A prostitución na Tinería e O Carme dispárase e da pe a casos de maltrato

Los hosteleros aseguran que hay agresiones a mujeres y que algunas hacen la calle durante más de 13 horas al día ►Los vecinos piden al Concello y la Subdelegación del Gobierno más vigilancia y plantean que se sancione a los clientes
Una mujer se pasea por O Carme
photo_camera Una mujer se pasea por O Carme

No acaba de levantar la niebla y las calles de A Tinería y el jardín de O Carme ya se visten de barrio chino, mientras una docena de mujeres ofrecen sus servicios a clientes que con cara de despiste deambulan arriba y abajo. «Esto está cada vez peor», asegura Manuel Fernández, un hostelero de la zona que lleva años denunciando la falta de solución a un problema que advierte de que ha derivado incluso en episodios de maltrato a las prostitutas por parte de proxenetas o de las meretrices más veteranas. «Están bien los actos contra la violencia de género en la Praza Maior, pero a cuatro pasos ya la tienen a la vista aquí», comenta este empresario.

La concejala de bienestar social sospecha que algunas denuncias de maltrato son de prostitutas que ocultan que hacen la calle

Las amenazas y agresiones a las prostitutas que trabajan en este barrio también las confirma la presidenta de la asociación de vecinos de A Tinería, Sonia García, que dice que hace días se registró una trifulca junto a uno de los locales de alterne a cuenta de un travesti que quería trabajar allí y que acabó marchándose.

La concejala de bienestar social, Ana González Abelleira, afirma no tener confirmación de que se produzcan agresiones en la zona, aunque intuye que algunos casos de maltrato que detectan en la Casa da Muller son a prostitutas, aunque añade que allí no se les pregunta si la ejercen ni tampoco lo reconocen, porque ni sus familias suelen saberlo.

Lo que sí constatan los empresarios de la zona es que las mujeres que hacen la calle pasan a veces hasta 13 horas trabajando en busca de clientes, «porque los proxenetas les exigen hacer un dinero y hasta que no lo consigan no pueden marcharse», asegura el propietario de un negocio.

NO HABLAN. Ellas no quieren hablar. De hecho, salen disparadas cuando se les pregunta a algunas por qué se han trasladado hasta el jardín de O Carme para captar clientes. Las voces de una mujer que sale al balcón de una de las casas de esta plaza las ahuyenta hacia el portal. Otra de ellas se queda a escuchar la pregunta, pero mientras da una calada a un pitillo tuerce el gesto y declara que ella está allí solo porque está pendiente de hacer unos recados.

Para la zona llega ahora la esperanza de rehabilitación, con las primeras órdenes de arreglo de casas. Pero esta parte del barrio de O Carme está prácticamente deshabitado, aunque Marisol Fernández, la única hostelera de la zona, asegura que las prostitutas molestan a los clientes que acuden a su local al ofrecer sus servicios de manera descarada.

Esta costumbre también la constata la presidenta de la asociación de vecinos de A Tinería, que se lamenta de que los días de mercado, martes y viernes, puede haber hasta cuarenta prostitutas ofreciéndose en los cuatro puntos del barrio donde se suelen situar.

«Si trabajasen dentro de locales no sería tan molesto», comenta Sonia García, quien admite que la proliferación de la prostitutución en la zona se debe también a que hay muchos clientes y a que algunos propietarios de edificios incluso aprovechan para alquilar habitaciones a las meretrices.

Por ello, el colectivo de vecinos ya le planteó a la alcaldesa y en breve se lo trasladarán al subdelegado del Gobierno que se intensifique la vigilancia y que también se apruebe una ordenanza con sanciones a clientes y prostitutas, como ya se hizo en algunas ciudades, o que se apliquen las medidas previstas en la llamada ley mordaza.

Por su parte, el hostelero Manuel Fernández cree que también se debe complementar la vigilancia con el asesoramiento y apoyo a las meretrices por parte de las administraciones para que puedan salir de la prostitución, un negocio del que cree que también sacan partido las asociaciones de ayuda a estas mujeres a través de las subvenciones públicas.

La concejala Ana González Abelleira recuerda que había un proyecto de recuperación social para A Tinería, a través de talleres ocupaciones en locales de las casas del IGVS, pero que la Xunta descartó. Además, pide trabajar en la sensibilización para que evitar que se siga «consumindo prostitución».

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