El CGPJ estudia de nuevo qué hacer con el juez que apila sentencias sin dictar

Ya lo expedientó anteriormente y anuló su traslado, pero ha vuelto a la misma situación
Edificio de los juzgados de Lugo SEBAS SENANDE
photo_camera Edificio de los juzgados de Lugo. SEBAS SENANDE

La situación en el juzgado de Primera Instancia 1 de Lugo vuelve a ser extrema. Decenas y decenas de ciudadanos esperan que el juez Alberto Benéitez dicte sentencias de juicios que celebró hace muchos meses, algunos hace más de un año. Una circunstancia similar a la que obligó a intervenir hace tres años al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), pero de manera tan poco resolutiva que ahora vuelve a repetirse.

En este caso, según las fuentes consultadas, no se trata de desatención al juzgado, sino de lo que parece ser una manifiesta incapacidad para sacar adelante un volumen de trabajo razonable por exceso de celo

Mientras el servicio de inspección del CGPJ estudia su expediente y decide qué decisión toma al respecto, el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) no ha podido posponer más su intervención y su sala de gobierno aprobó el pasado día 10 de enero ofrecer una comisión de servicio para que otro juez de otro juzgado que esté interesado proceda a dictar alguna de las decenas de sentencias pendientes, para que la situación de colapso no vaya a más mientras no se toma una decisión definitiva sobre el gravísimo problema. Claro que para eso es necesario que algún otro magistrado esté dispuesto a afrontar semejante desafío mientras sigue llevando además su propio juzgado.

En este caso, según las fuentes consultadas, no se trata de desatención al juzgado, sino de lo que parece ser una manifiesta incapacidad para sacar adelante un volumen de trabajo razonable por exceso de celo. Cualquier sentencia de un caso sencillo que en otro juzgado se solventa en unas semanas y con diez o quince folios, en manos Benéitez se convierte en un tratado de jurisprudencia con decenas e incluso cientos de folios en los que se analizan hasta los más mínimos detalles del procedimiento, se recalculan hasta los céntimos de cada factura, se hacen valoraciones sobre las actuaciones de los letrados y se repasa toda la legislación. El resultado suele ser una sentencia de gran calidad pero un año después de celebrado el juicio, un juzgado bloqueado y centenares de ciudadanos afectados.

PETICIÓN DE TRASLADO. El TSXG envío en la ocasión anterior al juez José Luis Deaño a Primera Instancia 1 para que solventara el problema mientras Benéitez estaba en situación de baja prolongada y mientras el CGPJ tramitaba el expediente disciplinario correspondiente. Pero el órgano de gobierno de los jueces no solo no halló una solución definitiva, sino que fue él mismo el que se encontró entre la espada y la pared: Alberto Benéitez, haciendo uso de su derecho, reclamó en el siguiente concurso judicial la plaza de titular en el juzgado de Primera Instancia 5 de Lugo, que estaba libre y al día. Haciendo valer su número en el escalafón judicial, la plaza le fue concedida.

Pese a ello, el CGPJ le puso como condición para concederle el traslado que cuando regresara de su baja tendría que dejar dictadas todas las sentencias pendientes antes de incorporarse a su nuevo destino, cosa que, evidentemente, no consiguió, por lo que el consejo anuló el traslado. Ahora, el problema vuelve al punto de inicio.

Comentarios