Los vecinos de la zona remitieron sendos escritos en dependencias municipales para poner en conocimiento del Ayuntamiento de Lugo de esta situación, al igual que a la Policía Local, que conminó a los afectados a que resolvieran el problema por la vía judicial.
Así las cosas, una firma lucense se haría cargo de la demolición de los inmuebles en cuanto se procediera al desahucio de los okupas. Estas personas se instalaron en el inmueble durante el pasado año y, hasta este momento, no mostraron ningún cambio en su decisión de permanecer en la casa.
Los inmuebles presentan un serio deterioro de su estructura, sobre todo en el tejado, con multitud de losas de pizarra sueltas
Los vecinos intentaron ponerse en contacto con estos inesperados huéspedes para tratar este asunto pero únicamente encontraron la indiferencia de los habitantes que tomaron posesión de una finca urbana que no era de su propiedad.
Los okupas viven en unas condiciones evidentes de insalubridad puesto que las viviendas no cuentan con agua corriente ni luz eléctrica. Además, su estado de conservación experimentó un serio deterioro con el paso de los años, sobre todo el tejado, que presenta multitud de losas de pizarra sueltas que podrían desprenderse.
La única solución que les proporcionó el Ayuntamiento a lo vecinos para aumentar la seguridad en este tramo de vía pública es la colocación de una serie de vallas, que los okupas arrinconaron en plena calle poco después de su colocación.
Esta situación obliga a los peatones y usuarios del transporte escolar a invadir la calzada, con el consiguiente peligro que entraña esta acción.
Río Fervedoira
En este caso concreto, el proceso de demolición no presentaría demasiadas complicaciones a la empresa contratada para realizar los trabajos, puesto que el derribo se realizaría hacia la parte posterior de la finca, por donde discurre el río Fervedoira. Por lo tanto, este proceso no causaría demasiadas molestias ni a vecinos ni a transeúntes.
