están en esa situación y han tenido que bajar la verja temporalmente.

Ares: "Das festas e reunións nalgúns bares saen positivos que provocan a diseminación de casos a nivel laboral e familiar"

Aunque el rastreo se ha iniciado antes en estos casos que en el del verano, en todos pasa un tiempo desde el momento de la reunión y hasta que se empiezan a detectar los primeros positivos y se empieza a hacer la investigación de los contactos. "Es ahí donde se generan nuevos casos", recuerda Monte, que destaca que el objetivo es acortar ese período lo máximo posible.

Con esta meta, Sanidade ya ha empezado a hacer PCR a los asistentes a una fiesta en un local de la Rúa Falcón el pasado domingo por la noche. Al igual que en las otras dos, intervino la Policía Nacional al observar una patrulla que permanecía abierto pasada la hora obligatoria del cierre del ocio nocturno, que es la una de la madrugada. En total, los agentes impusieron 36 denuncias, la mayoría por no llevar mascarilla y algunas por tenencia de drogas.

En esta clase de reuniones la identificación policial es la base para comenzar el rastreo. Sin embargo, se asume que resulta escasa, ya que no se denuncia a todo el mundo. "Seguramente suponga el 25% del total", explica el doctor Monte. Por tanto, dar con otros asistentes resulta complejo porque no están registrados en ningún sitio y lo habitual es que los sí localizados se muestren reacios a informar de otros. Nadie quiere admitir que estaba en un local incumpliendo las normas.

También se admite que se tiene conocimiento de las fiestas que son intervenidas por la Policía, aquellas que los agentes detectan bien sea mientras patrullan, bien porque se produce alguna denuncia por ruidos, pero que puede haber muchas otras reuniones donde tampoco se respeten aforos ni el uso de mascarillas de las que nada se sepa.

De cualquier forma, la investigación de contactos continúa y se espera que sigan apareciendo nuevos casos los próximos días. También los que puedan haber tenido como origen reuniones y comidas familiares, típicas de San Froilán.

Este miércoles, según los datos de la Consellería de Sanidade, el área sanitaria de Lugo contabilizaba 475 pacientes con infección activa, dos menos que en la jornada anterior. Se detectaron 13 nuevos casos de covid-19 en la provincia, la mitad que en el día previo, cuando fueron 26. En cuanto a la presión hospitalaria, los centros de la provincia mantenían a un ingresado más en planta, hasta los 26, 23 de ellos en el Hula, dos más que el martes; uno en el Hospital da Mariña, los mismos que en la jornada anterior; uno en el Hospital de Monforte y otro en Polusa, En la Uci del Hula permanecían ingresadas cinco personas con covid.

Por otra parte, el brote de la residencia de O Incio se da por cerrado, al negativizarse la mayoría de usuarios que seguían presentando restos genéticos del virus en los cribados. Siguen haciéndose pruebas a los residentes de Domus Vi en Outeiro de Rei y se confía en poder dar también altas epidemiológicas a la mayoría esta semana.

Estudiantes ►Media docena de casos importados
Al menos seis estudiantes de la provincia que cursan la carrera en otras ciudades, varios en Santiago, y que pasaron en Lugo el puente, fueron diagnosticados de covid-19 en la provincia. Están considerados casos importados y han iniciado brotes en sus respectivas familias. Al menos dos de esos casos se detectaron en A Mariña.
Sin fiestas
El miembro del comité de expertos del Sergas Sergio Vázquez pidió "intentar no hacer fiestas mientras no pase todo esto", ni en pisos aunque sea "duro" ni "ilegales" en locales de ocio. Pidió "un ejercicio de responsabilidad" y alertó de que la incidencia puede crecer en ciudades que, como Santiago, tienen campus.

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