Así se vive el confinamiento provocado por el coronavirus en una familia numerosa

Aunque están acostumbrados a compartir espacio, nunca lo habían hecho las 24 horas del día  entre las mismas cuatro paredes
Generated by  IJG JPEG Library
photo_camera Generated by IJG JPEG Library

No se trata de una simple operación matemática: no se tiene el mismo espacio por cabeza en una vivienda compartida por dos, tres o, a lo sumo, cuatro personas que en otra en la que viven familias numerosas de cinco, seis o más miembros. Toca a menos. Sin embargo, ese no es el problema. La cuestión es cómo compartir cada quien su espacio personal con el resto de los miembros de la familia en días y días de confinamiento sin poder moverse de casa. Luis Coira y Gema Lombó tienen tres hijos de 17, 16 y 13 años. Luis trabaja como médico en el centro de salud de Navia, por lo que las mañanas las pasa fuera de casa.

Generated by  IJG JPEG LibraryGema (en la imagen, con su familia) es profesora en el colegio de Nadela, por lo tanto al no haber clase se queda con los chavales. Realmente, los cinco solo comparten espacio por las tardes y noches, pero cuatro de ellos lo hacen las veinticuatro horas. "Levámolo razoablemente ben. Os chavales están máis inquedos. Pensan nunha chea de cousas para pasar o tempo: fan ximnasia mirando para a tele, a mesa de comer convírtena noutra de ping pong, colgan unha canastra nunha porta... ", comenta Luis.

En esta casa, el problema no es el espacio pese a que se trata de un piso no demasiado grande. Aunque son cinco y el dálmata, se arreglan bien. Quizá lo peor sea que Luis pronto tendrá que ir a trabajar al centro de salud de Becerreá y, en ese caso, las posibilidades de contagio por coronavirus podrían aumentar al tener contacto con más pacientes. "Cando chegue ese momento, creo que me agobiará un pouco ir para o piso, preferiría estar nunha casa illado", dice.

A María Jesús Saavedra, su marido y sus cuatro hijas —de 19, 18, 15 y 14 años— les tocó la lotería el sábado 14 de marzo. El aviso del estado de alarma los pilló en Mosteiro, Pol, donde vive la abuela y a donde suelen ir todos los fines de semana. Ya no se movieron de allí. "Aquí é moito máis fácil. Nun piso estariamos moito máis limitados. Aquí a casa é grande e temos unha finca na que podemos estirar as pernas, xogar co can ou ao tenis de mesa. No piso a vida sería máis restritiva. Realmente, por isto mesmo, eu nin noto o confinamento. Traballo desde a casa para unha xestoría e, salvo cando teño que ir a Lugo un día á semana para recoller documentación, prácticamente non me movo da casa, só para comprar. Pero por aquí podo andar pola finca e no piso non", afirma.

La que mejor está pasando el confinamiento es la abuela porque tiene a toda la familia reunida

Su marido, profesor, envía tareas a sus alumnos pero también aprovecha el confinamiento para hacer obras en casa. "Está preparando unha sala de xogos para as rapazas", dice María Jesús.

Las chicas estudian y pasan el rato, sobre todo, con internet. Pero, sin duda, la que mejor está pasando el confinamiento es la abuela porque tiene a toda la familia reunida. "Está encantada, tennos a todos con ela", indica.

Más difícil es la situación de familias numerosas donde uno de los hijos sufre algún tipo de discapacidad. En casa de Pablo —nombre ficticio para garantizar el anonimato— comparten 90 metros cuadrados cinco personas: los dos padres y tres hijos de 12, 9 y 4 años. Pablo reconoce que, a veces, entre ellos hay «conflictos, celos y gritos». Sin embargo, quien peor lo lleva es el mayor, que sufre un retraso global. "Estaba acostumbrado a unas rutinas y, entre esas rutinas, no figuraba el no salir de casa. Así que está más nervioso y llora, no se le pasa el día. Conseguimos un informe médico para poder sacarlo a dar un paseo en el coche y así se va calmando. Si no, sería difícil para él", asegura Pablo.

Tanto él como su mujer son sanitarios, por lo que todavía están trabajando. También por eso sienten algo de miedo por si un día traen el virus a casa.

"Tenemos contacto con pacientes y puede ocurrir pero tomamos todas las precauciones. De momento, no nos planteamos separarnos de nuestro hijos por miedo a un posible contagio", manifiesta este padre.

Comentarios