Historias de Lugo

El destierro a Lugo de uno de los presidentes de la Primera República

Nicolás Salmerón fue castigado, en abril de 1875, por el Gobierno conservador de Cánovas del Castillo al defender la libertad de cátedra

Grabado del puente de A Chanca, otra obra que se estrenó en el Lugo de 1875. LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA
photo_camera Grabado del puente de A Chanca, otra obra que se estrenó en el Lugo de 1875. LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA

A NICOLÁS Salmerón –uno de los cuatro presidentes de la Primera República en España, junto con Estanislao Figueras, Francisco Pi y Margall y Emilio Castelar– no le gustaba especialmente Lugo, a donde fue desterrado durante tres meses, de abril a julio de 1875, por el conservador Cánovas del Castillo, tras la caída de la República y la llegada de la Restauración borbónica con Alfonso XII.

Salmerón –que había sido antes ministro de Gracia y Justicia– presidió la Primera República durante solo mes y medio, de julio a septiembre de 1873

Poco tiempo, pero suficiente dado que la situación política en España –heredada por Pi y Margall, el anterior presidente– era muy compleja pues tuvo que luchar contra lo que se llamaba el levantamiento cantonal cuando regiones, ciudades y comarcas se declaran repúblicas o cantones, rebelándose contra el Estado. Salmerón sacó el Ejército y logró controlar la situación en todo el territorio nacional, menos en Cartagena, donde los militares tenían apoyos.

No las tenía todas consigo como presidente y una negativa a firmar una pena de muerte lo sacó del poder pasando a ser presidente del Congreso de los Diputados

Un año después, Salmerón regresa a su cátedra de Metafísica, en la universidad de Madrid. Pero su defensa de la libertad de cátedra del profesorado –que acabó eliminando el Gobierno conservador de Cánovas del Castillo– le costó en 1875 el destierro a Lugo y, solo tres meses después, su plaza de docente en la universidad lo que, tiempo después, lo llevaría al exilio en París hasta 1885.

LUGO. El destierro a Lugo es ordenado por el Gobierno el 6 de abril de 1875. De su vida en la ciudad de las murallas se sabe poco, pero sí quedó constancia de su impresión de Lugo y de los lucenses a través de una carta enviada a Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, el 17 de abril de 1875. En esa carta, Salmerón se quejaba de que la estancia en Lugo le resultaba "ingrata" porque los lucenses extremaban sus oficios y tenía muchas cartas que leer.

Le resultaba agradable el clima pero, en cambio, se quejaba de que la población era "inculta" y que no tenía con quién hablar

"Los profesores –salvo uno–, momias o carlistas. Me han visitado –menos el director– ex officio y dos por cartas de Uña y Varela han sido más expresivos: pero ni aun estos me proporcionan –habiéndose limitado al cumplimiento– ocasión de conversar", decía en la carta.

Nicolás Salmerón planeaba ir a la biblioteca para pasar el tiempo y también ponerse a trabajar como profesor

"Quisiera que los demás me dejaran trabajar, que procuré traer libros y pagarlos", afirmaba.

El destierro a Lugo le supuso a Salmerón separarse de su mujer, Catalina, y de sus hijos. Otra carta, esta vez escrita el 4 de mayo de 1875, revelaba que su esposa planeaba venirse también a Lugo en un mes si continuaba para entonces el destierro que, finalmente, duraría hasta julio.

"Catalina –aunque está buena y animosa– siente mi ausencia tanto que dice que se viene si para junio sigue el destierro", le contaba Salmerón a Giner de los Ríos, según transcribe Antonio Jiménez-Landi, en el libro La Institución Libre de Enseñanza y su ambiente (1).

Nicolás Salmerón visita con frecuencia Nadela, donde tiene una familia amiga y donde los paisanos le llamaban "o rei da República".

Curó un eccema en Céltigos
Salmerón fue varios días a bañarse a la Charca das Caldas, en Céltigos (Sarria), donde se curó de un eccema.

Apeadero
Este hecho transformó la charca en balneario, logrando en 1903 la declaración de aguas de utilidad pública y la construcción de un apeadero del tren.

 

Su criada lucense fue, al final, nuera
Aunque residió los primeros días en la fonda La Española —situada donde está ahora el Méndez Núñez—, una joven de Catatrigo (Librán, Baleira) fue su criada durante su estancia en Lugo.

Formación
Gracias a este trabajo, la chica estudió francés y cultura general y, finalmente, se casó con su primogénito.

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