"Creo que en Lugo no hay racismo hacia los extranjeros que vienen a trabajar"

Rachid Es Said, que reside y regenta un supermercado en Lugo, considera que los ataques xenófobos son "hechos aislados" y que la ciudad es "integradora"

Rachid
photo_camera Rachid Es Said. VICTORIA RODRÍGUEZ (ARCHIVO)

Tras 15 años en Lugo, Rachid Es Said dice que se siente lucense y se enorgullece de una ciudad que considera "integradora". Este inmigrante marroquí llegó a Lugo con un contrato de trabajo como escayolista en 2006 y la crisis económica lo reconvirtió al sector de la alimentación. Trabajó como carnicero y finamente puso en marcha un supermercado en el barrio de A Milagrosa, que continúa regentando.

"Yo siempre trabajé y jamás he sentido rechazo ni racismo en esta ciudad. Me casé con una lucense, tuve una hija e hice una vida normal, como cualquier otra persona. Creo que en Lugo no hay racismo hacia los extranjeros que vienen a trabajar. La gente lo que no quiere es que los extranjeros vengan a dar problemas o a crear conflictos, pero las conductas que critican de ellos también las critican de la gente de aquí", comenta.

"Yo llevo aquí 15 años y ya me siento lucense, pero la integración no se consigue de un día para otro", dice

Hace tan solo unos meses, el supermercado de Rachid Es Said fue atacado por un grupo de seis jóvenes que finalmente fueron detenidos por la Policía Nacional como presuntos autores de un delito de odio. Sin embargo, este marroquí considera que los ataques xenófobos en Lugo son "hechos aislados" y achaca el incidente a una discusión entre los agresores y un trabajador. "A mi tienda vienen muchos extranjeros y no tengo conocimiento de incidentes racistas. Es verdad que a veces, cuando llegan a Lugo, les cuesta un poco integrarse, pero esto no es de un día para otro y hay que ir poco a poco", explica.

Algunos compatriotas de este marroquí dicen que también se sienten integrados, aunque perciben un cambio en la sociedad y consideran que hace unos años era más fácil la integración. "No es que ahora te discriminen, pero la gente tiene más recelo a la hora de contratar a un extranjero o de alquilarle un piso. La sociedad se ha vuelto más desconfiada y tiene miedo. Se escuchan muchas noticias y cuando un extranjero comete un delito nos perjudica a todos, pero no todos somos iguales, como tampoco todos los lucenses son iguales", sostienen.

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