En clase, desde la cuarentena

La incidencia de los casos de covid-19 en los centros educativos de Lugo fue subiendo a lo largo de la última semana. Profesores y alumnos se están confinando en sus casas pero manteniendo el vínculo con el resto de la clase. Lo hacen a través del Aula Virtual
Un aula vacía del IES Lucus Augusti. XESÚS PONTE
photo_camera Un aula vacía del IES Lucus Augusti, uno de los más afectados. XESÚS PONTE

En casa de Rosa, una joven lucense que estudia BAC, se vive el confinamiento con dureza pero de la mejor manera posible que permite esta situación: con una habitación, un ordenador y un baño para ella sola en un piso amplio que comparte con su madre. No siempre es así. Esta chica, que acude a clase a un colegio concertado, vive en Lugo ciudad y goza de una buena y rápida conexión a internet con la que puede seguir las clases presenciales en diferido que se graban en el colegio. No le resulta fácil, por lo que supone estar aislada incluso en tu propia casa, pero al menos no pierde contacto con las materias y puede seguir el ritmo de la clase.

Rosa —nombre ficticio— está en cuarentena desde el pasado lunes, junto a siete chicos más de su clase que eran los que se sentaban más cerca de una compañera que dio positivo. El resto de la clase sigue yendo al colegio, al igual que la profesora, aunque se hizo un cribado selectivo a los que todavía van al aula por si hay más casos.

Rosa también se sometió a una PCR y dio negativo pero, aun así, cumplirá con su confinamiento en su domicilio. "Al principio, lo llevó peor. Estaba triste y nerviosa. Luego, se fue acomodando pero es duro hacer el confinamiento. Lo que está funcionando muy bien es la coordinación que hay entre el Sergas y Educación a través de la plataforma Educovid. Ellos son los que deciden a quién se confina y a quién no en una clase. Una vez confinados, hacen un seguimiento del paciente y llaman los rastreadores. Están haciendo un gran trabajo", asegura la madre de esta joven.

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PÚBLICOS. No ocurre así en todos los colegios públicos. Aunque disponen del Aula Virtual, donde el profesorado cuelga material educativo, no existe la reproducción de clases en streaming y no siempre el alumnado confinado puede seguir el ritmo de la clase. Así lo cuenta Isabel Calvete, la presidenta en Lugo de Fapacel, la federación de asociaciones de padres de centros públicos.

"El sistema va lento. La formación del profesorado en tecnologías está siendo ahora, a finales de octubre, y es de carácter voluntario y, por otra parte, los alumnos de la zona rural siguen teniendo los mismos problemas de conectividad que en marzo. Por otra parte, la enseñanza online no es gratuita. Las familias tienen que pagarse la internet y comprar sus equipos —se necesita un ordenador o tableta por niño— y eso no es gratis, es un "búscate la vida", indica Isabel Calvete.

Otro problema que suele presentarse es que no siempre hay suficiente material educativo colgado en el Aula Virtual, el buzón digital donde cada profesor deja contenidos para sus alumnos, presenciales o no, pero del que tiran sobre todo los confinados para hacer un seguimiento de las clases. "Sigue faltando material en las aulas virtuales, hay profesores que no cuelgan contenidos y no hay material en gallego", dice la representante de los padres de los centros públicos.

Isabel Calvete reconoce, en cambio, que, por lo general, los equipos directivos de los centros están trabajando intensamente para evitar el máximo número de contagios y para que los confinados no se queden atrás.

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"Priman los criterios económicos, no educativos. Hay profesores que, después de dar la clase presencial, tienen que conectarse online para atender a los chicos confinados y esa es una carga laboral que no van a cobrar. Debería haber más personal", afirma.

Desde la Consellería de Educación, dan un mensaje tranquilizador y afirman que el plan de contingencia aprobado por la Xunta incluye el préstamo de 55.000 dispositivos electrónicos, a la espera de que entre en vigor un plan de enseñanza virtual para garantizar la continuidad de la educación en confinamientos y que incluirá horarios, tareas "e o funcionamento dun sistema ben organizado".

CONFINAMIENTOS. Susana Vaz vive su segundo confinamiento en casa. Esta madre fue positiva en junio, junto a su hija pequeña. Ahora, es la hija mayor, que cursa sexto de Primaria, la que puede serlo. De momento, no se sabe dado que aún está pendiente de los PCR pero en su colegio, el Vista Alegre de Burela, hay otra media docena de niños de su clase que también están confinados.

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"Miña filla conéctase ás nove da mañá online e, de momento, non ten problemas. Como ela, están o resto de nenos confinados. Os demais seguen indo a clase. Iso non está moi ben porque o primeiro que habería que facer era confinar ata que non se saiban os resultados porque pode haber algún positivo sen confinar. A profesora segue dando clase tamén. Só confinaron aos que están máis cerca da nena que deu positivo. O caso é que o centro non é o culpable disto porque as directrices veñen de máis arriba", opina esta madre.

Susana encabeza una familia monoparental dado que está divorciada. Ahora tiene la suerte de estar de baja para poder hacer frente a este confinamiento, el segundo que vive en pocos meses. Una situación especialmente difícil en esta familia.

"É moi complicado. Tes que estar illada, separarte dos teus fillos e depender doutra xente, con medo, para que che traia a comida. No meu caso, ademais, tiven que pedir ao Concello que viñesen polo lixo. Non tiña quen mo levase ", dice.