Los lucenses de 'First Dates'

Teresita Páramo ha acudido dos veces a este programa de citas, que cumple media década convertido en un catálogo sociológico
Teresita Páramo. EP
photo_camera Teresita Páramo. EP

EN ABRIL DE 2016, hace justo cinco años, Cuatro empezaba a emitir First Dates. Media década después, el espacio que conduce Carlos Sobera ha ido mucho más allá de lo que podría esperarse. Seis mil citas amorosas, cientos de parejas constituidas, siete bodas y ocho bebés avalan esta afirmación. Y como en 6.000 citas cabe de todo, también ha logrado que conceptos como bisexualidad, poliamor o asexualidad fluyan en la conversación que comparte a la hora de la cena una audiencia eminentemente familiar.

Por el restaurante en el que transcurren los encuentros de First Dates han pasado unos cuantos lucenses, como José Luis, un prejubilado que llegó presumiendo ante su compañera de mesa, una limpiadora pontevedresa, que había salido "con más de 500 mujeres". Obviamente, ella se despidió y volvió a su casa apresuradamente en cuanto terminaron el postre.

Tampoco le fue bien a Alberto, un comercial lucense instalado en la treintena que, después de tratar de trabar conversación diciendo cosas como "comer palomitas te blanquea los dientes", obtuvo de su cita, una desenvuelta tuitera, un adiós que ni siquiera intentó maquillar de cortesía: "No quiero ni que seamos amigos, ni nada".

Me ofrecieron entrar en el primer ‘Gran Hermano’, pero la idea no me cuadraba y dije no

A la que no llegamos a ver tratando de conocer al amor de su vida fue a María Jesús García la jueza del tarot, quien justo después de dejar el juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Lugo en 2019 enviaba al casting del programa un vídeo suyo en el que se presentaba así: "Me llamo María. Estoy buscando el amor en los First Dates. Tengo 56 años pero como veréis represento muchos menos y, por eso, quiero un hombre más joven. O, aunque sea como yo, pero que se conserve muy bien. De todas formas también me importa el interior. Prefiero que comparta mis aficiones. Sobre todo el deporte, los animales y el mundo esotérico".

En puertas de su debut, ella misma lo canceló aludiendo a una lesión. Realmente, la magistrada no necesitaba ir, ya que por aquel entonces ya estaba en su vida Francisco, su asistente doméstico, con el se casó hace solo un par de semanas.

Soy muy madrileña, muy neoyorquina y muy sarriana, pero en Sarria me siento como una estrella

Pero quizás a quien más recuerden los lucenses en su paso por First Dates sea a la artista sarriana Teresita Páramo, que probó suerte en dos ocasiones, a finales de 2019 y comienzos del 2020. Teresita —"la Paramount", según versionan sus amigos su apellido— acudió buscando un revulsivo. Su vida había comenzado a torcerse en 2017, con la muerte de su padre, y siguió haciéndolo hasta el 2019, con una espiral de fallecimientos familiares que culminaron en enero de ese año con el de su pareja, su alma gemela, el cantante y compositor Manuel Moreno, junto al que llevaba veinte años. "Todo fue traumático —recuerda ella— y, después de media vida en Madrid, hice las maletas y me volví a Sarria. Y aquí sigo, dedicada a la pintura, a componer canciones y a sentirme como una verdadera estrella, porque aquí tengo muchos fans jóvenes que me están ayudando mucho".

La televisión no era una experiencia nueva para Teresita, que había pasado por numerosos programas y series "como figurante especial". Precisamente, fue en un cásting para Tú sí que vales en el Parque Warner donde conoció a Carlos Sobera. La sarriana recuerda que "ambos nos caímos muy bien y yo pensé que me apetecía ir a First Dates, porque era un tipo de formato que nunca había probado".

El desparpajo y la personalidad de Teresita, que cosechó su mayor éxito como cantante en el año 2008 con el tema Mujer 10 electro dance sensual, no pasaron desapercibidos para el buen ojo de los encargados del cásting de First Dates. En lo que no acertaron fue en la primera pareja que le propusieron: José Manuel, un bombero de A Fonsagrada que resultaba demasiado convencional para ella. Él, separado y padre de un hijo, se quedó perplejo ante el explosivo look de ella, quien llegó presumiendo de tener mejor culo que Jennifer López. Desde la distancia, Teresita recuerda que "la cena fue bien, muy divertida, aunque él estaba bastante nervioso, pero no hubo más. Éramos dos mundos paralelos que no íbamos a cruzarnos nunca".

En su segundo intento, unos meses después, hubo más conexión. Teresita conoció a Abel —un guionista, artesano y artista de Algeciras— y descubrieron que tenían mucho en común. Para empezar, ambos acudieron disfrazados. Ella, con una peluca rubia como Mae West, y él, entre samurái y Darth Vader. Ese día todo fluyó, pero con el tiempo se vio que faltaba química y sobraba distancia. Quizás sea necesario un tercer intento para la sarriana.

Comentarios