Una las pastelerías más antiguas de la capital lucense, la Confitería Conde, ha perdido a la que fue su imagen durante casi siete décadas, Amparo del Río. Su muerte ha causado un hondo pesar entre los empresarios del sector.
Amparo del Río fue la nuera del empresario aragonés Agustín Conde, quien en 1938 abría un horno en el número 7 de la céntrica Rúa San Marcos, en donde continúa en la actualidad. El mismo inmueble en el que se encontraba entonces el periódico El Regional.
La tradición familiar continúa. Al frente de esta confitería, que es conocida popularmente por sus milhojas, cuya receta ha ido pasando de generación en generación, está actualmente uno de los nietos de Amparo del Río, Daniel Díaz.