"Intento visualizarme curada"

Con 37 años, Cristina Álvarez Otero está en la mitad de su tratamiento de quimioterapia para reducir un bulto que le detectaron el pasado mes de junio. Un diagnóstico que no duda en admitir que "se recibe fatal y el mundo se te viene encima", cuenta, pero consciente también de que "cuando empiezas el tratamiento y ves cómo es el día a día te sientes más tranquila, dentro de lo que cabe".

Cristina Álvarez, en la sede lucense de la AECC. XESÚS PONTE
photo_camera Cristina Álvarez, en la sede lucense de la AECC. XESÚS PONTE

Cristina lleva puesta la esperanza en su vida diaria, pues "busco mantenerme positiva, rodeada del cariño de los míos e intento visualizarme curada y, por supuesto, acudiendo a mis revisiones médicas y a mis citas con la asociación". 

Una entidad que no es otra que la sede en Lugo de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), a la que Cristina llegó de la mano de una amiga y a la que este año será la encargada de representar en este 19 de octubre, jornada en que se conmemora la lucha contra el cáncer de mama. Lo hará con un relato en primera persona, "con el que quiero reflejar lo que siento ahora, que no es lo mismo que sentía cuando empezó todo ni será lo mismo de cuando termine", dice. 

Una responsabilidad que asume confiada en que su testimonio pueda ayudar a otras muchas personas en su situación y reconociendo la labor de una entidad "que a mí me está ayudando tantísimo", confiesa agradecida. 

"La primera vez que hablé con la psicóloga fue la primera noche que dormí", relata Cristina

Revisiones 

La mujer insiste en la importancia de revisar todos los cambios que puedan aparecer en tu cuerpo por nimios que puedan parecer. "Es muy importante, porque uno no está exento de nada", relata, rememorando su propio caso, cuando detectó un bulto en el pecho que no se iba. Como madre lactante, no parecía nada importante, pero no dejó de comentarlo, primero con la matrona y luego con el médico de cabecera. "Nadie le dio la importancia que tenía, pero por suerte me derivaron a la unidad, donde me hicieron una ecografía, que confirmó que era un tumor en grado 2. La verdad es que la Unidad de Mama del Hula funciona súper bien y desde finales de abril que empecé a ir a los médicos a principios de junio ya tenía el resultado", explica. 

"Para nada lo esperaba, pues aunque las posibilidades siempre están ahí lo cierto es que yo tenía 37 años y estaba dándole el pecho a mi hija", cuenta con entereza Cristina. "No te esperas algo así y el mundo se te viene encima y ya no es solo el diagnóstico de la enfermedad, sino todo lo que conlleva ese proceso: tratamiento, efectos secundarios, secuelas... Todo lo que te cuentan es terrible y eso te hunde", se sincera la paciente sobre esos primeros sentimientos al recibir el diagnóstico. 

Una mala noticia a la que no niega se empiezan a sumar muchas otras cosas, "cambios que llegan a tu vida para siempre y que afectan a todo el entorno, familia, pareja...". Una rabia que ella canalizó en el hecho de tener que suprimir la lactancia natural a su bebé de año y medio "y me sentía fatal en esas últimas tomas", dice, aunque ahora sabe que era una forma de rebelarse contra todo lo que le estaba pasando.

Un sentimiento de rabia que no cesa, pero se transforma. "Lo peor es la espera de los resultados, pues te dicen que es malo, pero no sabes cuánto de malo es. Es un momento terrible y, una vez que lo sabes, hay que hacer otro montón de pruebas para saber si tu cuerpo está preparado para poder recibir el tratamiento que te aconsejan los médicos", explica, al tiempo que cree que se gana cierta tranquilidad cuando empiezas con él "y ves en tu propia piel cómo son las cosas", argumenta. 

Cristina Álvarez Otero está recibiendo sesiones de quimioterapia con el fin de reducir el bulto antes de poder operarse, para que sea más fácil dejar limpia la zona afectada, tal y como le recomendaron desde el servicio de Oncología del hospital lucense. "Tengo días, los posteriores al tratamiento son malos, tanto física como mentalmente, porque cuando el cuerpo no te responde tu cabeza tampoco puede hacerlo de la misma manera", confiesa la paciente. 

