Un hombre denunciado por el mal olor que salía de su domicilio culpó de esa circunstancia a sus siete perros, pero no permitió que la Policía Local viera a los animales y comprobara la veracidad de su versión.
Los hechos sucedieron sobre las seis y cuarto de la tarde del sábado, cuando una patrulla acudió a un edificio de la calle Paulo Fabio Máximo, donde los vecinos denunciaban el mal olor procedente de uno de los pisos. Una vez en el lugar, los policías hablaron con el inquilino de la vivienda, quien, "tras divagar en sus respuestas a las preguntas de los policías, acabó reconociendo que tenía en casa unos siete perros y que llevaba tiempo intentando donarlos o conseguir alguna persona que los cuidara".
Los agentes le ofrecieron la posibilidad de que la administración se hiciera cargo de los animales, pero el hombre se negó. Además, tampoco permitió que los agentes comprobaran el estado de salud de los animales y mantuvo la puerta de la vivienda prácticamente cerrada durante toda la conversación. Los policías iniciaron las gestiones administrativas correspondientes "para que la autoridad competente resuelva la inspección del lugar", señalaron.