Daniel Morcuende: "El tatuaje está en auge en Lugo y cada vez lo estará más"

Tras casi cuatro años en la ciudad amurallada, deja Mok Mok Tattoo por motivos familiares. "Me gustaría traspasar el estudio a alguien que valore y cuide su cartera de clientes"

Daniel Morcuende, trabajando en  Mok Mok Tattoo. INSTAGRAM
photo_camera Daniel Morcuende, trabajando en Mok Mok Tattoo. INSTAGRAM

Tatuaje realizado por Daniel, de Mok Mok Tattoo. INSTAGRAM"El tatuaje es un vicio". Daniel Morcuende Gurillo se enganchó de pequeño, en las visitas al quiosco con su abuela —le llamaban la atención las revistas especializadas— y gracias a la influencia de su padre y de una tía, a la que acabó por seguir los pasos profesionalmente.

Autodidacta, este joven catalán lleva cuatro años en Lugo, dónde hace más de dos decidió establecer su propio negocio: Mok Mok Tattoo, ubicado en el número 30 de la calle Perpetuo Socorro. Una ciudad que le ha visto crecer profesional y personalmente, pero que ahora debe abandonar para regresar a su Barcelona natal por motivos familiares. "Ha sido una experiencia muy buena", relata este emprendedor que ha sabido hacer de su pasión su oficio.

En este tiempo ha observado cómo el arte en la piel se hace un hueco en el corazón de las nuevas generaciones de lucenses. "Está en auge y cada vez lo estará más, porque se están eliminando los aspectos retrógrados que hacían que algunas personas te mirasen mal por llevar tatuajes; cada vez se normaliza más", explica. Por eso, antes de poner fin —al menos por el momento— a su aventura en Galicia el próximo 29 de diciembre, a Daniel le gustaría que su estudio quedara en manos de alguien que quiera seguir haciendo crecer el proyecto con dedicación y amor incondicional por la profesión.

Ya ha recibido algunas ofertas, pero ninguna que se ajustase a sus expectativas y al principal activo con el que se traspasa el negocio: su cartera de clientes. "Es importante que sea una persona que conozca el valor real que tiene", explica esta joven promesa del tatuaje nacional, que en los últimos años ha fidelizado clientes hasta el punto de convertirlos en amigos y acabar tatuando a sus padres o tíos, esquivando así los prejuicios vinculados a la edad. Y es que es habitual que quien prueba una vez, repita. "Es un vicio, pero uno sólo peligroso para el bolsillo", matiza divertido.

Uno de los tatuajes realizados por Daniel de Mok Mok Tatoo. INSTAGRAMEl grueso de la clientela de Mok Mok Tattoo lo conforman personas de entre los 18 y los 35 o 40 años que se inclinan mayoritariamente por tatuajes realistas. Sin distinción de género, eso sí. "Ellas se suelen tatuar cosas más pequeñitas, pero vienen tanto mujeres como hombres". En el caso de Morcuende, él trabaja a partir de fotografías, para lo que hace falta mucho pulso y memoria fotográfica, porque, aunque trabaja con plantilla, "tienes que retener esa imagen y hay algunos detalles que tienes que hacer a mano alzada".

El local está totalmente equipado, con lo que el nuevo dueño podría abrir ya al día siguiente de cerrar el trato. "Si están interesados, yo estaría encantado de poder seguir viniendo a trabajar a Lugo", añade Daniel, antes de apuntar que también sería posible compaginar el estudio con otras actividades, como una barbería o hasta una clínica dental o una tienda de ropa. "Se pueden montar muchas cosas, el local es grande y tiene además una parte que se podría ampliar".