Nueve enfermeras hacen seguimiento diario de pacientes a distancia: "Tienen miedo y dudas"

Los llaman por teléfono y la plataforma Telea les alerta si les sube la fiebre o baja el oxígeno 
Equipo de enfermeras que realiza el teleseguimiento desde el Hula. EP
photo_camera Equipo de enfermeras que realiza el teleseguimiento desde el Hula. EP

Los pacientes aislados en su casa por Covid-19 reciben a diario al menos una llamada telefónica, en muchos casos más, de un sanitario para observar su evolución. En caso de que se consideren enfermos de especial riesgo, cuando tienen edad avanzada o patologías previas que pueden complicar su evolución, quien se encarga de hacer ese seguimiento es un grupo del Hula, un equipo al que se considera esencial para hacer un adecuado manejo de los casos, evitando visitas a Urgencias y detectando de forma precoz posibles empeoramientos.

Después de una valoración por los médicos para establecer el riesgo, son nueve enfermeras las que se encargan de llamar a diario a aquellos a los que se considera que lo tienen alto. Al mismo tiempo, se les facilita el acceso a una plataforma a través del móvil, donde registrar tres veces al día la temperatura, la saturación de oxígeno y responder a una breve encuesta.

"Según los valores que introduzca el paciente o su cuidador a nosotras no salta una alarma, roja o amarilla, y contactamos con él enseguida", apunta Mónica Martínez, la enfermera gestora que coordina al grupo de Enfermería.

Mónica Martínez, enfermera gestora: "Según los datos que introduce el paciente de fiebre y saturación de oxígeno a nosotras nos salta una alarma"

Conocer enseguida un cambio en dos valores que se consideran clave permite que el médico pueda reorientar a ese paciente sin esperar: desde enviarlo a Urgencias a hacerse una placa, a prescribir un ingreso que sería inmediato, la ambulancia iría a recogerlo y se subiría a la planta sin parar en Urgencias.

En función del estado del paciente se le llama una o dos veces al día. Las enfermeras se encuentran con situaciones variadísimas. "Los pacientes tienen miedo y dudas. Los que se encuentran mejor quieren saber cuándo acabarán el aislamiento porque no deben salir de una habitación y se les hace duro. Los que tienen más síntomas están muy preocupados. Otros tienen que lidiar con duelos por el fallecimiento de un familiar, aislados y solos", explica Martínez.

"A aquellos que tienen ansiedad o que están pasando un duelo los ponemos en contacto con un psicólogo"

En esos casos, los remiten a un psicólogo que les presta asistencia telefónica para gestionar mejor su pérdida. Hacen lo mismo si perciben que el paciente tiene ansiedad. En el caso de enfermos de Covid-19 la percepción de un síntoma como dificultad para respirar puede no ser muy clara, ya que la ansiedad puede confundirse con disnea.

Además de Mónica Martínez, forman parte de este grupo que habla con los pacientes desde las ocho de la mañana y, a través de un teléfono de guardia hasta las nueve y media de la noche, Marisa Fernández, María del Mar Abad, Yola Coria, María Jesús Freire, Gloria Álvarez, Javier Díaz, Ana María Casanova y Ángela Rey.

También es una figura clave Manuel Pereira, conductor del Hula que reparte pulxiosímetros a los pacientes para que se midan la saturación, un material que ya escasea en las farmacias.

Manuel Pereira, conductor del Hula que reparte pulxiosímetros. EP

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