Una brigada que traspasa fronteras

Es una de las unidades menos conocidas de la Policía Nacional y no suele inspirar series televisivas, pero maneja un volumen de asuntos tan amplio y diverso que podría llenar más capítulos que el CSI. La brigada de Extranjería de Lugo lidia con el lado más complejo de la inmigración, una tarea que requiere conocimientos y altas dosis de humanidad
Luis Alberto González, jefe de grupo, y Sonia Aparicio, jefa de la brigada. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Luis Alberto González, jefe de grupo, y Sonia Aparicio, jefa de la brigada. VICTORIA RODRÍGUEZ
Aunque su trabajo pueda parecer administrativo, sus cometidos son amplísimos y sus funciones distan mucho de la rutina. De hecho, cada asunto que cae en sus manos requiere una atención distinta y personalizada que no admite duplicados. La Brigada de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional de Lugo -compuesta por trece personas y al mando de la inspectora Sonia Aparicio –realiza multitud de trámites relacionados con las solicitudes de asilo, las expulsiones de extranjeros del territorio nacional, los menas, o los matrimonios de conveniencia, entre otras muchas. Y además de manejar un volumen de expedientes que impresiona, los agentes de esta unidad se encargan también de investigar posibles delitos vinculados a la inmigración irregular o a la trata de seres humanos con cualquier fin, tanto de explotación laboral, como de prostitución o tráfico de órganos. En todas estas pesquisas resulta fundamental el trabajo del Grupo Operativo de Extranjería y Fronteras, un pilar dentro de la brigada que dirige Luis Alberto González.

Renovada por completo desde que la Operación Carioca puso su nombre en el punto de mira de los ciudadanos, la unidad de Extranjería de la Policía Nacional de Lugo asume cada vez un volumen más elevado de trabajo, para el que sus integrantes necesitan ponerse al día constantemente en materia de legislación, tanto nacional como internacional.


La crisis de Venezuela "colapsó" el trabajo de la unidad

Entre los trámites que realiza la brigada figura la expedición de documentos, como las cartas de invitación a extranjeros, las prórrogas de estancia, los certificados de registro de ciudadanos de la Unión Europea, o las peticiones de asilo. "Estas últimas", explica la inspectora, "colapsaron el trabajo de la Brigada a raíz de la crisis de Venezuela y nos obligaron a reorganizarnos. Hubo una avalancha de solicitudes y el trámite no consiste únicamente en cubrir un formulario, sino que hay que citar a cada persona y escuchar los motivos por los que solicita protección internacional". En el caso de los venezolanos, Interior ha optado generalmente por denegarles el asilo y concederles automáticamente la autorización de residencia por razones humanitarias.

Los agentes escucharon también a víctimas de delitos de extorsión por parte de las maras o a ciudadanos que huyeron de su país tras ver como mataban a un familiar. "Nosotros les pedimos cualquier prueba que puedan aportar, desde denuncias en su país, correos o mensajes de móvil, hasta noticias de prensa, ya que a veces son crímenes que han tenido repercusión en los medios de su país. Ahora mismo también tenemos un protocolo de actuación que da prioridad a los solicitantes afganos", apuntan. A pesar de este aumento desmesurado de casos, la brigada lucense superó el reto y logró reducir los plazos para realizar algunos trámites, pasando de un año a tres meses.


Centenares de informes para entidades como Tráfico o Sergas

Además de todos los expedientes que tramita, esta unidad elabora también multitud de informes a petición de organismos y administraciones con algún tipo de competencia en extranjería. Según apunta el jefe del grupo operativo, Luis Alberto González, los policías redactaron el año pasado 427 informes y elaboraron 380 desde enero. "Cuando un extranjero realiza algún trámite en un organismo, como la Jefatura de Tráfico, la Seguridad Social o el Sergas, por ejemplo, nos piden información sobre el solicitante. Y también elaboramos muchos informes a petición del juzgado".

Esta brigada se convierte así en la enciclopedia en la que todas las entidades de la provincia encuentran las respuestas que buscan sobre los extranjeros.


Investigar relaciones amorosas sin realizar juicios de valor

Otro de los cometidos de esta brigada es la investigación de posibles uniones de conveniencia entre un ciudadano español y un extranjero extracomunitario, tanto matrimonios como parejas de hecho. "Hay bastantes fraudes. Muchos extranjeros intentan obtener el permiso de residencia por este cauce, ya que acceden directamente al régimen general y pasan a ser ciudadanos europeos con todos los derechos. Nosotros entrevistamos a la pareja y realizamos seguimientos para comprobar si realmente hay una convivencia. Tenemos que corroborar que existe una relación estable, aunque a veces les preguntamos cuándo se conocieron y alguno ya reconoce que una semana o unos días antes", explica el jefe de grupo.

