Elas abortaron, elas decidiron

abortoADE0502P10F6.JPG
photo_camera abortoADE0502P10F6.JPG

INTERRUPCIÓN DEL EMBARAZO. En la clandestinidad o acogiéndose a la legislación, estas mujeres eligieron interrumpir su embarazo. Admiten que es una decisión muy difícil, pero la mayoría creen que fue la correcta dadas sus circunstancias en aquel momento.

la reforma de la actual Ley del Aborto, vigente desde 2010 y que permite a la madre interrumpir voluntariamente su embarazo dentro de unos plazos, vuelve a poner sobre la mesa un tema que siempre fue polémico -dado que cuenta con la oposición rotunda de la Iglesia- y que todavía es tabú a nivel social. Una muestra de ello es que las cuatro mujeres protagonistas de este reportaje aún no se atreven hoy, varios años después, a dar su nombre o publicar su fotografía por la posible repercusión que desvelar esos datos personales podría tener en sus vidas. De ahí que los nombres empleados sean falsos.

ANA. Abortó en Portugal, en la clandestinidad. Ahora tiene una hija tras una inseminación frustrada: «Acudí aterrada a aquella clínica y salí aún más aterrada si cabía»

Abortó en la clandestinidad y, como ella dice, «en una noche fría y un cuarto lúgubre». Fue en Portugal. Era el año 1983, todavía faltaban dos años para la aprobación de la primera Ley del Aborto y no estaba dispuesta a seguir con su embarazo. Cruzó la frontera y se fue a Valença, como muchas otras gallegas. Le costó 50.000 pesetas y sus recuerdos, a estas alturas, treinta años después, todavía están vinculados al dolor. «Acudí aterrada a aquella clínica y salí más aterrada si cabía. En aquella sala había muchas chicas como yo. La anestesia fue parcial, pero me resultó muy doloroso tanto física como psíquicamente. Tras la intervención, me recetaron antibióticos, unas gotas para el pecho y creo que otro medicamento para la contracción del útero. El tratamiento duró diez días, diez días en los que estuve tomando medicinas a escondidas», cuenta.

LUCRECIA. Abortó en 1994 y ahora, casi veinte años después, es madre de una familia numerosa con tres hijos: «La recuperación fue inmediata. Por la tarde, fui ya a trabajar»

Lucrecia se acogió ya a la primera Ley del Aborto. Esta lucense interrumpió su embarazo de forma legal hace casi veinte años, en una clínica de A Coruña.

Estaba al final del primer trimestre y lo hizo, dice, «por la inestabilidad económica que tenía en aquel momento». Cree que el aborto era, entonces, «lo único conveniente». Fue al Centro de Orientación Familiar (COF) y le dijeron que «no era viable». Así que se decidió a buscar anuncios de clínicas coruñesas en los periódicos.

LORENA. Abortó en 2007 y ahora, tras separarse de la que era su pareja, forma parte de la Red Madre: «Es duro recuperarse y ahora intento que otras no cometan mi error»

No se hizo siquiera el test de embarazo pero sabía, aquel agosto de 2007, que tenía un hijo en su vientre. «Sabía perfectamente que me había quedado embarazada porque mi cuerpo cambió tan rápido que, antes de la primera falta, ya me daba náuseas el café. Hay quien me pregunta por qué no pedí la píldora del día después y yo todavía ahora les contesto que creo que, realmente, quería quedarme embarazada, aunque luego no fui capaz de asumirlo», cuenta.

CLARA. Abortó en 2008 y sufrió estrés postraumático. En la actualidad es madre de un niño: «Pese a ser legal, a vivencia segue a ser clandestina»

Fue en 2008, en una clínica de Vigo. Esta lucense estaba en su octava semana de embarazo cuando tomó tal decisión. «Estaba solteira e no paro, nun momento moi inestable na miña vida, cun montón de problemas. Ademais, non estaba co pai da criatura e non quería ter o fillo. Así que non o dubidei siquera», comenta.

Unas 7.000 mujeres abortaron en Lugo

Desde la aprobación de la primera Ley del Aborto, en 1985, fueron casi 7.000 mujeres lucenses las que se acogieron a los supuestos legales o a la posterior ley de plazos para interrumpir voluntariamente su embarazo. A nivel porcentual, esta cifra supone el 11,6 por ciento del total en Galicia. El año que más abortos se practicaron fue 2011, con 458.

María Jesús Méndez   Ana Castillo   Albina Gerpe   Branca Rodríguez Pazos   Carmen Blanco

MARÍA JESÚS MÉNDEZ CONDE, ginecóloga:

 

ANA CASTILLO, enfermera:

 

ALBINA GERPE, comadrona:

 

BRANCA RODRÍGUEZ PAZOS, trabajadora social:

 

CARMEN BLANCO, feminista:

«En Lugo, practicábanse abortos clandestinos a uns prezos desorbitantes e as mulleres remataban no hospital»

 

«Había algún caso, pero no muchos. Solían venir con fiebre, pero nada severo. Eran mujeres con pocos medios»

 

«Solía ser gente muy pobre. Alguna chica llegó a pedirme dinero para ir a una clínica a abortar»


 

«Abortar no estranxeiro costaba, na época da Transición, unhas 20.000 pesetas»


 

«Había unhas redes entre mulleres nas que existía información de boca-orella»



 

LA CLANDESTINIDAD EN LUGO
El aborto en Portugal era el objetivo de muchas mujeres
Colectivos feministas y de izquierdas hacían colectas para que las embarazadas pudiesen interrumpir la gestación en el país vecino

Las mujeres lucenses que querían abortar y no podían hacerlo en España tenían un objetivo: irse a Portugal. Esto era lo que sucedía antes de 1985, fecha en la que se aprobó la primera Ley del Aborto.Lo difícil, en esos casos, era reunir el dinero suficiente para que las mujeres pudiesen someterse a esta intervención en el país vecino, para lo cual contaban muchas veces con la ayuda de asociaciones feministas o de izquierdas que organizaban colectas. «A maioría iba a Portugal, pero tamén había quen escollía Londres ou Francia. Faciamos colectas para axudar a estas mulleres. A principios dos 80, un aborto podería costar, no estranxeiro, unhas 20.000 pesetas. A intervención era moi dolorosa e necesitaban moito apoio psicolóxico porque iban soas. En Portugal, as condicións eran deficitarias», explica Branca Rodríguez Pazos, trabajadora social jubilada.

Las mujeres que acudían a Portugal iban a clínicas privadas. Las que quedaban en Lugo utilizaban métodos caseros.  

Consiga AQUÍ la información completa

Comentarios