Lucenses en el extranjero: "El silencio que hay parece irreal"

Tres lucenses explican cómo se está viviendo la crisis del coronavirus en Burdeos, Londres y Nueva York
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photo_camera Luisa Castro. AEP

Marcos Sánchez reconoce que hubo días en que se sintió como el protagonista de 28 days later, que se despierta en coma y solo en un hospital de Londres. Al salir a la calle, descubre que se ha decretado una cuarentena en todo el Reino Unido. Un grupo de animalistas han soltado monos infectados con un virus que se transmite por la saliva. Los infectados se vuelven violentos y primitivos, por lo se ha decretado el confinamiento en casa.

Los días pasan en Nueva York "con un silencio que parece irreal en las calles" para Carlos Alija. Este publicista de Lugo indica que, a las personas que se han enclaustrado por temor al coronavirus, se suma que "algunos neoyorquinos han decidido refugiarse en segundas viviendas o volver a sus ciudades de origen".

El trabajo del chantadino Marcos Sánchez no ha variado notoriamente. Al dedicarse a la educación a través de conexiones por internet en la University College London mantiene una actividad remota. "A cousa foi moi lenta nun principio e non houbo restricións de ningun tipo ata pasados varios días, e non foi ata que as cifras empezaron a dispararse en Europa que se empezaron a tomar medidas", señala.

"Os británicos non están afeitos e reaccionan con sorpresa a todo tipo de imposición autoritaria"

Las restricciones "foron moi suaves porque se aconsellaba quedar na casa, non ir aos pubs nin aos ximnasios, etc." La reacción de los indiferentes londinenses fue "seguir indo igual". El ambiente se mantuvo "ata que decidiron cerrar todo menos os supermercados o 20 de marzo". En las tiendas de alimentación debe respetarse una distancia de dos metros entre clientes.

Luisa Castro, natural de Foz y directora del Instituto Cervantes de Burdeos, dice que en su ciudad "non hai moitos afectados, concéntranse máis no norte" de Francia, a pesar de lo cual "as medidas adoptadas son as mesmas practicamente" que en España. "Non se ve case ninguén pola rúa, os lugares de esparcemento, como os xardíns públicos e os muelles do río, están pechados", observa.

INDICACIONES. Las indicaciones de las autoridades son uniformes para el conjunto del Reino Unido y para el de Francia, pero en Estados Unidos "cada estado del país ha ido siguiendo su propio ritmo de aplicación de la cuarentena", subraya Carlos Alija. No obstante, sabe por amigos y compañeros de otras ciudades "que ya están pasando por lo mismo", aunque en Nueva York "se nota más el distanciamiento social al ser una ciudad muy viva y densa donde se pisa mucho las calle y los parques".

Las exigencias del Gobierno británico son más elásticas que las del español. "Podemos saír facer deporte unha vez ao día e comprar no súper sen ter que ensinar ticket a ninguén nin nada polo estilo. A policía non intervén casi nada, polo menos no centro de Londres. Pasean a cabalo polos parques e tal, e de cando en vez dan o toque a algún despistado, pero moi sutilmente", asegura Marcos Sánchez.

"El sistema es esencialmente privado, así que habrá mucha gente desprotegida o que no reciba atención"

Los ciudadanos de Gran Bretaña rechazan la autoridad rígida. "De feito hai varios casos de xente que se queixa da reacción esaxerada de certos policías noutras partes do país. Son xente maior que vai de paseo ou en bici e lles parece mal que os paren e lle impoñan nada. A actuación policial no Reino Unido e moi medida comparada con outros países. Os británicos non están afeitos, co cal reaccionan con sorpresa a todo tipo de imposición autoritaria".

De todos modos, no todo es laxitud. Los constructores fueron objetos de críticas porque siguieron trabajando hasta hace pocos días. Desde que cesaron en su actividad —"non todos, ollo!"— se notan la calma y el silencio.

TRANSPORTE. Lo que se conserva en Londres es el transporte público para personal sanitario, si bien se ha reducido la frecuencia del metro. Como consecuencia, al igual que sucedió en Madrid, "houbo momentos en que se enchían os vagóns, xente apretada e sen mascariña".

En el Instituto Cervantes de Burdeos trabajan nueve personas en diversas funciones y hay más de veinte profesores colaboradores. Los cursos se están impartiendo por internet. Luisa Castro explica que el consulado español están ayudando a repatriar. "A verdade é que é moi triste velo todo parado, pero os españois de Burdeos estamos todos ben e en contacto permanente entre nós e cos nosos familiares", tranquiliza.

Carlos Alija dice que él y su pareja teletrabajan, "mientras los niños ahora siguen sus clases conectando online". "Afortunadamente vivimos en un piso relativamente amplio y con terraza, pero la mayoría de la gente aquí vive en 60 metros cuadrados, así que costará mantener a los neoyorquinos por mucho tiempo en sus casas", advierte.

Marcos Sánchez suele salir a correr por las mañanas. Las ventajas que le ha supuesto la plaga para esta actividad son que "a diferenza de 28 days later Londres está inmaculado". Su trabajo se desarrolla de 9.00 a 17.00 horas. Empieza con una reunión de oficina a través del ordenador para planificar el día. Consiste en el diseño de estrategias educativas y en cursos a distancia, tanto para alumnos como para profesores. Uno de esos paquetes de enseñanza trata sobre la Covid-19 y ha reunido 100.000 participantes. Lo dirige el profesor Peter Piot, de la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical, miembro del equipo que descubrió el ébola en los años 70, y ahora confinado tras haber sido considerado positivo del nuevo virus.

DESBORDADOS. La situación de Estados Unidos es intranquilizadora. Alija denuncia que "la cima de la curva de contagios y muertes parece estar lejos, pero muchos hospitales se declaran desbordados". Lo peor es que "el sistema de salud es esencialmente privado, así que habrá mucha gente desprotegida o que no reciba la atención adecuada".

En Francia "hai menos víctimas de momento, pero algunhas fontes din que é posible que superen as de España", dice Luisa Castro. Cuando acaba de trabajar, Marcos estudia un máster y un curso de postgrado. El tiempo libre es para las dos bandas de rock en las que toca: Os Rastreros de Chantada desde los años 90 y King Salami, donde confluyen "un de Camporramiro (Chantada), un de Tokio, un do medio de Francia e un da illa de Martinica".

Por la tarde no pasa nada excepcional en Londres ni en Nueva York, pero sí en Burdeos: "Hai aplausos todas as tardes para os sanitarios que están curando á xente".

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