La restauración del cubo XIX, a la altura del barrio de O Carme, desveló la semana pasada uno de los secretos mejor guardados de la muralla. Las escaleras romanas descubiertas en el adarve y la "ingente" cantidad de objetos tardorromanos en el relleno podrían demostrar que esta zona no fue reformada en la Edad Media, como se pensaba.
El arqueólogo Celso Rodríguez Cao ve un contraste entre la idea historiográfica y los hallazgos del adarve. "Los muros y la escalera son de época de romana", comenta el experto, que añade que la creencia era que todo ese lienzo se destruyó y rehízo en la Edad Media. La conservación de estructuras romanas desmiente esta idea, defiende el arqueólogo.
Esta lectura se hace gracias a la investigación que se lleva a cabo en el adarve. El relleno de la escalera indica, de forma preliminar, que se dejó de emplear alrededor de los siglos V y VI. Esto se debe a que los restos de cerámica, vidrio romano y numismática hallados son "consistentes" en cuanto la época.
"Aparece material de construcción, como ladrillos y tejas, relacionado con los hornos alfareros que había pegados a la muralla", remarca el arqueólogo como otro dato interesante. Los hornos en desuso están relacionados con el solar del Instituto Galego da Vivenda que fue excavado en el pasado.
Las escaleras de esta zona también destacan por el uso del granito como material constructivo intercalado con pizarra. La primera vez que se encuentra este material en los escalones. Todos estos elementos ayudan a conocer más en profundidad la historia de la muralla. "Todo lo que se encontró en la escalera lo hay que relacionar con el urbanismo bajoimperial", continúa Rodríguez Cao, que incide en el vínculo con su entorno.
La excavación puede contar muchas cosas sobre el intervallum y la evolución del uso de la muralla a lo largo del tiempo. La investigación se encuentra en un momento de recogida de datos y se están limpiando todos los hallazgos para catalogarlos cronológicamente.
