"Sentín tiros, pero crin que eran petardos, pola festa"

Vecinos de la expareja y compañeros de trabajo difieren sobre el carácter de José Luis Abet
El suceso causó una gran conmoción en el lugar. GONZALO GARCÍA
photo_camera El suceso causó una gran conmoción en el lugar. GONZALO GARCÍA

La hora en que se produjo el triple asesinato, sobre las ocho de la mañana, pilló a muchos vecinos durmiendo o preparándose para iniciar la jornada laboral, por eso hubo quien no se percató de lo sucedido hasta que vio el despliegue policial. Sin embargo, algunos lugareños sí pudieron escuchar los disparos procedentes del domicilio del Carracido en el que ocurrió el crimen. "Estaba deitada e oín, pero crin que eran petardos ou bombas. Non lle fixen moito caso, porque pensei que serían da festa do domingo, aínda que me estrañou", explicaba este lunes una de las vecinas que reside a pocos metros en línea recta de la casa de la tragedia. Y es que la parroquia valguesa celebró el pasado domingo sus festejos.

Las mismas cábalas hizo otra vecina que vive más alejada de la vivienda de los hechos, pero que también escuchó las detonaciones. "Ás oito da mañá escoitei como se foran petardos, e pregunteime, pero andan os nenos a estas horas? Pouco despois escoitei o ruído das ambulancias pensei que houbera un accidente, ata que máis tarde vin todo o despregue de gardas civís e policías", relata. Según apunta, "dende que houbo os disparos ata que viñeron as ambulancias pasou moi pouquiño tempo, menos de media hora; deseguida chegaron", precisa.

En efecto, la Central de Coordinación de Urxencias Sanitarias de Galicia-061 envió al lugar una ambulancia de Soporte Vital Básico y personal sanitario del Centro de Saúde de Valga, que confirmaron el fallecimiento de las tres mujeres.

"Non hai palabras para isto", apuntaba el lunes otra de las residentes en el lugar, que solo escuchó el ruído de las sirenas. "Nunca te esperas semellante cousa. Se o viras un tipo agresivo... pero eu víao normal", seguía otra la conversación. Antes de que la pareja se separase "sempre se vía facendo cousas na casa. Era moi traballador. Nunca falei con eles, pero sempre que pasaba dicía ola e adeus", añadía una tercera vecina a pocos metros del cordón policial desplegado en el vial de acceso a la vivienda.

Agentes de la Guardia Civil, de la Policía Autonómica y de la Policía Científica y Judicial trabajaron durante todo el día en el lugar de los hechos para esclarecer los hechos y resolver un caso que ha hecho estremecer a toda España.

Vecinos de su expareja y compañeros de trabajo difieren sobre el carácter de José Luis Abet

"Desde logo non é o que se di unha persoa tranquila", manifestó una vecina de la misma parroquia tras conocer el suceso que este lunes conmocionó el concello de Valga.

José Luis Abet Lafuente, detenido por el triple crimen, acusado de matar a tiros a su exsuegra, a su excuñada y a su expareja, tenía dos hijos con esta última, dos menores a los que esta mañana de lunes iban a recoger su tía y su abuela materna para llevarlos al colegio. La sentencia de divorcio es de enero del año pasado, según informó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

El hombre, que es padre de otro hijo mayor de una relación anterior, manifestaron fuentes del caso, y que pasó la noche en el cuartel de la Guardia Civil de Pontevedra, tiene 45 años y es de Bertamiráns, localidad perteneciente al municipio coruñés de Ames, y se le apoda El Moro.

El presunto asesino regentó varios negocios que no fructificaron, uno de ellos de congelados, y actualmente trabajaba en una conocida firma de aluminios de Padrón. Cuenta con antecedentes por infracciones leves como sustracciones de gasoil o chatarra.

Uno de los vecinos que acudió a auxiliar a los niños tras el suceso recalcó este lunes que en las últimas semanas Abet "comportábase de maneira estraña e non se levaba ben cos veciños" y subrayó, además, su carácter "dominante".

Del arrestado, el cual avisó de lo que había hecho, dicen algunos vecinos que le conocen que tiene un carácter brusco y autoritario.

Compañeros de trabajo en Padrón, por el contrario, dijeron que no podían explicarse lo sucedido, entendiendo que Abet era una persona normal y tranquila en su labor profesional.