Carmen Salinero: "El de camelia es el mejor aceite del mundo"

Salinero es la presidenta de la Sociedad Española de la Camelia: "La primera camelia amarilla identificada data de 1965"
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photo_camera Carmen Salinero Corral, presidenta de la Sociedad Española de la Camelia. SEBAS SENANDE

Pocos más habrá en España que sepa tanto de camelias como Carmen Salinero Corral, la directora de la Estación Fitopatológica de Areeiro, que dedicó más de la mitad de su vida al estudio de esta planta y que preside la Sociedad Española de la Camelia.

¿De dónde le viene su pasión por esta planta?
Me viene por parte de mi madre, a la que le gustaba mucho la huerta, las infusiones... y tenía camelias en el jardín. De hecho, cultivó la primera amarilla, que trajimos nosotros de Japón.

Lleva 42 años investigando esta especie. ¿Lo sabe todo ya?
Todo no lo sé. Me gustaría saber quién trajo las primeras y cómo llegaron a España. Tampoco se sabe las especies que hay. Es difícil porque, por ejemplo, la primera camelia amarilla identificada data de 1965 pero ahora hay ya 43 especies en Vietnam. La flor llegó a Europa en 1600 y se llamaba té porque vino de Oriente. También descubrimos, en un periódico de 1800, que Fernando VI tenía, en El Buen Retiro, una camelia que el botánico Linneo le regaló a la reina y en el Palacio Real hay un invernadero llamado la Estufa de las Camelias.

Hizo un catálogo sobre camelias antiguas en Galicia y dice que son un patrimonio natural. ¿Por qué?
Nuestras camelias son un patrimonio natural porque aquí son árboles. Los japoneses cuando vienen se quedan alucinados. En la Ruta de la Camelia de Galicia, tenemos 200 camelias que son verdaderos monumentos. Las más antiguas están en Ribadulla y datan de finales de 1700.

También estudió las propiedades del aceite. ¿Para qué es bueno?
Es el mejor aceite del mundo. Tiene un punto de humo por encima del de oliva, a 240 grados. Por lo tanto, tarda más en descomponerse y los ácidos son iguales o mejores. Lo malo es que no tiene sabor, pero en China se usa. También vale para cosmética, se absorbe bien. Lo emplean marcas como Shisheido o Estée Lauder. Es cicatrizante y bactericida.

Dicen que «en casa de herrero, cuchillo de palo». Suponemos que tendrá camelias en su jardín…
Tengo un jardín pequeño, con quince o veinte camelias. ¡Debería la gente considerar hacer setos con camelias! Quedan preciosos con las flores.

Afirmó una vez que «la camelia es como el cerdo: se aprovecha todo». Díganos qué más se puede sacar de esta flor...
La madera. Es tan densa que se utiliza para hacer catanas y esculturas. También sus hojas valen para té. Y las flores son el ingrediente de las colonias en Japón.

¿Cree que la gente es consciente de lo que vale una camelia?
Poco a poco, sí. Aunque hay gente que aún pregunta si son naturales cuando las ven florecer en invierno o si rizamos sus pétalos o los pintamos.

Si no existiese el tojo, ¿convertiría la camelia en la flor de Galicia?
La flor de Galicia ya es la camelia. Está reconocida por la Xunta. Lo que pasa es que aquí no crece de forma espontánea como en China, donde las camelias y los rododendros crecen por los montes.

Dígame algo que no le envidie la camelia a la rosa.
¡La rosa tiene mucho que envidiar a la camelia! Por ejemplo, sus hojas tan verdes, tan buenas para los centros florales. Pero se complementan porque debajo de las camelias crecen las rosas.