La creatividad de la maestra

La ucraniana Olga Glapshun se refugia en la poesía tras verse obligada a dejar su profesión de docente al declararse la guerra en su país
photo_camera Olga Glapshun, con su libro, que solo se puede adquirir en la red. EP

Lleva siete años en Lugo y, desde que llegó aquí, se dedica a cuidar ancianos, un trabajo y un destino que nunca se llegó a imaginar, a miles de kilómetros de su país de origen, Ucrania, cuando se dedicaba a dar clase de lengua y literatura rusa.

Olga Glapshun presenta un libro de poesía que hizo desde Lugo, desde la distancia y la soledad que le dejó la guerra en su país y que le cambió por completo su vida. El título de la obra es En el idioma del trébol, un libro de poesía escrito en tres idiomas —ruso, español e inglés— a medias con otro escritor ucraniano, Yuri Lazirko, asentado en Nueva York. "Los poemas son muy filosóficos, quizás debido a mi situación personal y a la experiencia vivida. Tratan de la vida y del futuro. Están escritos en verso libre", explica Olga Glapshun.

Esta profesora ucraniana consiguió reorganizar su vida en Lugo, pero echa de menos su pasado como maestra. "Allá los profesores hacen muchas actividades complementarias con sus alumnos, aparte de dar clases. Los llevamos a conciertos, a espectáculos... De alguna manera, se fomenta la creatividad. Y yo, aquí, desde Lugo, me quedé sin esa faceta y quise dar rienda suelta a mi creatividad escribiendo poesía", comenta la profesora ucraniana.

Como docente de lengua y literatura rusas, Olga Glapshun dio clase no solo en Ucrania, sino también en otros lugares del antiguo bloque soviético como Georgia o la República Democrática Alemana, a donde iba destinado su marido, un oficial del Ejército ruso que formaba parte del Grupo Occidental de Fuerzas. "Vivíamos bien pero volvimos a Ucrania, cuando ya estaba en guerra el sur del país, y lo perdimos todo, incluso el trabajo", asegura Olga Glapshun.

Ante este panorama, esta profesora se vio obligada a desempeñar varios trabajos. Entre ellos, el de atender a niños de Chernobyl, a los que organizaba excursiones y también concursos.

De operadora turística en los Cárpatos a traductora de ruso y ucraniano
Olga Glapshun también trabajó en el sector turístico. Fue una de las pocas salidas laborales que encontró al volver a su ciudad de origen, Yaremche, en los Cárpatos. Allí, trabajó en publicidad y con grupos de turistas en un complejo, que fue cerrado años después por la difícil situación económica y política en su país. 

Su llegada a la literatura no es reciente. Ya tiene en su haber seis libros de poesía y prosa y numerosas publicaciones en periódicos y revistas literarias en ucraniano, ruso y polaco. También es traductora de ucraniano y ruso. 

"Escribí un libro de poesía en ucraniano y polaco y también colaboré con el lucense José Estévez en la edición bilingüe de poesía Galiza-Ucrania: Harmonía de corazóns. Hice, además, una publicación en gallego en la revista Xistral", afirma Olga Glapshun, cuyo último libro de poemas ya fue presentado en Nueva York.