Atraccións

A ecoloxía manda nos xogos infantís e no macellum

O respecto á natureza e aos procesos artesanais de produción imponse no principal foro comercial do arde lucus, na praza maior, e nas atraccións infantís de horta do seminario, feitas en madeira e movidas a puro músculo
Juegos infantiles de Arde Lucus
photo_camera Juegos infantiles de Arde Lucus

Os jardines de la Praza Maior son desde ayer por la tarde un concurrido mercado (macellum) cuyas mercaderías bien podrían haberse ofrecido también en el Lucus Augusti original. En él mandan los productos artesanos y naturales, con poco o ningún proceso industrial. Calzado y artesanía en cuero, hierbas medicinales, utensilios domésticos en madera de olivo y en mimbre; bisutería de cristales y rocas ornamentales e incluso en capim dorado, una planta conocida como el oro vegetal por su aspecto áureo; inciensos y especias de distintas procedencias; arte en tejas; juegos infatiles ecológicos, quesos y embutidos con denominación de origen y un largo de productos de factura lenta y esmerada. 

Algunos de estos puestos llevan ya años formando parte del macellum lucense. Los jabones natu rales de Sanabria que vende Zorro d’Avi se ofrecen en esta recreación de mercado romano desde hace ya un lustro. En su mostrador hay bálsamos y jabones para cualquier condición dérmica, hechos a partir de hierbas y vegetales con propiedades medicinales. "En Lugo tenemos muchos clientes", explica Santi, que detalla a los curiosos las propiedades de cada variedad y cómo ha de ser usada para conseguir el mejor efecto.


Aceites esenciales, jabones medicinales, orfebrería, armas, cascos y hasta embutidos o quesos se ven en el macellum


Otros puestos, sin embargo, llegan de nuevo este año al Arde Lucus guiados por las buenas referencias de otros comerciantes y por la enorme concurrencia que tiene la fiesta. Es el caso, por ejemplo, de Sentidos de la Tierra, cuyas responsables vienen desde Castellón con un puesto de aceites esenciales en el que también harán talleres demostrativos de destilación en los que quienes sientan curiosidad por este proceso pue den seguirlo y hacer preguntas. "Puede llevar más de una hora", explica una de las responsables del puesto. 

De Extremadura llegan este año también nuevos comerciantes, como el enorme puesto de El Bici del Casar, que ofrece quesos artesanos, no solo extremeños, y embutidos. Algo más allá, otro pequeño puesto ofrece al visitante la posibilidad de adquirir el famoso pimentón de la Vera. Su responsable también acude este año al Arde Lucus llevada por el boca oreja. 

El macellum es también un lugar donde terminar de acicalarse. En multitud de puestos de artesanía en cuero, una de las actividades más presentes, se ofrece la posibilidad de realizar trenzas. Las coronas de motivos florales o cuentas también están a la venta en varias tabernae, alguna dedicada prácticamente en exclusiva a este producto con el que tanto romanas como castrexas pueden adornar sus cabezas.

Entre los puestos de ornamentación, uno de los más curiosos es el que vende piezas realizadas con el denominado oro vegetal, que es en realidad la fibra de una planta, denominada capim dorado, que crece en Brasil y que se utiliza para hacer piezas que parecen pura orfebrería. Para los amantes de la artesanía, el macellum es un lugar de paso obligado. Es también un buen sitio para saciar el hambre o adquirir provisones porque hay puestos de comida rápida autóctona: bollos preñados, empanadas, panes de distintas variedades y dulces, además de embutidos de distintas zonas, entre ellos la montaña ancaresa.

ATRACCIONES ECOLÓGICAS. La artesanía y las prácticas respetuosas con el medio ambiente no solo pueden encontrarse en el macellum, sino que este año por primera vez también se han instalado atracciones infantiles en la Praza Horta do Seminario que también comulgan con esta filosfía. Al lado del campamento de los Mercenarios Galaicos, se han colocado un barco romano, sillas voladoras, una noria y un carrusel realizados en madera y movidos mecánicamente, a puro músculo, sin electricidad.

Desde Alicante llega Santiago Martínez con el carrusel, realizado en madera y con mecanismos de rodamientos y engranajes que permiten moverlo con una manivela. La noria, elaborada también íntegramente en madera, la trae un compañero suyo desde Sevilla. Santiago asegura que tanto el tiovivo como la noria "son los primeros de este tipo que empezaron a funcionar en España, a partir de estos se hicieron otras réplicas". En el carrusel pueden subir 26 niños a un tiempo y en la noria, 16. 

El barco guerrero es propiedad de Juan Luis Cataluña, que viene de Madrid y cuya familia es también propietaria de la tómbola Cachichi, que cuenta con una larga tradición de asistencia al San Froilán. José Luis conoce bien el Lugo sanfroilanero, que visitó numerosas veces desde niño, pero esta es la primera vez que viene al Arde Lucus. Además de la embarcación, también dependen de él las sillas voladoras y la saltarina, una cama elástica a la romana. Todas ellas, salvo la saltarina, necesitan de la tracción humana. Es un esfuerzo considerable, pero Juan Luis asegura que no le importa acabar agotado al final del día si la recaudación es buena.