"Lo que siento ahora no es lo del principio ni será lo mismo cuando acabe", dice

Apoyo 

Es en ese punto cuando entra en juego la Asociación Española Contra el Cáncer. "Sabía que existía la asociación en Lugo, pero no había tenido contacto con ella. Acudí aconsejada por una buena amiga y para mí están siendo un apoyo importantísimo para sobrellevar la enfermedad, porque miran por mi bienestar físico y emocional, algo que es muy necesario para tu lucha diaria. Es un apoyo vital, porque aunque la salud física es importante somos personas y nos movemos por emociones y sensaciones y necesitamos cuidar del conjunto", relata. 

Una entidad de la que destaca el apoyo, el acompañamiento y la atención integral que presta a todas las personas enfermas, "con intervención psicológica, talleres, actividades físicas... y todo con carácter gratuito. Llegan a donde no lo hace el sistema sanitario de salud y es un refuerzo para donde no alcanzan los recursos públicos", dice. 

"Uno no debería salir de una consulta con un oncólogo e irse para su casa y digerir ese trago solo", reflexiona Cristina, para recordar que "en la asociación saben como darte la información y transmitir esa serenidad tan necesaria, que ayuda a calmar la ansiedad que te produce el diagnóstico inicial", asevera sin olvidar que "la primera vez que hablé con la psicóloga de la asociación fue la primera noche desde el diagnóstico que pude dormir tranquila". 

Una confesión que ya justifica la existencia de esta entidad, con profesionales de diversos campos a su servicio y una importante red de colaboradores, que son básicos para el funcionamiento diario de la asociación. 

"Yo ya lo he recomendado a algunas personas, porque para mucha gente puede pasar desapercibido o no saben cómo dar ese primer paso y a mí la verdad es que está ayudando tantísimo", reconoce la paciente. Parte de su familia se ha involucrado también "y ya están a tope con la asociación", asevera, consciente de que en ocasiones se desconoce lo que cada uno puede aportar para que entidades así sigan adelante, ya que es mucha la ayuda que reciben no solo los pacientes, sino también su entorno más próximo, que en ocasiones son también víctimas de una enfermedad que no saben como abordar o tratar. 

Por todo ello, Cristina no se cansa de recalcar que "estas entidades sirven para mucho" y se esfuerza por enfatizar la importancia de un trabajo "que supone un refuerzo donde no llegan los servicios públicos" y es interesante que todo el mundo conozca de su existencia y sus recursos y ser libre de poder acudir o no. 

"No te esperas algo así y el mundo se te viene encima. Es muy duro", reconoce Cristina

El convivir con personas que viven situaciones similares es otro punto de apoyo para sobrellevar una dolencia, que te hace centrarte en el día a día y apreciar muchas de las pequeñas cosas a las que antes no les dabas el suficiente valor. 

"Mi día a día es ir viendo lo que puedo hacer cada jornada, es no adelantar acontecimientos, pues si echas la vista adelante te parece un abismo", asegura Cristina, consciente aún que tiene que enfrentarse a una operación, pero esperanzada en un final feliz.

Reconocimiento | Programa Galego de Detección Precoz
La Asociación de Diagnosticados de Cáncer de Mama (Adicam) entregó su premio anual al Programa Galego de Detección Precoz do Cancro de Mama que lleva a cabo la Consellería de Sanidade. 

Prevención 
La prevención secundaria en el ámbito del cáncer de mama es fundamental, pues permite detectar la enfermedad en sus etapas iniciales y mejorar los pronósticos de las pacientes así como disminuir la tasa de mortalidad. Desde 1992, hace ya 30 años, la Dirección Xeral de Saúde Pública realizó casi tres millones de exploraciones de mama por medio de mamografías de control. Esto permitió diagnosticar más de 10.000 cánceres en pacientes remitidas a los servicios especializados. 

Desde ese año, las mujeres gallegas de entre 50 y 64 años, y desde 2009 las de 50 a 69, tienen la posibilidad de realizarse mamografías de control cada dos años. 

Más de 2,8 millones de exploraciones
Uno de los indicadores principales de resultados es la participación, en el período 1992-2020 se realizaron 2.840.916 exploraciones. La participación global obtenida fue de casi el 80%. El objetivo de participación aceptable establecido por las Guías Europeas de Garantía de Calidad en Cribado y Diagnóstico Mamográfico es del 70% y el deseable es del 75%, conseguido a partir del año 2006.

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