La biopsia líquida puede detectar la micrometástasis en cáncer de pulmón

Mariano Provencio, presidente del grupo español de estos tumores, explicó en el Hula cómo ese análisis puede mejorar el diagnóstico de cánceres que se creen localizados y reaparecen

Mariano Provencio, en el Hula. J. VÁZQUEZ
photo_camera Mariano Provencio, en el Hula. J. VÁZQUEZ

Un 40% de los tumores de pulmón que se creen localizados al ser diagnosticados —es decir constreñidos a un área en concreto, que no se han extendido a otras zonas del pulmón o de otros órganos— en realidad no lo están y los pacientes acaban recayendo. En esos casos no es que el paciente tenga cáncer, se opere para extirpar la zona afectada si es posible, reciba un tratamiento y pasado un tiempo tenga un nuevo cáncer, sino que es el mismo, pero del que no se detectó que estaba extendiéndose porque no había ninguna prueba capaz de localizar esa metástasis tan temprana. Esa es una de las aplicaciones de la biopsia líquida, recordó en el Hula Mariano Provencio, presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón y premio del Año de la Real Academia de Medicina, que ganó precisamente por una investigación sobre esta técnica.

La biopsia líquida sí puede encontrar esa micrometástasis, la metástasis hasta ahora invisible. «Ofrece un diagnóstico más preciso del tumor en todos sus estadios, inicial, intermedio o avanzado y también permite observar cuál es la respuesta al tratamiento, monitorizarla y reaccionar si deja de funcionar», explicó.

Recordó que, desde finales del XIX, se sabe que se pueden hallar en la sangre células tumorales circulantes del cáncer que afecte al paciente. Sin embargo, como hasta ahora no se contaba con la tecnología para estandarizar la forma de encontrar estas, los exosomas (un conjunto de proteínas) o el CTDNA (el ADN circulante del tumor) se tenía que observar la evolución de otra manera. «Fundamentalmente, a través de TACs o PETs, pruebas de imagen que se pueden hacer, como mucho, cada tres meses», explica.

El seguimiento que permite la biopsia líquida —que para el paciente no es sino otro análisis de sangre— puede ser más constante. Los trabajos de investigación en los que participa el doctor Provencio, jefe de Oncología del hospital madrileño Puerta del Hierro, se centran ahora precisamente en ese nuevo paso: cómo asegurarse de que el paciente recibe el mejor tratamiento en cada momento.

La biopsia líquida muestra cuando el inicial deja de funcionar, dejando la puerta abierta a reconducirlo, a prescribir uno nuevo de forma rápida y sin tener que esperar a que pase el tiempo y que el crecimiento del tumor sea visible en una prueba de imagen. De esa manera, no solo se incorpora un nuevo tratamiento eficaz sino que se evita tomar uno que no lo es pero que, como todos los fármacos oncológicos, produce toxicidad.

CRIBADO. Uno de los posibles usos de la biopsia líquida en el futuro podría ser el de método efectivo para el cribado de cáncer de pulmón en población sana. Por ahora, pese a ser un cáncer con alta prevalencia, no existe ningún programa porque el sistema que lo haría posible sería caro y farragoso. Al eludir la realización de TACs, el doctor Provencio considera que sí podría llegar a implantarse con biopsia líquida para detectar casos de forma más precoz. Explica que, en la actualidad, un análisis con esa técnica ronda los 120 euros. Además de esta ponencia, los asistentes a las jornadas de mutaciones "driver" en cáncer de pulmón, escucharon conferencias sobre el uso de inmunoterapia y sobre los nuevos fármacos para algunos de esos tumores. Se calcula que cerca del 30% de los cánceres de pulmón se deben a una de esas mutaciones conductoras, que impulsan la propagación de la enfermedad. La sesión continua hoy con talleres prácticos.

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