¿Invadirán Lugo los patinetes?

David López Tallo se compró uno eléctrico hace un año y ya solo coge el coche una vez al mes. Sus usuarios auguran cada vez más y el BNG pide tenerlo en cuenta al hacer aceras

David López Tallo, en su patinete eléctrico. J.VÁZQUEZ
photo_camera David López Tallo, en su patinete eléctrico. J.VÁZQUEZ

LUGO. Hace un año David López Tallo cogía el coche a diario. Entonces probó el patinete eléctrico de un amigo, un lucense que vive en Alicante, donde esa clase de vehículos empezaron a extenderse antes y le encantó. Se compró uno igual y el coche empezó a quedarse aparcado. «Agora saco o coche unha vez ao mes se o saco e o patinete a diario. Fago todos os recados con el, entro nas tendas e ata no super con el...», explica.

Le convenció lo fácil que es de manejar, lo pequeño, lo poco contaminante y lo rápido que le permite ir y venir. «Agora en dez ou quince minutos fago un recado para o que antes tardaba hora ou hora e media», dice. Con el patinete eléctrico no hay que buscar aparcamiento, tampoco pagar por estacionar si no encuentras hueco o sufrir en las cuestas como cuando vas en bicicleta. «Hai que lembrar, ademais, que 30.000 persoas morren en España ao ano pola contaminación», insiste.

Después de comprárselo y de observar que en otras ciudades los usuarios compartían experiencias en redes sociales, David creó un grupo de Telegram. Tiene ya 53 integrantes, todos propietarios del modelo más popular de patinete eléctrico, producido por la marca china Xiaomi. «Usámolo para falar de recambios, de arranxos, de itinerarios para ir a sitios...», dice.

A través del grupo ha conocido a muchos otros lucenses que se mueven de esta manera. Hay familias en la que los distintos miembros recurren al patinete eléctrico con la misma frecuencia que él y otros solo lo usan para trayecto puntuales. Hay también quien tiene ya más kilómetros a sus espaldas sobre ese vehículo. «Eu percorrín máis de 1.000 pero hai unha muller no grupo que ten 2.500», explica.

De alguna forma, le parece un medio de locomoción ideal para recorrer Lugo. David vive en Recatelo y peina todo el centro con él. Reconoce, sin embargo, que es preciso tener ciertas precauciones, muy especialmente en puntos donde las aceras son muy estrechas. Explica que tiene cuidado al pasar junto a gente mayor o niños, que son, al mismo tiempo, a los que más llama la atención su elección de vehículo. «Os homes maiores sempre me preguntan por el, que onde o merquei, que canto costa, que como se conduce...», dice.

Por lo que ve en el grupo de usuarios, la mayoría están entre la treintena y la cuarentena. Es decir, ninguno en edad de hacer locuras al manillar. Por eso, cree que si se van a tomar medidas para regular la conducción de patinetes, más que restrictivas en el uso deben ser sancionadoras en el abuso. «É verdade que se pode ver a alguén que, ao mellor, vai moi rápido por algunha beirarrúa, pero o normal é que a xente sexa respetuosa», apunta.

Tampoco percibe los problemas que se pueden ver en ciudades grandes, como Madrid, donde la convivencia de usuarios del patinete y peatones en el centro es realmente compleja.

Está convencido de que es un medio de transporte que «chegou para quedar» y no es el único. Muchas ciudades trabajan ya en ordenanzas sobre cómo regular su uso y el grupo municipal del BNG quiere que Lugo se adelante a la evidencia de que muchos más patinetes llenarán las calles.

«Patinetes eléctricos e cadeiras de rodas motorizadas son unha realidade e a cidade ten que adaptarse á súa presenza», explica el portavoz nacionalista, Rubén Arroxo, que propone que estos vehículos se tengan en cuenta a la hora de proyectar aceras o de reformar las existentes, de forma que se hagan con ancho suficiente. «É evidente que o Concello debe agardar, en canto á regulación, a que se emita unha normativa de rango superior, pero podemos traballar en habilitar espazos nas rúas nas que se fagan intervencións para mellorar a convivencia necesaria destes vehículos coas persoas, e outros vehículos», explica.

Para David López, el patinete solo ofrece ventajas, salvo, quizás, una. «Como o uso tanto camiño menos polo que debín engordar, polo menos, un par de quilos», admite.

Al margen de eso, si de lo que se trata es de cambiar el uso del coche por el de este medio, le parece que con el patín se sale claramente ganando.

350 euros por un modelo popular

La proliferación de patines eléctricos ha llamado la atención de muchos. En cuestión más o menos de un año su uso ha crecido exponencialmente y se espera que aún lo haga más. Hay quien cree, de hecho, que será uno de los productos más regalados estas navidades.

Una de las claves de su éxito es su precio. Un modelo popular se puede encontrar por 350-400 euros, si bien los hay de varios miles.

Lugo tiene ordenanza

Por el momento, su uso en Lugo está regulado en el artículo 56 de la ordenanza de circulación de 2013. Se refiere a vehículos de movilidad personal e incluye, al final, un alusión a los patines eléctricos.

Especifica que deben ir siempre por la acera y tener en cuenta que el peatón tiene en todo caso prioridad. La DGT estudia una nueva regulación que podría proponer que los que alcanzan más velocidad vayan por la calzada.

 

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