Un 2019 pendientes de O Garañón y del Sagrado Corazón

Las torres probablemente sigan siendo referente de todo lo que queda por hacer en Lugo, que espera el inicio de numerosas obras

Vista de las torres y la calle afectadas por las sentencias del TSXG. SENANDE
photo_camera Vista de las torres y la calle afectadas por las sentencias del TSXG. SENANDE

Lugo vive esperando, porque en la ciudad obras y proyectos nunca se ajustan a plazos. El perfil urbano, por tanto, cambia muy lentamente y prueba de ello es la estampa edificada que aún se puede ver en O Garañón. El gobierno empieza el año con la idea de conseguir fondos europeos para materializar su idea de hacer de ese solar un parque. El derribo, en tanto, sigue sin tener fecha fijada.

Aunque lentos, algunos viejos proyectos empiezan no obstante a materializarse. La Xunta, por ejemplo, ha iniciado el proceso para licitar las obras del nuevo colegio del Sagrado Corazón y la expectativa es que este año arranquen los trabajos para construir un centro que debe dar cabida a 450 alumnos y que se espera que pueda abrir el curso 2020-21.

Si se cumplen las expectativas, los vecinos de ese barrio también podrán empezar a utilizar en 2019 el ascensor de conexión con la calle Adolfo Suárez. Los trabajos se contrataron por 240.00 y, si se cumplen los planes, comenzarán en enero y deberán estar concluidos en cuatro meses. Igual expectativa hay en As Fontiñas con la puesta en funcionamiento del elevador, que en ese caso sí que está ya en obras.

Sin plazo definido sigue estando la puesta en funcionamiento del nuevo auditorio de la ciudad, en la Avenida de Magoi. No obstante, sí están contratadas ya las obras de equipamiento de ese centro cultural y la empresa adjudicataria ya hizo la primera visita, previa al inicio de los trabajos.

Entre los proyectos que esperan materialización en este 2019 está también la puesta en marcha del nuevo juzgado de lo social

En el aire quedan al final del año proyectos como el de construcción de la cubierta de la calle Quiroga Ballesteros. En esta vía, el primer paso contemplado es el inicio de los trabajos para la peatonalización de la calle.

Seguro que se seguirá escuchando hablar de peatonalización con frecuencia en Lugo, entre otras razones porque deben acabar las obras para extender el dominio de los peatones en la Praza de A Milagrosa y su entorno.

En materia de infraestructuras viarias, está descartado ya que en 2019 puedan empezar las obras de la ronda Este entre la carretera de A Fonsagrada y A Tolda, aunque seguramente el proyecto dé aún mucho de lo que hablar.

Y pocas certezas hay también respecto a la posibilidad de que se empiece a construir finalmente la rotonda de conexión entre la NVI y Alfonso X el Sabio, uno de los puntos más complicados de Lugo en materia de seguridad vial.

Entre los anuncios llegados a final de año está la propuesta de la alcaldesa de retomar las obras de la biblioteca de A Piringalla, que se reconvertiría según el nuevo plan en un centro social. Falta aún concreción sobre ese proyecto, que difícilmente se podrá ver avanzar al inicio de 2019.

A fin de año se licitó la pasarela sobre el río, pero es difícil ponerle fecha a una obra que, de momento, no tiene permiso de Fomento ni de la Xunta.

Lo que seguramente sí vean los lucenses es la apertura de la nueva sede de Aspnais, tras la reconversión del antiguo y céntrico hospital de San José.

El traslado de Aspnais permitirá abrir el debate de los nuevos usos a dar al edificio actual de la Rampa de Claudio López, una propiedad de la Xunta para la que se podrían proponer nuevos usos sociales.

Entre los proyectos que esperan materialización en este 2019 está también la puesta en marcha del nuevo juzgado de lo social, recientemente aprobado y llamado a acabar con el colapso actual.

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