Tamara Falcó está de moda. Desde su paso por el concurso de televisión Masterchef Celebrity —que finalmente ganó tras un comienzo descorazonador con unos espárragos— su vida ha cambiado hasta convertirse en el perejil de todas las salsas.
Y cómo no, volvió a ocurrir en la fiesta de su 40 cumpleaños en el palacio de Santoña de Madrid, donde estuvo la flor y nata de la sociedad madrileña en una fiesta con 150 invitados. A la cita no faltaron su familia, con excepción de sus hermanos Chábeli, Julio José y Enrique Iglesias, y amigos, como el diseñador Juan Avellaneda y Boris Izaguirre.
La marquesa de Griñón lució para la ocasión un espectacular vestido largo firmado por Jantaminiau en color nude que destacaba por su falda de plumas con cola. Lo combinó con su media melena suelta y ondulada.
La aristócrata, que es la flamante marquesa de Griñón por expreso deseo de su fallecido padre Carlos Falcó, estuvo acompañada por su novio, el ingeniero Íñigo Onievo, con el que se marcó un divertido baile al ritmo de I Love You Baby.
La fiesta se convirtió en una pasarela de glamur familiar con Isabel Preysler, que acudió sin Mario Vargas Llosa; Ana Boyer, con su marido, el tenista Fernando Verdasco, o Manolo y Xandra Falcó, hermanos paternos.
La personalidad, el sentido del humor, su sencillez —palpable en sus encuentros con Los Chunguitos— y su innegable carisma han convertido a Tamara Falcó en uno de los personajes más queridos tras una vida ante los focos.
Su actual estrellato con colaboraciones con programas como El hormiguero o con firmas como Tous, han convertido su nombre en una marca sinónimo de éxito.
