Excelencia como normalidad

Pedro Ferreiro es uno de los tres alumnos de la provincia de Lugo distinguidos con el Premio Extraordinario al Rendimiento Académico

Pedro Ferreiro, en el IES Lucus Augusti. XESÚS PONTE
photo_camera Pedro Ferreiro, en el IES Lucus Augusti. XESÚS PONTE

La Consellería de Educación ha entregado este viernes en Santiago los Premios Extraordinarios al Rendimiento Académico del curso 17/18. Tres alumnos lucenses están entre los premiados: Eva Sanmartín Vázquez, del Santiago Basanta Silva de Vilalba; Paula García Corral, del Vilar Ponte de Viveiro, y Pedro Ferreiro Rega, del Lucus Augusti de Lugo.

Para conseguir esta distinción, estos alumnos han tenido que completar la Eso con una nota media de 9 y, además, haber obtenido excelentes calificaciones en un examen extraordinario. Toda una proeza a la que no parece darle excesiva importancia Pedro Ferreiro, un chaval espigado de 16 años que rompe su timidez con una capacidad de razonamiento madura y la naturalidad de quien no aprecia en la excelencia matiz que se salga de la normalidad.

"Saqué nueve de media en Eso", explica, "y luego un examen, pero ya no me acuerdo de la nota. Tampoco le di demasiada importancia a lo del examen, no me preparé mucho. Fui por que, total, si salía mal me quedaba como estaba y si salía muy bien tenía una recompensa, en dinero, que es muy interesante".

Una recompensa de 750 euros, de los que casi 150 se los llevó Hacienda: "Creo que me los van a devolver, o eso es lo que me dijo mi padre, que es el que hace la declaración de renta". Con el resto, se premió con un Iphone, para el que incluso tuvo que poner dinero de su bolsillo y que "tampoco enseño mucho, por aquí un Iphone lo tiene mucha gente".

Del premio de 750 euros, casi 150 se los llevó Hacienda. Me dijo mi padre que nos los van a devolver en la declaración

Pedro reconoce, no obstante, que para sacar esa media de notas hay que proponérselo, "porque si no estudias no puedes sacar buenas notas, pero en Eso tampoco es un esfuerzo tan intenso. Tengo que esforzarme mucho más ahora en Bac". Pese a todo, y a ser disciplinado, tampoco estudia "un número de horas fijas, depende de lo que tenga que hacer. Ahora sí tengo que estudiar más al día porque primero de Bac cuesta más trabajo que la Eso". Para relajarse, va a la piscina, "aunque no hago competición, solo nado porque me tranquiliza", y sale un poco con los amigos, nunca de noche.

Lo suyo son las li, reconoce este chaval al que su tutora, Carmen Correa, define como "buena gente y buen compañero, es un chaval tímido y muy humilde, las notas no se le suben a la cabeza", son las ciencias. Los idiomas también le enganchan, como prácticamente cualquier asignatura menos "el dibujo y la plástica, porque no se me daban bien pese a que era en lo que más me esforzaba".

Además de sus clases normales, cursa alemán y hace, junto con otros 12 alumnos del Lucus Augusti, el bachillerato de Excelencia: "Cada semana", detalla, "tenemos varias horas fuera del horario lectivo en el que hacemos cosas de ciencia, tecnología, investigación... Tenemos profesores de la universidad que nos hacen como de tutores". Otro paso más en su objetivo de "estudiar una carrera, de ciencias o de algo de tecnología, aún tengo que pensarlo bien porque hay cosas bastante variadas".

Seguro que acabará acertando en la elección y bordando el expediente académico. Para él es lo más normal.

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