De entre las drogas legales e ilegales, Galicia destaca en la afición a las bebidas espirituosas. Tan solo el 5,6% de los gallegos de entre 15 y 64 años no ha probado una gota de alcohol. Es la quinta tasa más baja del país, según la última encuesta bianual del Ministerio de Sanidad sobre consumo de alcohol, tabaco y drogas ilegales en España. Pero es la única sustancia en la que la comunidad arroja valores por encima del promedio estatal. Y, además, se disfruta con relativa moderación.
Los datos ministeriales, referidos a 2017, desvelan que el 91,2% de los españoles en esta franja de edad —que abarca incluso a menores— declara haber bebido alcohol alguna vez en la vida, lo que "confirma la extensión del consumo", puesto que, desde 2009, la tasa de prevalencia "supera el 90%".
En concreto, en Galicia se eleva la ratio hasta el 94,5%, únicamente por detrás de Asturias (96,6%), Baleares (96,6%), Cantabria (96,3%) y Castilla y León (94,2%). No obstante, cabe destacar que la mayoría de las autonomías alcanza —o cuanto menos roza— ese 90%, solo con las diferencias significativas de Andalucía (85,8%) y, en especial, Ceuta (73%) y Melilla (37,7%).
Hasta el 16% de los gallegos admite que las copas se le fueron alguna vez de las manos el último año. Al 6% le ocurrió en el último mes
Lo cierto es que los gallegos empiezan antes a empinar el codo: a los 16 años y medio, una décima menos del promedio de España, donde ninguna comunidad baja de los 16 —influye que los menores de 15 años no entren en la muestra—. Y también exhiben una afición superior a la de la mayoría de españoles. Ocho de cada diez gallegos admite haber bebido en el último año, cinco puntos más que la media. En el último mes, echaron un trago dos de cada tres.
POCAS BORRACHERAS. Con todo, se bebe con cierta sensatez. O, al menos, de forma algo más juiciosa que en otros lugares. La encuesta bianual analiza las intoxicaciones etílicas agudas, esto es, las borracheras. En este capítulo, el 16% de los gallegos admite que las copas se le fueron alguna vez de las manos en el último año, mientras que al 6% le ocurrió en el último mes. La ratio del conjunto del país es, respectivamente, del 18,6 y el 7,1%. Navarra se lleva la palma en tema de cogorzas: 36,5 y 18,3%.
Por otra parte, el 7,4% de los españoles dice consumir alcohol a diario. Es un descenso de casi dos puntos frente a 2015 y prolonga la tendencia iniciada en 2011. De hecho, 2017 marca el mínimo de toda la serie histórica. Aun así, ese año 25.753 personas fueron admitidas a tratamiento por abuso o dependencia de alcohol en España.
DISPONIBILIDAD. Un indicio sobre los hábitos de consumo en los jóvenes lo ofrece un reciente estudio de la Universidade de Santiago (USC) basado en entrevistas a 2.667 alumnos de primer año de 223 concellos gallegos. Los resultados, publicados en Gaceta Sanitaria, revelan que, pese a que la venta de alcohol a menores está prohibida, el 60,5% admitió que en el curso anterior —es decir, en segundo de Bachillerato— había practicado un "consumo de riesgo" y el 28,5%, un "consumo intensivo". Esto último equivale a que más de una vez al mes había tomado seis o más bebidas de una sentada.
El análisis también arroja diferencias según el lugar. Entre los principales municipios, Lugo y Ourense presentan una prevalencia de consumo de riesgo del 70% de los preuniversitarios, mientras que en Compostela y Pontevedra cae hasta el 60%. Ourense y Ferrol van a la cabeza en atracones etílicos: los sufrieron el 36% de los encuestados. Aunque, en la provincia de Lugo, los estudiantes de Vilalba superaron ambos porcentajes.
Una de las conclusiones de los investigadores es que los jóvenes de localidades con una densidad de locales de venta y de consumo de alcohol de 8,42 a 9,34 por cada mil habitantes tienen un riesgo un 39% más elevado de caer en un consumo de riesgo y un 29% mayor en el consumo intensivo que los de concellos donde la tasa es de 6 o menos por millar. Por ello, apuntan a la disponibilidad como factor de atracción e insisten en "reforzar" el cumplimiento de la ley sobre la venta de alcohol a menores.
La edad media del primer porro se sitúa en Galicia en los 18 años y medio. Pero, de nuevo, el análisis arranca desde los 15. De hecho, un reciente estudio de la Universidade de Santiago (USC), advertía de que el 5% de los niños gallegos de entre 12 y 13 años ha fumado cannabis en el último año. Equivale a mil preadolescentes. También señalaba que la tasa de menores de entre 14 y 18 años que lo consume ha subido dos puntos en los últimos dos años, hasta el 26%.
2.824 admisiones a tratamiento. Es la cifra de personas por consumo de sustancias psicoactivas en Galicia. Son 104 casos por cada 100.000 habitantes, seis por encima de la media española.
