ASÍ NOS AFECTA EL VIRUS

Las clínicas podológicas atienden solo los casos urgentes durante el confinamiento

demandan ayudas gubernamentales para reabrir sus negocios tras el fin de la crisis
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Las clínicas de podología se unieron desde el primer momento en la lucha contra la expansión del Covid-19 con la donación a los centros hospitalarios de todo su material sanitario. Esta fue la primera medida que tomaron los profesionales en el cuidado del pie para mitigar esa falta de medios. Este colectivo también sigue con la persiana entreabierta para atender a las consultas de urgencias que no entienden de pandemias: las personas mayores, el colectivo más castigado por el virus.

Los riesgos de contagio y propagación son evidentes entre el podólogo y su cliente. Por ello, el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos de España anunció una serie de recomendaciones a sus colegiados. Todos ellos deben procurar citar a los pacientes que realmente tengan necesidad podológica y no puedan esperar para se tratados, espaciar la visita con el siguiente paciente de forma que sea atendido directamente sin esperas.

Pese a todas las medidas higiénicas, los profesionales de la podología no se sienten totalmente protegidos ya que el contacto directo, próximo y sostenido con el paciente en el ejercicio de su labor va implícito y no tienen equipos de protección individual.

Responsabilidad

Generated by  IJG JPEG LibraryGemma Fernández Pillado (en la imagen), colegiada que dirige la Clínica del Pie en la capital lucense, reconoce que "somos profesionales sanitarios y tenemos una responsabilidad que cumplir", afirma aunque es consciente de que «en este momento es un riesgo para todos, tanto para nosotros como para el paciente».

La medida que incluía a los profesionales de la podología dentro de los servicio esenciales cogió por sorpresa a Fernández Pillado.

"La noticia me cogió un poco en shock. El ochenta por ciento de nuestro trabajo se basa en las consultas ordinarias, y abrir solo para urgencias era un riesgo. No me veo capaz de abrir ahora mismo», matiza, puesto que «ni mis compañeros ni yo disponemos de trajes Epi ni de las mascarillas quirúrgicas necesarias, y los que teníamos se donaron todo a los centros hospitalarios", manifiesta.

Desde el decreto del estado de alarma, Gemma Fernández solo tuvo que atender a un paciente que "podía esperar, pero cuando tenemos dolor todas las consultas se vuelven urgencias", admite al tiempo que reconoce que «vamos a tener que convivir con el virus, será una situación difícil para todos, tanto económica como moral» asegura la podóloga lucense.

Emprendedores

Generated by  IJG JPEG LibraryLa valentía es un rasgo común de los emprendedores. Noemí Piñeiro (en la imagen) inauguró el pasado año la Clínica Reactive junto a un grupo de profesionales de la salud. Ahora ve como el futuro se nubla "por la situación que atravesamos. Somos una clínica joven y no tuvimos muchas facilidades para abrir. Y ahora, sin clientes y sin saber cuando podremos volver a abrir, va a ser complicado mantenernos. La clínica no es sostenible así", admite Noemí Piñeiro que ve como el Gobierno dejó fuera de su paquete de ayudas a los profesionales de la podología.

Desde la Clínica Reactive tuvieron claro el calibre de la emergencia a la que se enfrentaban y decidieron cerrar "el día antes del decreto de estado de alarma, porque éramos conscientes de la responsabilidad que teníamos como posible foco de contagio", dice.

Por otra parte, Noemí Piñeiro también asegura que el calzado usado durante el confinamiento "puede producir tendinitis o fascitis plantar, al igual que sucede con el uso de chanclas. Lo mejor es aprovechar para andar descalzos y trabajar la musculatura del pie".

Personas más expuestas

Generated by  IJG JPEG LibraryLos ancianos y personas mayores son el grupo de mayor riesgo para contraer el Covid-19. Cristina Fernández Espiño (en la imagen), atiende a diversos pacientes de edad avanzada a lo largo del año en su clínica homónima ubicada en Portomarín.

"Solo tuve que atender dos consultas y eran urgencias puesto que se trataba de un hombre, de 96 años y diabético, que presentaba una úlcera en un pie", admite Espiño, quien ve "correcto mantener las urgencias activas puesto que debemos atender a las personas más vulnerables, pero siempre respetando las medidas de seguridad «aunque el Gobierno no nos facilite equipos Epi".

La podóloga lucense también realiza «un cuestionario a todas las personas que nos llaman por teléfono para conocer su grado de dolor, inflamación e infección y confirmar que se trata de una urgencia», admite. Cristina Fernández también destacó la labor y facilidades del Colexio Oficial de Podólogos de Galicia (Copoga) «al no cobrar la cuota de abril y prorratear el siguiente trimestre del año», concluye esta profesional sanitaria.

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