En lo que va de año, la brigada investigó a un centenar de parejas inscritas en la provincia, mientras que en 2020 fueron 118 y en 2019 ascendieron a 163. "Nos encontramos de todo, pero la mayor parte de nuestros informes son favorables. A veces hay casos difíciles, como cuando una persona extranjera cuida a un mayor o a una persona con alguna discapacidad y la convence para casarse y obtener así los papeles. En esos casos puede existir una convivencia y es complicado confirmar que es una unión fraudulenta, ya que nosotros no realizamos juicios de valor", explica.


Tender la mano a los menores sin papeles

Las imágenes televisivas de menores extranjeros que llegan solos a España en busca de oportunidades resultan desoladoras y el problema se extiende por todo el país. En Lugo, los agentes ayudan cada año al menos a una docena de menas, la mayoría indocumentados, lo que complica su trabajo. "Hace unas semanas", comenta la inspectora Sonia Aparicio, "un ciudadano encontró a un menor argelino solo por la calle y lo acompañó a comisaría. En estos casos, nos ponemos en contacto con la Xunta para buscarle un centro y atender sus necesidades e intentamos identificarlo. A veces es complicado saber si realmente son menores, por lo que solicitamos que los forenses realicen la prueba de la muñeca, un estudio óseo para determinar la edad".

Los menores aportan a veces documentación falsa. "Tuvimos un caso de un chico camerunés que decía que había jugado en una filial del Barca y nos dio un documento de identidad, pero era falso. Pedimos las pruebas forenses y tampoco era menor, pero cuando quisimos localizarlo ya no estaba en Lugo", En otros casos, en lugar de huir, los menas ven en la policía un aliado. "Hace tiempo, uno de estos menores, que estaba en un centro de la Xunta, venía todos los días a comisaría a charlar un rato con nosotros", dice.


Viajes internacionales para custodiar delincuentes

En algunos casos, los agentes llevan a los expulsados hasta Barajas, donde Interior fleta un vuelo para trasladarlos en grupo. Sin embargo, otras veces, son los policías lucenses los que custodian a estas personas en un vuelo comercial. "Este año realizamos varios vuelos internaciones, entre ellos uno a Cabo Verde, con dos agresores sexuales, y otro a República Dominicana, con un condenado por tráfico de drogas. También nos hicimos cargo del traslado de un hombre que había matado a su mujer en Málaga y acabó de cumplir condena en Monterroso. En estos viajes nos ha pasado de todo, desde subir al avión y ver que el custodiado tenía un asiento separado de los agentes, hasta sufrir incidencias en los trasbordos y tener que regresar a España".


Un trabajo duro con las víctimas de explotación laboral y sexual

La brigada de Extranjería es la luz al final del túnel para muchos inmigrantes que llegan a España engañados y son víctimas de explotación laboral o sexual. Reconocen que en Lugo hay pocos casos, pero los que hay les calan hondo. "Hay un teléfono y un correo en el que cualquier ciudadano puede denunciar estos casos y nosotros investigamos todas las sospechas. Este año tuvimos un caso de coacciones a unos ciudanos rumanos y varios de explotación laboral. Tenemos dificultades cuando las víctimas son hombres, ya que apenas hay casas de acogida para ellos", apuntan.

Tras doce años en la brigada, la inspectora Sonia Aparicio reconoce que es complicado no empatizar con las víctimas y elogia el trabajo de toda las ONG que ayudan a los inmigrantes en Lugo. La jefa de Extranjería no se amilana ante el volumen de asuntos que maneja su unidad y achaca el buen ritmo de trabajo a la "implicación" y al "empeño personal" de sus agentes, que no escatiman esfuerzos para cerrar casos.


Protección internacional. Más de 500 solicitudes al año

Reportaje brigada de Extranjería de Lugo

La avalancha de solicitudes de protección internacional, derivada fundamentalmente de la crisis venezolana, obligó a los agentes lucenses a reorganizarse y a trabajar sin tregua para resolver cientos de expedientes. Solo este año ya se tramitaron en Lugo más de 500 peticiones de asilo.


Uniones de conveniencia. Cien parejas investigadas

Reportaje brigada de Extranjería de Lugo

Otra de las funciones de esta brigada es la investigación de posibles uniones de conveniencia entre una persona española y otra extranjera, tanto matrimonios como parejas de hecho. En lo que va de año, los agentes pusieron bajo su lupa a un centenar de parejas inscritas en Lugo.


Menas. Al menos un caso al mes en las calles de Lugo

Menas

Aunque el problema de los menores extranjeros no acompañados –menas– se concentra en las provincias que conviven con la problemática de las pateras, en Lugo se detectan alrededor de una docena de casos al año, Los agentes de Extranjería son habitualmente su primer refugio.


Trata y prostitución. Pocas denuncias pero sobrecogedoras

Reportaje brigada de Extranjería de Lugo

Luchar contra la trata de seres humanos , ya sea con fines de explotación sexual, laboral, o de tráfico de órganos, es uno de los objetivos prioritaios de Extranjería. En Lugo se denuncian pocos casos de esta índole, pero todos ellos resultan sobrecogedores por la situación de las víctimas.

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