Un septuagenario lucense fue detenido como presunto autor de un delito de abusos sexuales a su nieta, menor de edad y aquejada de una discapacidad psíquica.
El arresto del anciano se llevó a cabo después de que uno de los progenitores de la niña observara como el hombre le realizaba tocamientos en zonas íntimas de su cuerpo —cuando ambos se encontraban en el interior del domicilio familiar—, por lo que decidió ponerlo en conocimiento de otros miembros de la familia, que denunciaron los hechos.
Tras su detención, el hombre prestó declaración ante el juez, donde al parecer negó los supuestos abusos a su nieta y alegó que se trataba únicamente de "un juego" entre ambos. El septuagenario le restó importancia en todo momento a su conducta, pero la menor confirmó los tocamientos y dijo además que no se había tratado de un hecho aislado, sino que su abuelo —padre de su progenitor— ya había mantenido esa actitud con ella en varias ocasiones anteriores.
Tras escuchar los testimonios de los implicados, el juez decretó la puesta en libertad con cargos del presunto agresor, pero le impuso una orden de alejamiento con respecto a la víctima, por lo que el hombre no puede acercarse ni comunicarse con su nieta por ningún medio.
Según apuntaron fuentes próximas al caso, la madre de la menor ya había denunciado hace tiempo al septuagenario, también por abusos y tocamientos, pero finalmente retiró la denuncia y la causa se archivó sin mayores consecuencias para el anciano.
Solo en Lugo municipio se denuncian cada año una veintena de delitos de este tipo -abusos sexuales en los que no se produce penetración- y en casi todos los casos son llevados a cabo por familiares o conocidos de la propia víctima, que se aprovechan de la confianza o de algún tipo de situación de superioridad. En toda la provincia lucense, según los datos oficiales recabados por el Ministerio de Interior, a lo largo del pasado año se contabilizaron 59 delitos de este tipo, un 18% más que el año anterior, cuando se registraron 50 denuncias.
