La comunidad colombiana en Lugo mostró su repulsa por el asesinato de Cristina Cabo Buján a manos presuntamente de uno de sus compatriotas. El detenido llevaba tan solo dos meses en la capital lucense y apenas era conocido por el resto de la comunidad. De hecho, los pocos que este martes tenían algún dato sobre la identidad de este hombre sabían únicamente su nombre: José.
Algunas fuentes señalaron además que los familiares con los que residía el chico llevan ya bastante tiempo en Lugo, perfectamente integrados, y se encuentran "conmocionados y avergonzados" por la gravedad de lo sucedido. Al parecer, el chico estaba en la ciudad de paso y tenía pensado regresar pronto a su país de origen.
La comunidad colombiana señaló su intención de mostrar públicamente su rechazo por el crimen, para lo que convocó una concentración el próximo domingo, día 4. El acto tendrá lugar a las doce de la mañana en la Praza Maior de Lugo y los convocantes esperan una gran afluencia de personas.
Las muestras de dolor y de repulsa continuaron también este martes en la Rúa Mallorca. Así, la verja de la tienda de productos de agricultura ecológica que regentaba la fallecida, A despensa do Avó Francisco, se atestó de velas y ramos de flores en su recuerdo. En las puertas del establecimiento había también dibujos y dedicatorias que ensalzaban la sonrisa, la bondad y el buen carácter de la fallecida.
Las distintas administraciones públicas y varios colectivos y entidades lucenses también reiteraron su rechazo y su pesar por el asesinato de la joven.
La Policía agradece la colaboración de la comunidad colombiana
El portavoz de la Comisaría Provincial de Lugo, el subinspector Manuel Arias, quiso expresar públicamente la "gratitud" del Cuerpo Nacional de Policía con la población de origen colombiano que vive en la ciudad, porque su "colaboración fue importantísima" para detener al sospechoso del asesinato de Cristina Cabo Buján.
En declaraciones a EFE, aclaró que esa "colaboración" permitió que "el esclarecimiento del crimen se produjese mucho antes", de forma que pudo adelantarse la detención del único sospechoso, un ciudadano colombiano, de 32 años, que solo llevaba dos meses residiendo en la ciudad.
"Fue muy importante. Permitió que el tiempo para esclarecer el crimen se redujese en muchas horas", insistió.
Manuel Arias explicó que esa cooperación "fue importantísima no solo para esclarecer los hechos, sino también para adelantar la detención del sospechoso. Al desconocer las intenciones de esta persona, después de cometer supuestamente el delito, podía tomar la determinación de marcharse de la ciudad o incluso del país".
"Cuanto antes se produjese la detención, menor sería el riesgo de que este caso quedase sin resolver de forma inmediata, por ello fue tan importante esa colaboración", concluyó.
