Ramón Carballo no volverá a pelear por la alcaldía de Lugo para el PP. El actual portavoz municipal (Pedrafita, 1959) vino a confirmar esta circunstancia a sus concejales tras el pleno celebrado la semana pasada, que precisamente fue forzado por los populares para aprobar el 5% del PXOM, días después de que lo dejaran sobre la mesa.
El partido convenció a Carballo en 2019 para asumir ese reto y el político logró mejorar el resultado del PP, pero no fue suficiente para gobernar. De cara a 2023, quien fue también subdelegado del Gobierno y jefe territorial de la Xunta volvía a tener la confianza de los suyos, pero habría optado por dar un paso atrás, dentro del proceso de cambios que se vienen produciendo en el PP a raíz del salto de Alberto Núñez Feijóo a Madrid.
Carballo abre así la vía para la elección de su sustituto, un proceso en el que el todavía portavoz municipal no tiene intención de interferir. La estrategia de los últimos meses hace pensar que "su" candidato sería su actual número dos en el Concello, Antonio Ameijide, a quien fue cediendo cada vez más protagonismo, tanto públicamente como a nivel interno.
Ameijide es el concejal del PP más veterano en este momento. Tiene acta desde 2011 y un conocimiento amplio del Concello y de la ciudad, pero no se pueden descartar otros nombres. El que más suena en los últimos meses, después de que la opción del delegado de la Xunta, Javier Arias, se fuera desinflando, es el de la presidenta provincial del PP, Elena Candia.
La incorporación de la exalcaldesa de Mondoñedo y vicepresidenta del Parlamento a la lista de la capital es un movimiento que en amplios sectores del partido no se ve mal, con miras a volver a gobernar la Diputación. Supondría recuperar la fórmula tradicional, como también hizo el PSOE hace unos meses, de concentrar el poder orgánico e institucional en una misma persona.
CABEZA DE CARTEL. Pero en el partido tampoco se descarta que Candia acabe encabezando la candidatura, en parte como alternativa de consenso ante las distintas sensibilidades que hay en el partido y en parte porque podría ser un importante revulsivo. Una muestra es el movimiento que se produjo en las redes sociales esta primavera para promocionar como candidato al exedil Enrique Rozas, que el pasado otoño fue nombrado vicesecretario de política municipal pero en realidad lleva varios años alejado de la primera línea.
Como es propio de formaciones grandes, en el PP cohabitan distintas familias con preferencias e intereses diferentes, como quedó patente en 2016, cuando acabaron enfrentadas a propósito de la batalla de Candia y Raquel Arias por la dirección provincial del partido.
FEDERACIÓN VECINAL. En el debate que ahora se vive sobre el o la cabeza de lista a la alcaldía de Lugo podrían estar jugando también un papel importante otros agentes, como algunos sectores de la federación vecinal. Especialmente desde la llegada de Méndez a la alcaldía, el acercamiento del colectivo que dirige Jesús Vázquez al PSOE es evidente, pero algún sector de la federación nunca se alejó de los populares y sigue teniendo influencia.
En este contexto, Candia podría emerger como figura aglutinadora de las distintas sensibilidades y cerrar la puerta a un congreso local. Este toca por calendario, pero tendría el riesgo de enseñar las grietas del partido y abrir una batalla por la dirección local, que es tanto como por la alcaldía.
El cónclave no parece la opción más probable en este momento, en el que los tiempos juegan en contra si, como dijo el líder del PPdeG, Alfonso Rueda, el partido quiere resolver la incógnita de los alcaldables de las ciudades antes de agosto. El congreso debe convocarse con un mes de antelación, por lo que hoy sería el último día para hacerlo. El partido celebra esta tarde una junta provincial, pero no en clave orgánica. Será para recibir al conselleiro de Medio Rural, José González, que acudirá a presentar una línea de ayudas de su departamento a la producción de carne. Así que toca seguir esperando a que el PP deshoje la margarita.
